Realizado por: José Alonso Serrano Campos
Fecha de publicación: 2 de mayo de 2012
Resumen
Si bien la carrera en Ciencias de la Comunicación no tiene tantos años como las carreras tradicionales, (hablamos de apenas 3 décadas) si no se mantiene en constante actualización, los egresados podrían entrar al campo laboral descontextualizados.
A lo largo de los años, esta carrera ha pasado de lo análogo a lo digital gracias al desarrollo de nuevas tecnologías en los diferentes ámbitos de la comunicación que va desde el cine hasta la televisión, de las producciones de audio hasta las estaciones de radio, de los periódicos al internet.
El comunicólogo se ve como un profesional listo y preparado para atender las necesidades de los medios de comunicación, estudiar la lengua, su uso y significado, así como abrir sus oportunidades por otros lugares de trabajo en la mercadotecnia, la publicidad, las artes escénicas o en su propio medio.
Resulta indispensable re-definir el rol del comunicólogo para entender que un profesional de la comunicación no puede estar pasivo ante la evolución de la tecnología en las sociedades, debemos mantener la mirada hacia el futuro, voltear al pasado y afrontar el presente lleno de retos y oportunidades.
Introducción
Hace diez años y medio terminé mi enseñanza de nivel licenciatura, a lo largo de esa década han existido cambios muy destacables, de los cuales quiero hacer un recuento, justo en la recta final de mi Maestría en Relaciones Públicas y Publicidad.
Será importante reflexionar sobre el avance de la tecnología, los retos para la profesión y distintos elementos que han ayudado a complementar esta profesión; sin perder de vista el espectro, se pudiera también interpretar como que existe un gran riesgo de desaparecer por distintas especialidades que la sustituyan.
En aquel año 2003 el Internet era un tema apenas accesible para muy pocos, todavía un año antes en Guadalajara no existían los Cyber Café de manera comercial como ahora los podemos encontrar en los diferentes locales comerciales.
Aquella década representó cambios significativos para los medios de comunicación, luego de los atentados de las torres gemelas la seguridad fue muy distinta, la sociedad vivió con más miedo que certidumbre, los medios tuvieron que adaptarse.
Desarrollo
Según el Diccionario de la Lengua de la Real Academia Española, en su vigésimo primera edición del año 1992, un Comunicólogo/a era una "persona que profesa la comunicología o tiene en ella especialidades y conocimientos".
Me remonto a este término porque veintidós años más tarde y a partir del desarrollo exponencial que los comunicólogos de múltiples puntos del planeta generan con su trabajo día a día estamos en condiciones de profundizar dicha definición: Comunicólogo es todo egresado universitario de grado o posgrado de las distintas Carreras de Ciencias de la Comunicación Social habilitado para ejercer profesionalmente la Comunicología como Investigador, Docente, Director de Comunicación, Asesor Externo de Comunicación en todas las organizaciones ya sean estas públicas, privadas o comunitarias (Baran, Stanley e Hidalgo, Jorge. 2004).
El campo de acción va mucho más allá de los límites del análisis de los medios de comunicación masivos y sus distintas problemáticas. La tarea central del comunicólogo es la de hacer visibles y comprensibles los múltiples procesos de construcción de sentido que nos rodean.
En este marco general, el desafío consiste en la construcción de un campo disciplinar que implique a todos aquellos profesionales vinculados con la Gestión Comunicacional (Hidalgo, 2010).
Las herramientas de trabajo para un estudiante no son muy distintas a las que utiliza un profesional, sencillamente varía el origen, hay medios que proveen a sus colaboradores con el equipo necesario y el estudiante debe hacerse de lo elemental en base a sus posibilidades.
Cuando terminé la carrera era una novedad utilizar la primera versión del editor de audio Cool-Edit. La versión de Corel 12 era lo máximo en los equipos de cómputo de 512 MB de memora RAM con el famoso Pentium, en un monitor todavía del tipo “televisión antigua” y los disquetes de 3 ½.
El Taller de Televisión de mi escuela no tenía ni una sola computadora, porque no existían en ese nivel, todo era análogo con cintas VHS, una tituladora y casetes de música o algunos cd´s; no había USB, Celulares “touch”, ni MP3 para de manera digital editar por lo menos algún elemento del video.
Esto significó tener que aprender y actualizarme luego de haber egresado la carrera, al igual que la medicina, el comunicólogo necesita estar en constante sintonía con las novedades de los medios para tratar de conocerlo y saber usarlo.
Para el avance tecnológico que nos ocupa actualmente, me tocó conocer los elementos básicos, rústicos y primordiales para hacer un periódico a máquina de escribir, sacar los negativos y posteriormente las placas para impresión.
Hoy con la computadora conectada a las súper impresoras parece cosa de niños, los recortes y la edición eran “artesanales”.
Era inimaginable en aquel entonces hacer lonas, cortes de vinil o impresiones a color en gran formato, gracias a las computadoras que permiten hoy diseñar y directamente mandar a impresión aquella idea de lo imposible quedó olvidada.
La fotografía revelada era en un cuarto obscuro, en tiempos de estudiante con cámaras Réflex en mano, se disponía de un tiempo determinado para revelar e imprimir de 12 a 36 fotos blanco y negro, con las sustancias que hacían despertar en nosotros un gusto especial por las fotos, no era adictivo ni causaba problemas de salud pero el olor a esas sustancias se añora.
Apreciar cómo poco a poco se revelaba en el papel una imagen que al poco tiempo había sido tomada en alguna locación improvisada. Hoy tomamos miles de fotos que quizás nunca volvamos a ver y se pierdan en las carpetas digitales que acumula nuestro disco duro.
La Carrera se especializó, se modernizó y se digitalizó a tal grado que la enseñanza, de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación se hizo más necesaria y la teoría de la lingüística, la semántica y la semiótica se fue relegando a los estudiosos de las Ciencias de la Comunicación.
En este tema el desarrollo de portavoces virtuales no existían, pues a duras penas existían los portavoces tradicionales, hoy son herramientas prácticas para interactuar efectivamente en las redes sociales, invento revolucionario que tampoco existía.
El campo laboral de un comunicólogo hace diez años estaba limitado al Periodismo y como principiantes a lo único que se tenía acceso “sin influencias” era a ser fotógrafo o reportero, salir en algún medio de comunicación con algunas colaboraciones, presentando algo o a alguien y párele de contar.
De estudiante, no conocía el campo de la mercadotecnia, de las relaciones públicas, veíamos algo de la publicidad pero los diseñadores nos acaparaban el mercado de la publicidad para negocios, también la carrera afinaba algunos aspectos de quienes tenían talentos artísticos, de mi generación recuerdo con afecto a buenos músicos y actores de teatro que aún siguen en los escenarios con más y mejores oportunidades.
Tomando en cuenta esa necesidad de actualización constante, veo hacia el futuro distintos retos para el comunicólogo, el estudio de la lengua será y seguirá siendo indispensable, su buena utilización, el conocer las técnicas básicas y las nuevas tendencias de la moda en medios masivos, son parte de lo que al comunicólogo del futuro le tocará asimilar.
A los que comunicólogos nos toca actualizarnos constantemente, en cada nuevo equipo conocer sus componentes, el software o técnica que facilite nuestra labor en materia de producción de contenidos, publicidad o relación entre las empresas y el público meta.
Conclusión
La profesionalización de las personas con experiencia en los medios es esencial, como lo es para un médico o un maestro estar continuamente actualizándose, tal es mi caso que luego de la teoría pasé a la práctica y me mantuve actualizado gracias a la necesidad por permanecer en la vanguardia de lo que la demanda social requiere en cuestión de información.
El uso de las herramientas comunicacionales más modernas, que cubren los cuatro medios de comunicación masiva (radio, televisión, prensa e internet) me dan pie en este momento para especializar la técnica en Relaciones Públicas.
Donde se requiere mejorar, existe una opción de trabajo, en todo lo que nos rodea si se tiene visión es posible aplicar elementos que den sostén y mejoren sustancialmente la imagen de algún producto o servicio, imagen política o de instituciones públicas y comercios, grandes empresas y trasnacionales.
Viendo que se tuvo la oportunidad de conocer todo el avance de la tecnología desde la era análoga, a lo que hoy es la gran era digital con las máquinas y software cada vez más complejos y manteniendo constantemente actualizados los conocimientos, es como se logra vender la mejor empresa de Relaciones Públicas, donde conjunta la experiencia de lo realizado, el conocimiento de lo más moderno y la capacidad para dar soluciones a los clientes.
Fuentes consultadas
Anzola, S. (2013), Administración de pequeñas empresas. México: McGraw-Hill.
Barquero, José Daniel (2000), Manual de relaciones públicas empresariales, EDICIONES GESTIÓN.
Escalante, Fernando (2004), El Derecho a la privacidad. Instituto Federal de Acceso a la Información Pública. Cuadernos de Transparencia, Núm. 2. México.
Giddens, Anthony, (2000), Un mundo desbocado. Los efectos de la globalización en nuestras vidas. Madrid: Taurus.
Gómez Torres, J. (2012), “Tic o Tac, el tiempo pasa y ahora resulta que no sabemos a lo que nos dedicamos” http://tecnofilos.aprenderapensar.net/. Último acceso mayo 2013
Gordoa, Víctor (2008), IMAGOLOGÍA, México, editorial Grijalbo.
Sánchez Castillo Filogonio (1996), El habla en los medios de comunicación, México, Ed. Alhambra.
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