miércoles, 1 de diciembre de 2021

Las Navidadades Con Mi Mamá

Por: Lucy Vázquez Felgueres 

A la Sra. María Luisa Felgueres Vda. De Vázquez, mi querida Mamá, a la que recuerdo con mucho cariño y nostalgia por todo el amor que siempre nos dio a todos sus hijos. Dedico estos renglones en donde hablaré sobre la navidad en la que ella logró hacer de esa fecha algo mágico y maravilloso para todos nosotros.

Empezaré a relatar como ella nos iba ilusionando conforme se acercaba esa fecha,  siempre tuvo un gran sentido del humor, era muy juguetona y le gustaba ponerle emoción y misterio a las cosas. Recuerdo muy bien desde   niña como  empezaba a comprar los regalos para todos, éramos tantos que tenía que hacerlo con tiempo, pues nunca hubo alguien de la familia que se quedara sin regalo, además de las amistades que nos acompañaban en esa noche, también para ellos había un presente.

Mis hermanos más chicos y yo escribíamos cartas pidiendo  los juguetes que queríamos y luego se las dábamos a mi mamá con mucha anticipación, más o menos como desde agosto, y ella las guardaba, y nosotros al pendiente, cada vez que veíamos que salía de la farmacia y se dirigía a alguna tienda, nos imaginábamos  que iría a comprar para alguno de nosotros,  luego llegaba y escondía lo que había adquirido y nos corría de la botica, y al preguntarle  que si ya había leído nuestras cartas  nos decía que  no las leía que se las mandaba al niñito Dios,  sabíamos que era ella la que nos compraba los regalos, y mis queridas tías Meme y Mela nos decían que era el niñito Jesús quién le daba  el dinero por medio de su trabajo, para que pudiera comprarlos.

Desde que tengo uso de razón recuerdo esa emoción que sentíamos de andar buscando en la trasbotica sus escondites para ver lo que había comprado, y si era lo que habíamos pedido en nuestra cartita. Pero no dábamos con ellos pues los escondía muy bien y en cuanto nos veía entrar a ese lugar nos sacaba y nos mandaba para la casa y nos cerraba la puerta. 

Y así pasaban los meses de espera hasta la navidad, imaginando qué nos traería el niño Dios, claro que para nosotros que éramos niños lo que nos ilusionaba de esa fecha eran principalmente los regalos, no tanto la cena, pero sí la reunión familiar, ya que era una convivencia muy bonita, cantando y platicando en la sala tomando un rico ponche o alguna bebida que mi mamá o mis tías habían preparado,  y  esperando a escuchar las campanadas del reloj de la Iglesia dando las 12:00 de la noche para ir al comedor a poner al niñito Jesús en el nacimiento y arrullarlo con villancicos, siempre mi mamá escogía quién iba a ponerlo, ya fuera un invitado o alguno de los niños más chiquitos.


Después de rezar y dar gracias  venía el abrazo de navidad, se armaba una gran algarabía ya que éramos muchos de familia, y siempre había invitados. 

Luego se servía la cena, muy rica, mi mamá siempre  se esmeraba  en la repostería junto con mis queridas Tías que le ayudaban a hacer panecitos o buñuelos que todos disfrutábamos mucho. La mesa se ponía muy formal, mi hermana Chita la adornaba muy bonito con detalles navideños, y nosotros ayudábamos a poner los cubiertos, las copas y vasos, los platos y las charolitas para el pan etc.  Todos nos poníamos nuestra mejor ropa, había que estar elegantes pues esta era una fecha muy especial y todos queríamos vernos muy bien.

Una vez terminada la cena pasábamos de nuevo a la sala para entonces repartir los regalos, a los más niños nos invadía la emoción pues ya desde unos días antes habíamos detectado cuantos regalos teníamos cada uno, mi mamá los iba sacando de su escondite y los iba poniendo en el arbolito de navidad. 

Todos los días ella seguía poniendo regalos hasta el día 24 que era la noche buena, (hasta de broma nos daba un obsequio) recuerdo que en una ocasión a uno de mis sobrinos le regalo una concha de pan en una cajota muy bien arreglada y él muy emocionado la abrió en cuanto se la dieron y cuando la vio soltó la carcajada al igual que todos nosotros pues ya sabíamos de antemano que ha algunos nos iba  a tocar un regalo de broma, pero enseguida para borrar la mala impresión mi mamá le entrego otro regalo que si no mal recuerdo fue una chamarra muy bonita. Así era de bromista  Doña María Luisa, siempre le ponía un toque de buen humor a todas las reuniones familiares.

Recuerdo como un sueño como se veía la sala llena de regalos, hubo ocasiones que llegaban hasta la mitad de la habitación, unos arriba de otros, cajas chicas, medianas y grandes había de todo, eso sí muy bien arreglados con su papel y sus moños, de diferentes colores y motivos navideños, cada uno traía el nombre al que pertenecía, por eso podíamos contar cuantos eran para cada uno.


Mis hermanas más grandes organizaban la repartición, a los niños nos sentaban en la alfombra, y mi mamá, mis tías, los invitados y mis demás hermanos ocupaban  los sillones y las sillas que se acomodaban para que todos estuviéramos juntos. Y así empezaban  a repartir los regalos nombrando a cada uno diciendo “De su mamá que lo quiere mucho para fulanito,” y entonces nos levantábamos a tomarlo y darle un beso y un abrazo, y así durante no sé cuantas horas hasta que se entregaba el último.


Ya para entonces la sala era un desastre todos habíamos abierto nuestros regalos y estaba todo lleno de papeles y moños tirados, todos con una cara de alegría y felicidad y nuevamente le dábamos de besos a mi mamá agradeciéndole porque nos había traído lo que pedimos. Y así muy felices nos dormíamos para al día siguiente levantarnos muy temprano a jugar con ellos.

Y así pasaron varios años de convivencia y felicidad, siempre fuimos muy unidos gracias a mi mamá. Todos fuimos creciendo, unos se casaron, otros nos fuimos a estudiar a Guadalajara, pero siempre teníamos la ilusión de regresar en las vacaciones para la navidad. Entonces todavía no existía la carretera y la vía era por Zacatecas, se hacían hasta 12 horas de viaje, por eso sólo veníamos a Colotlán  tres veces al año, eso sí las vacaciones  que con más emoción  se esperaba, eran las de navidad, ya no por los regalos sino por ver a mi mamacita y a  mis hermanos y convivir con todos ellos. Para entonces los regalos no se repartían en la noche, sino que al día siguiente se hacia una comida en la que nos volvíamos a juntar todos, los casados con su pareja y sus hijos y todos los solteros que ya éramos jóvenes de entre 15 y veintitantos años.

Porque en la noche después de la cena todos nos íbamos a hacer un recorrido por cada una de las casas de nuestras amistades en donde ya nos estaban esperando con refrescos o ponche para aguantar la desvelada, la pasábamos muy bien, cantando, platicando y contando chistes y anécdotas de algún personaje de Colotlán, luego terminaba la visita y las personas que nos recibían  se iban con nosotros a la otra casa que seguía en el recorrido y así pasábamos toda la noche hasta las 5 o 6 de la mañana, total que ya en el último lugar que llegábamos era una multitud  de gente.

Mi mamá nos acompañaba un rato y después se iba a la casa y nos decía, no se desvelen mucho pues mañana hay que organizar la comida. Ella se levantaba a trabajar como siempre, abría su botica como a las 9:00 de la mañana y empezaba a hablarnos como a las 10:00 para desayunar, ya para las 3:00 de la tarde  todos  participábamos  organizando la comida, pues ya había crecido la familia y no era suficiente el  espacio  en el comedor,  así que se ponían varias mesas en el patio y nos sentábamos a comer todos juntos el recalentado de la cena y ella muy contenta de tenernos a todos.

Después de la comida se repartían los regalos con la misma dinámica y así se prolongaba la fiesta hasta el anochecer. El tiempo paso y cada uno de nosotros fue haciendo su vida, pero siempre manteníamos contacto con mi mamá y con la ilusión de volver a estar juntos en navidad.

Cuando ya la mayoría estábamos casados y teníamos hijos, esta hermosa costumbre  siguió pero ahora se hacían intercambios de regalos de hermanos, cuñados y también de primos, y todos los hijos le dábamos su regalo a ella,  mi mamá nunca dejo de darnos regalos a todos sus hijos, yernos y nueras y a todos sus nietos. Así que cada vez había más regalos, pues si sus hijos todavía gracias a Dios somos 13 además de los yernos, nueras y nietos y uno que otro invitado imagínense la cantidad de regalos que se juntaban. 

Ella hiso de las navidades para todos nosotros, un festejo maravilloso de unión familiar. Los más chicos gracias a mi mamá y a Dios nunca supimos de carencias ni de problemas económicos solo ella sabía cómo se las arreglaba para podernos mantener a todos y darnos una educación. 

Fue una mujer muy valiente,  trabajadora, muy organizada y muy creyente pues supo inculcarnos el amor a Dios. En las noches cuando la oía rezar, siempre  le daba las gracias por ayudarla y con esa fe que ella tenía, supo sobreponerse a la muerte de mi papá, pues quedo viuda muy joven y con una gran responsabilidad.

Administro su farmacia con éxito durante muchos años, pero lo que más he admirado siempre de ella, era su gran amor por la vida, siempre fue una persona muy positiva,  muy alegre, bromista, le gustaba mucho la música, el cine, salir de paseo, ir a las fiestas, andar bien vestida y disfrutar de una buena comida, así era mi mamá, a pesar que padecía de crisis nerviosas cíclicamente, nunca perdió su buen humor.

Con este relato quiero decirle, gracias por tantos años de felicidad, gracias por inculcarnos que la unión familiar es lo más importante, gracias por que nos enseñaste a querernos a respetarnos y demostrar  a  nuestros hijos y nietos ese amor a la familia y a esas bellas costumbres en las que año con año deseamos estar juntos recordándote con toda nuestra gratitud y amor. 

Gracias mamacita.

Tu hija que te recuerda siempre con cariño y admiración. 

Lucy.

25 de Junio de 2013.

HISTORIA DE LA SECUNDARIA FORÁNEA 13 "RAMÓN GARCÍA RUÍZ"

 En una emotiva tarde del año 2008, se reunieron en las instalaciones de esta escuela varias autoridades civiles y educativas, maestros y alumnos; para conmemorar los 50 años de vida académica de la Secundaria Foránea No. 13 “Ramón García Ruíz”, en ese momento se narró parte de la historia que ha forjado esta escuela, aquí se las presentamos:


Por mucho tiempo esta institución representó para Colotlán el nivel más alto de enseñanza que un adolescente podía tener acceso, de 1958 a 1973 para ser exactos, ya que en este último año se establece la Secundaria Técnica No. 17; en 1977 la Escuela Normal Experimental, en 1980 la Preparatoria Regional de Colotlán y en 1997 el Centro Universitario del Norte de la Universidad de Guadalajara.

Como se aprecia, ahora contamos con una amplia gama de oportunidades para que los jóvenes o adultos sigan preparándose e incorporándose a la población económicamente activa en el campo que más les acomode. Ahora bien, entre nuestros egresados hay profesionistas reconocidos, pero también hay quienes solo terminaron su Educación Secundaria misma que fue base en la formación de un oficio.

Los Ex alumnos y Maestros aquí presentes de las primeras generaciones, recuerdan con cariño y añoranza las experiencias, actividades y convivencias de esos años; muy cierto es que los tiempos han cambiado y en esa medida la educación ha venido transformando métodos y contenidos, buscando que los egresados logren un perfil que les permita ser competitivos, eficaces, responsables y así poder enfrentar los retos de la época actual; donde la ciencia, tecnología y los idiomas son fundamentales.

La escuela, la familia y la comunidad conforman una unidad compleja en la que es necesaria la comunicación asertiva, la cimentación de valores y buenos hábitos. Agradecemos a todos los que han contribuido a la creación y desarrollo de esta escuela: Autoridades educativas, civiles, personas interesadas y sobre todo a Maestros, al Personal de Apoyo que han y van dejando parte de su vida aquí, pues varios somos también Ex alumnos.

Se preguntarán el porqué del nombre de “Ramón García Ruíz”; bien, Ramón García Ruíz fue un jalisciense que se dedicó a servir a los demás; fue Maestro, Secretario de Gobernación, Secretario de Educación, etcétera. Escribió varios libros sobre asuntos educativos; pero lo más importante para nosotros es que a él le tocó gestionar la Incorporación de esta escuela ante la Secretaría de Educación en 1958 y posteriormente, siendo Jefe del Departamento de Educación Pública tramita la oficialización de la misma en 1981; dejando en este momento de ser Escuela Secundaria por Cooperación para convertirse en Escuela Oficial.

Quienes integramos este colectivo escolar sabemos cuál es nuestro compromiso y contamos con la mejor disposición para que junto con los Padres de Familia, tengamos jóvenes con pensamientos de progreso, con metas encaminadas a un Proyecto de Vida que los lleve a ser hombres y mujeres de bien.

Esta Escuela de Educación Media Básica inició sus trabajos académicos por primera vez en septiembre de 1958 en el espacio físico que hoy ocupa la Escuela Primaria “Niños Héroes”, misma que fue construida para Secundaria; pues es en el año de 1949 cuando un grupo de colotlenses encabezados por el entonces Presidente Municipal, Don Agustín de Ávila Mayorga solicitan al Gobernador en turno Jesús González Gallo la construcción de una Escuela Secundaria en Colotlán ya que en toda la región norte de nuestro Estado no había ninguna; el Gobernador que permanece tres días en este municipio preparando la llegada del Presidente de la República Miguel Alemán Valdés quien viene a inaugurar la Presa de Excamé, tiene tiempo de platicarlo con el Presidente Municipal y personas interesadas, dando por consecuencia la aprobación para apoyar en los trámites ante la Secretaría de Educación y de Construcción.

Sin embargo, son los propios ciudadanos de Colotlán, quienes se dan a la tarea de iniciar. El terreno fue donado por el Sr. Juan Francisco Villalobos y esposa, con una superficie de 1 hectárea aproximadamente; pilares importantes fueron quienes conformaron el Comité Pro-construcción que quedó integrado de la siguiente manera: como Presidente, el Sr. Rafael Haro Márquez; tesorero, el Sr. Alberto Macías Romero y como ejecutor del proyecto escolar el Sr. J. Refugio Raygoza Pacheco. Además hay muchas personas que estuvieron dando aportaciones económicas para tan noble fin y queda la Escuela terminada en 1951 faltando solo la fachada. Resulta notorio el lapso de tiempo tan amplio hasta 1958; precisamente en esta época la Escuela de Niños que trabajaba en donde actualmente es el Mercado Municipal, se encontraba en pésimas condiciones físicas y por ende, representaba un peligro latente en la seguridad de los niños, motivo por el cual solicitan ocupar la nueva construcción de la secundaria que de momento se encontraba prácticamente abandonada.

Es hasta septiembre de 1958 que se inician los trabajos con el primer grupo de Secundaria, compartiendo ya el edificio con la Escuela Primaria; los primeros años se tenían horarios discontinuos, después se establece la Secundaria en turno vespertino y la Primaria en matutino, y así permanece por varios años. La Secundaria estaba incorporada a la Secretaría de Educación Pública en el Subsistema Estatal por lo que no se contaba con presupuesto alguno, sólo con un subsidio de $500.00 pesos, por tanto los alumnos pagaban una cuota mensual que se utilizaba para gastos de la escuela y honorarios de los maestros. Su primer director fue el Profr. Víctor Manuel Márquez Huízar, después continúa la Profra. Hermelinda Huízar Gálvez y es hasta el año de 1972 que toma el cargo el Profr. José Luis Arellano Enciso (hoy Supervisor de la Zona 16) primero como Subdirector y después como Director; siendo un fuerte apoyo la maestra Lidia Flores Ureña. Precisamente el Profr. Arellano es quien gestiona el trámite de oficialización de esta Escuela Secundaria en el año de 1980, y entre los requisitos que le piden se encuentra que debe tener edificio propio donde sólo se oferte el Nivel Medio Básico, y después de algunas pláticas con quienes dirigían la primaria se llegó al acuerdo que la secundaria buscaría otro lugar para establecerse, motivo por el cual el Maestro José Luis Arellano solicita al Presidente Municipal Fabio Alonso Ruíz Ortega, un terreno para construir el nuevo edificio y bajo Acta de Cabildo se sede este espacio en el que ahora nos encontramos, que en su momento funcionaba como campo de beisbol pero que años atrás había sido panteón.

Se conforma un Patronato y se inician los trabajos de construcción con la participación muy activa de maestros, alumnos, personal de apoyo y padres de familia. Se termina el primer módulo que constaba de 6 aulas, una cancha, baños y una dirección acondicionada. Nos cambiamos de la Escuela “Niños Héroes” a la Secundaria en el año de 1983, pero la escuela se oficializó en septiembre de 1981.

Posteriormente se construyeron otras 4 aulas, 2 en la planta baja y 2 en la alta; se cambió todo el sistema de electrificación, se construyó otra cancha de basquetbol, un laboratorio múltiple, un espacio para cooperativa escolar y la mitad de la barda perimetral. Recientemente y tras varias gestiones podemos contar con un área administrativa, biblioteca y cubículos de servicio académico y de orientación. Es importante señalar que muchos alumnos egresados han logrado ocupar puestos importantes en las diferentes áreas de la vida social, política, económica, educativa y de servicio en nuestro propio Municipio o en otros lugares del Estado y la República. 

Debemos en igual medida reconocer el trabajo de los maestros que contribuyeron a su formación, y que algunos de ellos ya no están entre nosotros. A los maestros fundadores nuestro reconocimiento, a los que continuaron y que por algún motivo se han retirado igualmente les damos las gracias y aunque a veces pensamos que los alumnos no valoran el trabajo, esfuerzo y consejos, crean que siempre llevarán una inquietud que difícilmente pueden olvidar. A los actuales nuestro respeto y agradecimiento.

Es importante también resaltar que esta Escuela Secundaria representó por mucho tiempo el nivel más alto de formación educativa de muchos jóvenes, ya que quienes deseaban continuar estudiando se veían obligados a trasladarse a las ciudades más cercanas como Zacatecas o Guadalajara y es hasta la década de los ochenta que llega a Colotlán el nivel de Normal y Preparatoria, mismos que han representado un despegue de crecimiento y desarrollo no sólo para nuestro Municipio sino para toda la región y sobre todo en los últimos años donde la Universidad de Guadalajara en su tan atinado proyecto de descentralización ha traído el Centro Universitario del Norte.

Como podrán darse cuenta tanto el edificio anterior como el actual están impregnados del trabajo, esfuerzo y voluntad de los colotlenses de ayer, de hoy y del mañana.

Profra. Ma. Elena Macías Ortega

HOTEL HACIENDA DE LOS GALVEZ

Del aniversario del hotel en el año 2015

¿CÓMO SE HIZO EL HOTEL?

¿CÓMO FUE QUE SE MOTIVARON PARA HACER DICHO HOTEL EN UN PUEBLO DE MENOS DE 20 MIL HABITANTES EN EL MUNICIPIO SIN PLAYA, SIN MAR, SIN INDUSTRIA?




Nosotros somos la familia Gálvez Dávila y nacimos en este bonito pueblo de Colotlán, cuando nuestros padres nos llevaron de niños y jóvenes a vivir a Ciudad Juárez extrañamos mucho nuestro pueblo y por este motivo nunca dejamos de venir a pasear principalmente porque aquí seguían viviendo nuestros abuelos y tíos, nuestro abuelito Don Cuco Dávila y nuestra abuelita Doña Nicolasa Ávila, en cada viaje que hacíamos siempre pensábamos en regresar y pensábamos que el pueblo estaba bonito pero demasiado abandonado y realmente tenía muy poco trabajo, nos decíamos los hermanos, seis y dos que nacieron en Ciudad Juárez en total somos ocho hermanos, cinco hombres y tres mujeres; y pensábamos que un día que Dios nos ayudara regresaríamos a hacer algo por nuestro pueblo, no sabíamos qué, pero algo que le diera trabajo a la gente, que se activara un poco la economía, que el Gobierno o los Gobiernos pusieran sus ojos en Colotlán y poder hacer algo que detonara en el pueblo.

Cuando nosotros salimos de aquí todavía no había carretera de pavimento solo llegaba a Jerez viniendo de Zacatecas, se logró el objetivo. Dios nos ayudó y con mucho trabajo y esfuerzo logramos hacer; primero como empleados, después encargados o gerentes luego poner nuestro primer negocio y de ahí en adelante gracias a Dios llegó el día en que vendimos lo que teníamos y pensamos: Tenemos un compromiso con Colotlán.

Y aquí estamos desde el año 2000 al año 2015 cumpliendo con un compromiso y con mucho trabajo y esfuerzo y por supuesto con mucha responsabilidad hemos ido creciendo y aunque los tiempos son muy difíciles, queremos seguir trabajando hasta que Dios lo permita solo pedimos que logremos generar más empleo, lograr los objetivos trazados.

Ahora les pedimos a todos los colotlenses que aman a su pueblo los que están fuera e incluso en el extranjero que vengan a invertir y entre todos podemos lograr un Colotlán próspero donde nuestras familias puedan tener más oportunidades.

Invitamos a todos los que están fuera que vengan a pasear a Colotlán y a la zona norte de Jalisco ya que todos los municipios son preciosos y tienen mucho que ofrecer, de esta manera podemos activar más la economía.


NUESTRA FAMILIA

Nuestro papá Luis Gálvez Romero (finado), nuestra Mamá María Guadalupe Dávila Ávila (finada), hermanos Arturo, Alfredo, Olivia Enriqueta, Mariano, Lupita, Luis Ángel y Raymundo.

Nuestros tíos; hermanos de mi mamá, nacidos aquí en Colotlán: mi tío Francisco (tío Pancho), Papá (de Panchito) empresario turístico promotor de Viajes a todo el mundo, mi tía Rosario (mi tía Chayo) mamá del General Raúl Pinedo Dávila, mi tía Irene (mamá de Rosalba) quien hace año con año su fiesta de cumpleaños en el cofrecito del rancho la Cofradía, en el que ofrece una cena y un festival con un desfile donde participan los charros y carros alegóricos invitando al público en general.

Tío Cuco (papá de Monseñor Martín Dávila Gándara), Tío José (tio pepe) papá de José Luis y de David Dávila Rivera, Tía Anatolia (tia Tola) mamá de Miguel y Aurelio López Dávila, Tía Olga abuelita del presidente municipal de Mezquitic (Álvaro Madera Dávila).

Solo hago mención de algunos de mis primos que son los que más conoce la gente aparte porque son de los mayores de cada familia.

Gracias de nuevo por atender nuestra historia.

El Hotel Hacienda de los Gálvez los espera con los brazos abiertos y gracias a Dios por permitirnos seguir aquí.

Estamos en el XV aniversario del Hotel 2000-2015.

Colotlán, Jalisco, México 2015.



AGRADECIMIENTO A NUESTROS CLIENTES Y AMIGOS

Por este conducto quiero agradecer a nuestra clientela que nos han apoyado año con año llámese Gobierno del Estado, Gobierno Municipal, Universidad de Guadalajara CUNORTE, empresas en general, agentes viajeros y un sin número de personas que viajan de todas partes de México y de Estados Unidos. Gracias a ustedes seguimos trabajando y aquí los esperamos con mucho gusto y atención como usted lo merece.



AGRADECIMIENTO ESPECIAL

Para el joven José Carlos Márquez Quezada, joven empresario de Ciudad Juárez que en este momento ostenta el cargo de Presidente del club JOVENES EMPRESARIOS CIUDAD JUAREZ (ROTERI) que con su trabajo, empeño y valentía hizo un consenso general a los clubs de los estados de Durango, Zacatecas, Coahuila y Aguascalientes para ver si aceptaban que el Congreso y cambio de Mesa Directiva del 23 al 26 de julio, teniendo como respuesta que estaban de acuerdo que fuera la cede de dicho evento el Hotel Hacienda de los Gálvez, en donde asisten 130 jóvenes. Cabe aclarar que estos clubs como parte de sus actividades es apoyar a los que menos tienen en esta ocasión en Colotlán visitarán el Asilo de Ancianos, y apoyarán en sus necesidades.


EL RETO DEL AMOR…

¿Qué ocurre después de 10 años de casados?

MTRA. ANITA PARRA | CUENTO |07 – 07 – 2018

- Para toda la vida, sí, acepto, contigo hasta el final, 

te amaré por siempre, te amo sobre todas las cosas, 

eres lo que soñé, siempre estaremos juntos, por siempre

 y para siempre… siempre…



Entre estas y algunas otras frases, se localiza el amor inicial de parejas que desean unir su camino, sin saber nada más de su futuro, palabras que viajan, historias que se cuentan; esto se encuentra en cada leyenda que viaja por el mundo, entre ilusiones, sueños y anhelos; ideales inconclusos, fantasías y magia a su alrededor. ¿Conoces a alguien así? Pues ahora te invito a leer un sueño escrito a base de pruebas.

En un lugar del mundo, donde la historia se escribe con tinta que derrama un corazón latiente; sonido tal cual, como agua de arroyuelo entre piedra, resuena este rojo palpitar. Entre montañas y verdes pastizales, comienza esta gran historia. Un joven, cuya familia le educaban con los más altos valores llenos de calor de hogar, sus padres trabajadores y responsables de la educación, saberes y deberes de su gran amor, le mostraban poco a poco el mejor andar, Jacob nombre que sus padres eligieron, es el fruto de su gran entrega.

Jacob hijo único de ese hogar, luchaba con sus propios enemigos internos, ideales falsos y sueños altos por alcanzar, era un joven como muchos más de aquel bello lugar. Al relacionarse con ellos podrían concretar viajes y aventuras sin fin, entre risas y alboroto se desarrollaba de lo más común. Únicamente el monstro interno que no tenían que tocar, aquel enemigo íntimo, que todos conocían, y que poco se hablaba de ello, su soledad.

Su personalidad se doblaba ante las palabras: eres único y te hace diferente. Resonaban entre voces de su cabeza, todo ello se marcaba más en la adolescencia, conforme pasaron los días el enemigo de Jacob se ocultaba de lo mejor, y al llegar a la juventud, parecía haberse eliminado, “buen trabajo” replicó entre dientes, sus padres orgullosos de él, su familia, y amigos cercanos que lo veían crecer, lo había hecho bien, pues concluyó esos sueños e ideales.

Un día de esos tantos que Jacob salía a explorar los alrededores de aquel lugar lleno de paz, tranquilidad, entre arroyuelos y campos verdes, se encontraría con una bella mujer, sin hacer alardeo, Jacob se sintió atraído por ella, y ella no lo podía disimular, comenzaron una amistad corta, sin pensarlo ni analizarlo más de dos veces aquello ya era como magia, puesto que en algunos meses, ya estaban hablando de matrimonio, de unir caminos, de fortalecer lazos, de dar el SÍ que haría la diferencia de sus vidas.

Nadia, la bella mujer que Jacob elegiría para esposa, era tímida, callada y muy sonriente. Llena de valores, de raíz en una hermosa familia que luchaba día a día por lograr encaminar a sus cuatro hijos por el sendero del triunfo. Era un hogar muy distinto al de Jacob, había diferencias emocionales muy marcadas, Nadia sabía perfectamente discutir con un hermano, hacer renegar a su pequeña hermana y poder dialogar con sus padres. Jacob en cambio conocía el amor en todo su esplendor que sus padres le otorgaron. En aquel momento nadie pensaría en el enemigo de Jacob. Ni tenían por qué traerlo al presente. Todo era del mejor color, el tinte perfecto para amenizar los verdes campos, los corazones latientes al mismo ritmo, he aquí donde comienzan a cerrar los ojos y abrir la mirada profunda del corazón, el famoso y tan nombrado Amor de pareja.

Nadia y Jacob, unen sus ideales para fortalecer sus sueños, se contagian de las mismas fantasías, ilusiones, sueños y anhelos. Entrando al mundo imperfecto de pareja, claramente ellos no lo sabían. Únicamente dijeron SÍ, ACEPTO, PARA TODA LA VIDA, HASTA QUE LA MUERTE NOS SEPARE. Justo así comenzó la historia. 

Comenzaron como cada pareja lo hace, acoplándose a su nuevo mundo de dos bases, y tratando de localizar la tercera para iniciar el triángulo perfecto, lo único que estaba ocurriendo sin que ellos lo supieran, era que el enemigo de Jacob y los pequeños monstros de Nadia salían sin que ellos lo sospecharan, algo terrible ocurría, nadie lo notaba, cuando esto pasaba sin sentir ni pensarlo; Jacob se transformaba; insultaba, lastimaba y ofendía, justo el corazón de Nadia, era egoísta se encerraba en aquel mundo infantil, demostrando su negro ser, decía palabras hirientes, y gestos que dejaban huella, - qué dolor ver esa imagen - olvidaba que estaba sujeto al amor de Nadia.

Jacob nunca se dio cuenta de ello, incluso conservaba objetos del pasado, eso era señal de que su enemigo jamás salió de él. Cuando a Nadia le salía su monstro, tenía una mirada amenazante, su silencio mataba, su distancia cortaba, su orgullo dolía, su sinceridad era hiriente al corazón; aunque la verdad decía, con ese tono jamás se entenderían.

Así son las cosas cuando los demonios en el matrimonio se dejan ver, ellos sin saber todos los días vivían para amarse y respetarse, para entregarse a la vida juntos uno al otro. En una tarde de poco calor y un clima agradable llegó la noticia de que su amor tenía efecto, un tercero llegaría a integrar su cariño, respeto, sueños, ideales y la magia de ser dos adultos, los cuales se convertirían en padres de un ser sin conocer, la experiencia que algunas parejas desean experimentar; abuelos, tíos y primos querían conocerle, sin saber qué sorpresa les daría la vida, una bella niña o gran hombre, para orientar y guiar tal cual lo hicieron con ellos, mejorarían cada aspecto, nada sería igual, hoy los responsables de todo, darían amor sin pensarlo dos veces.

Pasaron los días y las respectivas semanas, entre consejos e historias que confundían más el nacimiento de aquel pequeño bebé, llegó el gran día, julio se encargaría del regalo más grande de ser padre, entre enemigos y monstros internos llegó Jazael, un niño con mirada singular, sonrisa encantadora y muy inteligente.

Jacob, Nadia y Jazael iniciaron su vida en familia, sin darse cuenta los monstros y enemigos internos salieron en constantes ocasiones mientras Jazael reía y jugaba, crecía y aprendía, juzgaba y decidía… y eso jamás lo notaron, no era algo significativo ya que el monstro de cada uno les cerraba los ojos, les bloqueaba el corazón y dejaba secuelas serias en la integridad de Jazael. 

Hasta que ocurrió, la bomba tronó, sí, justo un día sin sentirlo llegó, los monstros salieron desatando un fuerte ruido en los tres corazones, en ese momento todo se trasformó, en dolor, rabia, coraje y rencor. Ella mencionó todo el dolor que sentía al ser ignorada, abandona, desplazada, en todos los aspectos, incluso mencionó ser títere de un mundo que nadie conoció, solo ella y su amor, se enfermó sin darse cuenta que la medicina a su lado estaba. Un corazón sangraba momento a momento, voces escuchaba con la misma historia: “hoy seré mejor” y ella esperaba con ilusión, pero eso nunca llegaba… la desilusión le tomó de la mano y el corazón oscureció.

A Jacob el enemigo letal se apoderó de sus ojos y pensamiento sin dejarle sentir, sus gestos fueron marcados con odio y dolor, el daño estaba justo en su mejor lugar, cerca del lecho de amor, a él dejó de interesarle todo de ella, su soledad lo aterró, la atención no llegó, el cambio no ocurrió, el miedo sobre su hogar cubrió, los 10 primeros años no les alcanzó para el sueño del amor cumplir, y ¿qué paso? Se preguntaba él.

A Jazael, su dolor le abandonó entre calles diferidas, entre días compartidos, momentos especiales, pero sólo para dos ojos, un corazón y dos manos, ya no estarían sus padres juntos, le rifarían los días, seleccionarían momentos, elegirían espacios, dobles obsequios tendría, doble casa pisaría, abuelos y tíos él visitaría. Salidas y graduaciones, familia dividida si tendría, doble carta haría. Un corazón llora pensando esto que él viviría. La tinta brota justo de aquí, la historia se escribe con hojas del corazón de Jazael. Y los padres suspiran y late su corazón dándole vida al pobre latir del pequeño corazón de Jazael.

Preguntas sin respuesta, dudas que agobian, magia que no hizo efecto entre ilusiones, sueños y anhelos; ideales inconclusos, fantasías… todo esto ocurre si no fijan su mirada como padres, pareja, amigos y amantes. Jacob comenzó el Reto del Amor, metas cortas para recuperar a su familia, cuidarla como siempre anheló, como nunca logró hacerlo. Confía plenamente en su Dios, su fe en el amor ya está. Nadia en su burbuja de sí misma, en espera que le dejen en paz. Con el mejor ideal de hacerle el bien a Jazael. Con el monstro de su mano y el corazón oscurecido. Y Jazael en tardes divididas con el corazón de tintero, la mejor tinta que pinta el alto atardecer lleno de sonrisas, porque su amor jamás se verá dividido.

¿Cuál es el mejor final? ¿Cuál es el final deseado? Jóvenes aún son, ellos padres de un primer hijo, de 10 años de matrimonio, ¿Cuál de su destino harán? ¿Cómo lo solucionarán, cómo le trabajarán? Mil preguntas, una estrategia, tres corazones, un libro de retos, sueños e ilusiones, y nadie puede escapar de una historia así, esto se vive a diario, por cada calle de la ciudad, caminos y pueblos. En tus manos está la solución y dejar que el corazón decida, será lo mejor para tu vida.

Los enemigos y monstros son seres pegajosos, almas de vida propia, que se apoderan de infantes, toman fuerza en la adolescencia y el adulto teme tocarlos para solucionarlos. Es el momento justo donde te separas de cada ser que amas y te alejas entre montañas y praderas, entre el verde de los campos, el tocar el cielo te hará pensar en tu pareja, en el ser que elegiste para compartir el camino, qué daño le haces para que ella o él se aleje de ti, de tu sueño y de esas ilusiones que forjaron un ideal, cumplirlo será el reto, el ¿Cómo? Se logra en par, en el triángulo perfecto de una relación, elimina el monstro trabajando con él, llega a un acuerdo y aprende a vivir sin él.

Que el tiempo no te gane pues cada movimiento es vigilado y si no te das cuenta llegará el día que otra historia se escriba con la tinta de ellos, si justo de seres inocentes que llegan a núcleos de amor, transformándose en dolor. No digas SÍ cuando el NO está latente. Piensa con el corazón, responde con la razón.

La historia no tiene fin, pues aún hay que vivir, y trabajar por lograrlo eso está en tu acción.

domingo, 7 de noviembre de 2021

Felipa Landeros Berumen

El único recuerdo que tengo de todos mis bisabuelos y bisabuelas es de quien me tocó conocer en vida, se llamó Felipa Landeros Berumen, esposa de mi bisabuelo Domingo Mayorga Palafox, aquí contaré un poco de su historia.

Mi bisabuelo Domingo se casó con mi bisabuela Felipa el 12 de mayo de 1923 en Huejucar, Jalisco; ella nació y creció en un rancho llamado San José de los Márquez, perteneciente al municipio de Huejucar; recuerdo cómo se emocionaba al pasar por la carretera que va a Monte Escobedo, justo en el crucero que va a su rancho, decía: “Este es mi aire” y suspiraba profundamente señalando con su dedo hacia arriba, de su propia voz me contó que ella nació el 1 de mayo de 1902 en unas tapias que estaban enfrente de la casa del rancho donde me llevaban de chico.

Era una mujer fuerte, bien podía estar por largos periodos sola en el rancho y a cargo de todas las responsabilidades del rancho, llevar en tiempo de sequía a decenas de reses a tomar agua a la cañada, cosechar y piscar lo que fuera necesario, acarriar agua, montar y desmontar animales para el traslado.

Contó que una vez le picó una araña capulina, metió el dedo al petróleo y se tomó un trago de tequila, además de hagarrar valor esperaba que con eso no pasara a mayores, como así pasó, no tuvo consecuencias más que un leve dolor de cabeza, más por la cruda que por el veneno; así por las mismas le mordió una víbora, esa vez la receta fue la orinoterapia que también trajo buenas cuentas.

Vecina en Colotlán de la cantina de Ubaldo Macías, cuando llegaba la tambora se ponía a bailar, le gustaba la canción "cartas marcadas", mi ranchito y la venia bendita del Bucky, entre otras.

Llegué a probar su queso, la cosa más deliciosa, la comida y las tortillas hechas a mano, en una esquina de la cocina la chimenea con mucha leña, los botes cuadrados de lámina pesadísimo para mi edad y la plancha para el queso, tengo entendido incluso que todavía sobrevive su “licuadora” de aquel tiempo que ella usaba.

El rancho que describo lo conocí como “El Rancho de La Loma”, cerca de San Antonio de Lajas, donde con mis primos hacíamos algunas “vagancias” como trepar árboles, tirar piedras a la laguna (que después teníamos que recoger cuando se secaba) subir y bajar en bicicleta y de las más atrevidas: subir el cerro del papalote, donde se tiene una vista espectacular de Huejúcar, Santa María y Colotlán, hasta me acuerdo de una amiguita que se llamaba Trini, vivía muy cerca de ese rancho.

En Colotlán supe que mi bisabuela tenía una casa justo enfrente de la casa de mis abuelos, por la calle Marcos Escobedo, esquina con Ramón Corona, aunque mi recuerdo es que siempre estuvo con mi abuela, también tuvo otro hijo de nombre José de Jesús, muy cercanos a ella, dejó este mundo poquito antes de cumplir sus 100 años de vida.

La conocí como Doña Pipa o más en confianza como Doña G, según me recuerdo un día le estaban preguntando su nombre y ella dijo que empezaba con la letra G, ahí tiene a los incautos tratando de atinarle a su nombre: Guadalupe, Guille, nada que adivinaban... porque Felipa no es con G, es Felipa con F; no se si se confundió o así escuchaba que le decían, pero trasencidó entre la familia el decirle Doña G por... "Gelipa".

Felipa era la segunda hija del matrimonio entre Bernardino Landeros Trujillo y Pioquinta Berumen González, ellos se casaron el 10 de diciembre de 1898 en Huejucar, él originario de San José de los Márquez y ella avecindada desde hacía tres años en ese mismo lugar. Tuvieron varios hijos: Francisco nacido el día 3 de diciembre de 1899, Felipa el 1 de mayo de 1902, Ramón el 31 de agosto de 1904, María el 24 de diciembre de 1906, Juan en 1909, Tomasa Eutimia en 1911, Felipe el 8 de febrero de 1917, Tomasa en 1922 y la hija menor de nombre Jesús el 6 de mayo de 1923.

En San José de los Márquez quedan familiares Landeros pero no los conozco y dudo sepan de mi pero supe que muchos se fueron principalmente a Jerez, Zacatecas; cabe destacar que el hermano Ramón tuvo varios hijos y uno de ellos es Don Beto Landeros, quien llegó con su familia a Colotlán y actualmente mantiene su veterinaria por la calle Morelos, sus hijos y nietos también han echado raíces en este pueblo del Norte de Jalisco y bien que nos ubicamos como parientes.

Bernardino Landeros Trujillo, padre de mi bisabuela, nació en el año de 1876 en San José de los Márquez, era de oficio agricultor y así sacó adelante a su familia, era hijo legítimo del matrimonio entre José María Landeros Segovia y Agapita Trujillo Flores (1851-1898) que a su vez tuvieron a sus cuatro hermanos: Cleofas en 1873, Miguel en 1879, María Paula en 1884 y Carlos en 1887. Por el lado materno, sus abuelos fueron Juan Berumen y Guillerma González.

En la misma línea paterna, del apellido Landeros, José María Landeros fue hijo de Antonio Landeros Martínes (nacido en 1810) y Damiana Segovia; Antonio fue hijo de José Patricio Landeros Errera (así escrito en su fe de bautizo del día 2 de abril de 1777 en Jerez, Zacatecas; casado con María Ygnacia Martines; este hijo José Patricio fue hijo del más antiguo registro que se tiene de un Landeros por estas tierras, este fue: Antonio Landeros (nació en 1757) y con su esposa Isabel Errera comenzó la historia genealógica aquí contada.

sábado, 6 de noviembre de 2021

FAMILIA LANDEROS CABRAL (PARIENTES MUY ESTIMADOS)

 Por Leonardo De la Torre y Berúmen.

Esta familia desciende al igual que muchas familias jerezanas de gentes oriundas de la península ibérica, que en su mayoría procedían de Castilla y Extremadura como es el caso del más importante de sus ancestros, antecesor de los principales linajes que habitan los estados de Jalisco, Colima, Guanajuato, Zacatecas, y otros al señalar a dicho ancestro me refiero al Licenciado Diego Álvarez Pérez de la Torre, nacido el año de 1482 en Almendralejo de Extremadura. Casado eclesiásticamente con Catalina Mejía[1], procreando a María Álvarez Pérez de la Torre, quien se casó en la capital de la Nueva Galicia con Hernán Flores, primer gobernador del reino de Nueva Galicia[2] y encomendero del pueblo de Juchipila*, nacido en Salamanca el año de 1511 e hijo legítimo del conquistador Pedro de Fuentes y de Catalina Isabel Flores.

Hernán de legítimo matrimonio procreó al Capitán Diego Flores de la Torre, quien contrajo matrimonio con Angela de Velasco, (nacida el año de 1540 en la ciudad de México) hija del conquistador Pedro Pacho Rodríguez y de doña Mariana Temiño de Bañuelos y Alcocer, hija del Alcaide de Temiño, don Diego de Velasco y de doña Francisca de  Alcocer, quien fuera hija del Jurado don Hernando de Bañuelos y de doña Beatriz de Alcocer.

Don Diego Flores de la Torre y doña Angela de Velasco, entre sus hijas procrearon a Angela de Velasco, misma que casó con Sancho Rentería, procreando a Sancho de Rentería[3], casado en el Real y Minas del Fresnillo con doña Agueda del Río y  a hija de un minero llamado Mateo del Río, vecino del Fresnillo el año de 1597[4] e hijo a su vez de don Gaspar del Rio y de la Loza y de doña María Rodríguez de Gordejuela, hija de don Rodrigo Gordejuela, quien fuera secretario del señor Condestable de Castilla.

Sancho de Rentería legítimamente procreó a doña Angela de Rentería Velasco y Mójica Río de la Loza, quien casó con don Juan del Campo y de la Torre, progenitor de Manuel de la Torre y Rentería, casado a su vez con doña María Josefa González de Haro y López, hija de don Gabriel González de Haro y de doña Mariana de Güero, que a su vez fue hija de don Sebastián de Agüero y de Ana de Rojas, vecinos de la ciudad de Zacatecas, donde contrajeron nupcias el 6 de noviembre de 1619.

Manuel y Josefa procrearon a Jacinto de la Torre González nacido en la villa de Jerez el año de 1686 y casado así mismo en Jerez el año de 1702[5] con doña Catalina de Llanos y Valdés, hija menor del Capitán don Juan José de Llanos y Valdés y de doña Juana de Ávila y Silva, fallecida en el pueblo de Colotlán antes del año de 1685.

Entre los hijos de don Jacinto, se encuentra don Isidro de la Torre de Llanos y Valdés casado en la ciudad de Nuestra Señora de los Zacatecas con doña Casilda Salcedo, nacida en el pueblo de Tlaltenango y fallecida en la villa de Jerez el año de 1777. De los hijos del matrimonio De la Torre y Salcedo se registran los nombres de: Pantaleón, José Isidro Abundio, Salvador, Bartolomé, José Hilario, Juana Lucia, María Paz e Inés, todos nacidos y avecindados en la villa de Jerez.

Don Pantaleón de la Torre y Salcedo el año de 1769[6] casó con María Isabel Peredo y Escobedo[7], a la que dejó viuda a finales del mes de febrero de 1799, siendo sepultada el día 28 con entierro mayor en fábrica de 23 pesos con 2 reales, incluyendo pozas, vigilia y misa con asistencia de seis señores sacerdotes, precedidos por el Bachiller don Pedro Carrillo Dávila. Al margen de su acta de defunción dice: que se le hizo novenario de misas cantadas; más en el cuerpo de dicha acta se lee que era español, alférez real del cabildo de la villa de Jerez y capitán retirado de la compañía de Jerez: casado y velado que fue con doña Isabel Peredo y que recibió los santos sacramentos de penitencia, eucaristía y extremaunción. Así mismo se aclara no haber hecho testamento, y que dio poder a sus albaceas, estando éstos, prontos a ejecutar su disposición, misma que cumplieron el presbítero don Juan de Dios de la Torre y don Ignacio Miranda, otorgando testamento a nombre y poder de don Pantaleón de la Torre y Salcedo, instituyendo albaceas y herederos y ordenando en una de las cláusulas, se diera un peso a cada una de las mandas forzosas[8].

Don José Isidro Abundio de la Torre y Salcedo, falleció en la villa de Jerez el año de 1793, habiendo sido casado el año de 1780[9] con doña María Josefa Antonia Basilia de Peredo y Escobedo[10], quien contrajo segundas nupcias el año de 1794 con don Ignacio de Ávila y Escobedo[11], español, originario de la villa que llaman Villa Gutiérrez del Águila y vecino de la villa de Jerez, hijo legítimo de don Patricio de Ávila y de doña Francisca de Escobedo[12]. Don Ignacio contrajo segundas nupcias el año de 1826 con madama doña María Petra Félix de Arellano y Díaz, hija legítima de don Antonio Félix de Arellano Mercado y de doña Juliana Díaz y García de la Cadena.

Bartolomé de la Torre y Salcedo, abrazó el estado eclesiástico obteniendo el título de Bachiller, habiendo realizado dichos estudios en el Seminario Conciliar de la capital neogallega, por lo que, al aspirar a dicho estado, presentó en el año de 1754 Información de limpieza de sangre, en la cual declaró haber sido bautizado en la villa de Jerez el 10 de septiembre de 1740 y ser hijo de don Isidro de la Torre, Alcalde Ordinario de Segundo Voto, natural de Jerez e hijo legítimo de don Jacinto de la Torre, ya difunto, quien fuera regidor perpetuo y fiel ejecutor en el regimiento de Jerez.

El conquistador Pedro Pacho Rodríguez, fue hijo legítimo de Diego Pacho y de Beatriz Rodríguez.

El Licenciado Diego Álvarez Pérez de la Torre era pariente y muy parcial del conquistador y Capitán General de la Nueva España, don Hernán Cortés y Pizarro Monrroy, extremeño, nativo de Medellín.

Don Pantaleón de la Torre de legítimo matrimonio sólo procreo un hijo varón nacido el año de 1771 en la villa de Jerez y fuera de matrimonio con mujer casada procreó el año de 1782 a una hija ilegítima; más bien dicho adulterina, la cual fue expuesta a la casa del Bachiller don Félix José Rodríguez Sáenz, quien la bautizó con el nombre de María Guadalupe Rufina del Refugio[13], quien contrajo matrimonio eclesiástico en la villa de Jerez el año de 1800 con el miliciano don Mucio Cabral de Escobedo, nacido el año de 1770[14] en la feligresía de Jerez[15] e hijo legítimo de Juan José Cabral y de doña Juana de Escobedo, casados el año de 1767 en la iglesia parroquial de Jerez[16], Juan José nació el año de 1745 en la villa de Jerez y fue hijo legítimo de José Cabral y de María Guadalupe Vázquez, casados y velados en la villa de Jerez el 17 de junio de 1733 por el Bachiller Juan Antonio de Aldrete, teniente de Cura[17].

José Cabral fue hijo legítimo de Juan Cabral y de Felipa de Ubillos, casados el año de 1700 en la iglesia parroquial de Jerez[18]. Juan Cabral nació en el puesto de Los Rodartes, jurisdicción de Jerez el año de 1674 y fue hijo legítimo de Juan Cabral y de Gertrudis de los Reyes Rodarte, vecinos del mismo puesto el año de 1700. Felipa de Ubillos nació en la villa de Jerez el año de 1685 y fue hija legítima de Pedro de Ubillos y de María García, españoles, avecindados en la jurisdicción de Jerez. Juan Cabral fue hijo legítimo de Domingo Cabral[19] y de Catalina Caldera, y contrajo matrimonio eclesiástico en la villa de Jerez en el año de 1671 con Gertrudis de los Reyes Rodarte, hija legítima de Mateo Rodarte y de Leonor de los Reyes, Mateo Rodarte fue hijo legítimo de Mateo rodarte y de Agustina de Rosales[20], vecinos de Jerez el año de 1620.

Domingo Cabral por el año de 1631 contrajo matrimonio eclesiástico en la villa de Jerez con Catalina Caldera, fallecida el 4 de julio de 1696[21] e hija legítima de Rodrigo de Pinedo[22] y de doña Catalina Caldera, que a su vez fue hija del famoso Capitán Mestizo Miguel Caldera, conquistador de estas fronteras e hijo natural de una india guachichil, llamada María y del capitán Pedro Caldera, uno de los primeros fundadores y pobladores de la villa de Jerez de la frontera, fundada definitivamente el año de 1572, a pesar de haberse mandado fundar el año de 1569.

Pedro Caldera fue hijo legítimo de Miguel Caldera y de doña Juana de Velázquez, vecinos de Valencia de Alcántara, España.

Doña Juana de Escobedo declaró llamarse Juana Josefa y haber nacido en el puesto de Lo de Salas el año de 1737, siendo hija legítima de don Nicolás de Escobedo y de doña Antonia del Árbol y Bonilla. Firmó su declaración para contraer matrimonio eclesiástico con Juan José Cabral.

Doña Rufina Rodríguez, al otorgar testamento en Jerez el año de 1875 declaró haber nacido en la villa de Jerez de la Frontera el año de 1782 y ser hija natural de don Pantaleón de la Torre y de doña Josefa Ruíz de Guadiana. Murió el 4 de julio de 1875 en Ciudad García, y al día siguiente fue sepultada de entierro mayor en el panteón de Los Dolores, después de haber hecho el señor Cura interino don Eufemio Astey, acompañado de los padres ministros don Alfonso María Olaez y don Gabino Bemal, las exequias solemnes que la santa iglesia acostumbra para los adultos[23]. Recibió todos los auxilios espirituales y fue casada canónicamente con don Mucio Cabral, de quien era viuda, procreando entre sus hijos legítimos a don José María Rodríguez, nacido en la ciudad de Jerez el año de 1814 y fallecido en la misma ciudad el año de 1879[24].

Don José María Cabral estudió la carrera de Licenciado y contrajo matrimonio eclesiástico en Jerez el 26 de abril de 1844 con doña Pantaleona Llamas Escobedo[25], progenitora de don Nisandro Cabral Escobedo[26], nacido el año de 1851[27] en Jerez y casado en la iglesia parroquial de Jerez el día 28 de abril de 1880[28] con doña Juana Escobedo, doncella de 16 años de edad, originaria y vecina de la ciudad de Jerez e hija legítima de don Mariano Escobedo y de doña Guadalupe Escobedo.

Nisandro quedo viudo de doña Juana, y contrajo segundas nupcias con la hermana de ésta, llamada Petra Escobedo Escobedo, con la que procreó varios hijos, contando entre éstos: a doña Emilia Cabral Escobedo[29], nacida en Jerez el día 12 de mayo de 1906 a las cuatro de la tarde, y fallecida en Jerez el 4 de septiembre de 1995[30]. Murió de Senectud y dejó viudo al señor Ramón Landeros Berúmen[31], nacido el año de 1904 en San José de los Márquez, Huejúcar, Jal[32]. Entre los hijos del matrimonio Landeros Cabral, tenemos a doña Elvira Celina Landeros Cabral, nacida en Jerez el 25 de enero de 1948[32].

Genealogía del apellido Landeros

Ramón Landeros Berumen era el tercer hijo del matrimonio entre Bernardino Landeros Trujillo y Pioquinta Berumen González, ellos se casaron el 10 de diciembre de 1898 en Huejucar, él originario de San José de los Márquez y ella avecindada desde hacía tres años en ese mismo lugar. Tuvieron varios hijos: Francisco nacido el día 3 de diciembre de 1899, Felipa el 1 de mayo de 1902, Ramón el 31 de agosto de 1904, María el 24 de diciembre de 1906, Juan en 1909, Tomasa Eutimia en 1911, Felipe el 8 de febrero de 1917, Tomasa en 1922 y la hija menor de nombre Jesús el 6 de mayo de 1923.

En San José de los Márquez quedan familiares del apellido, aunque muchos se fueron principalmente a Jerez, Zacatecas; cabe destacar que Ramón tuvo varios hijos y uno de ellos es Don Beto Landeros, quien llegó con su familia a Colotlán y actualmente mantiene su veterinaria por la calle Morelos, sus hijos y nietos también han puesto raíces en este pueblo del Norte de Jalisco.

Bernardino Landeros, nació en el año de 1876 en San José de los Márquez, era de oficio agricultor y así sacó adelante a su familia, era hijo legítimo del matrimonio entre José María Landeros Segovia y Agapita Trujillo Flores (1851-1898) que a su vez tuvieron a sus cuatro hermanos: Cleofas en 1873, Miguel en 1879, María Paula en 1884 y Carlos en 1887. Por el lado materno, sus abuelos fueron Juan Berumen y Guillerma González.

En la misma línea paterna, del apellido Landeros, José María Landeros fue hijo de Antonio Landeros Martínes (nacido en 1810) y Damiana Segovia; Antonio fue hijo de José Patricio Landeros Errera (así escrito en su fe de bautizo del día 2 de abril de 1777 en Jerez, Zacatecas; casado con María Ygnacia Martines; este hijo José Patricio fue hijo del más antiguo registro que se tiene de un Landeros por estas tierras, este fue: Antonio Landeros (nació en 1757) y con su esposa Isabel Errera comenzó la historia genealógica aquí contada.

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[1] Fallecida el año de 1544 en la capital del reino de Nueva Galicia. Según declaración hecha el año de 1551 por su hijo Melchor Pérez de la Torre, ella al igual que el Licenciado Pérez de la Torre era natural de la villa de la Torre, Condado de Feria.

[2] Falleció a fines del año de 1538 y al fundarse Guadalajara se estableció allí su hijo Melchor Pérez de la Torre con su mujer e hijas, alojando en su casa a su madre y a una hermana, la que casó con Hernán Flores, también fundador de dicha ciudad. Por una declaración hecha el año de 1551 se sabe que éste, era casado, teniendo hijos y nietos y que haría 7 años que murió su madre, quedando dos hermanas y tres hermanos con él y cuando murió su padre, ayudó a casar a sus hermanas, metiéndose los hermanos de frailes. Así mismo dijo que el año de 1529 pasó a la Nueva España, viniendo asignado para poblar el reino de la Nueva Galicia. Acompañando el año de 1540 al Gobernador de dicho reino, don Francisco Vázquez de Coronado al descubrimiento de Cibola. Así mismo declaró que el maese de campo don Garci López le tomó ganado para dar de comer al ejército en la villa de San Miguel de Culiacán.

[3] Hijo legítimo de Sancho Rentería, vecino de las minas de Guachinango en el año de 1534. Y hermano de don Juan de Rentería, Obispo de Cáceres en las Filipinas.

[4] Este año, fue testigo en la capital del reino de La Nueva Galicia el día 15 de octubre, declarando tener edad de 60 años.

[5] Al presentarse a la iglesia el día 21 de marzo de 1702, Jacinto de la Torre declaró ser español y tener edad de 16 años,además de ser natural y vecino de la villa de Jerez, firmando su dicho, mismo en el que dijo ser ya fallecido Manuel de la Torre, su padre. De igual modo lo hizo Catalina de Llanos y Valdés, española, de 18 años de edad, natural y vecina de la  villa de Jerez. Además, señaló que el pretenso le es deudor de su honra, y no firmó por no saber. En esta información fue primer testigo: Pedro González, español, de 65 años de edad y maestro de niños, vecino de la villa de Jerez que dijo tener consigo al pretenso desde muy pequeño; enseñándolo a leer, cuya declaración firmó.

[6] Don Pantaleón de la Torre, español, originario, vecino y del comercio de la villa de Jerez pidió dispensa de las tres amonestaciones, mismas que dispensó en la ciudad de Guadalajara el 2 de diciembre de 1769 su Señoría Ilustrísima, bajo pena de 50 pesos aplicados para los alimentos de las Religiosas Capuchinas de la ciudad de Guadalajara. Librando despacho al señor cura de Jerez Para que proceda a casarlo por palabras de presente, que hacen verdadero matrimonio según orden de nuestra santa madre iglesia. A este despacho dio cumplimiento el Bachiller don José Manuel Ontiveros, Cura y Vicario substituto por ausencia del propio, quien dijo: "…. no resultando impedimento canónico a los pretensos... Los casé por palabras de presente que hacen verdadero matrimonio: no procediendo a las demás solemnidades conforme el orden de nuestra santa madre iglesia, por la prohibición de velarse, lo que harán en el tiempo debido. Lo que certifico en la villa de Jerez el 21 de diciembre de 1769". Archivo Parroquial de Jerez, Zac. Dispensas, Rehabilitaciones y Licencias. Fojas: 70-79 vuelta. Carpeta: 3. Caja: 128. Año: 1756-1775.

El acta de velación asentada el 24 de mayo de 1770 nos dice: "Yo el Bachiller don Eduardo de Zúñiga vele in facie eclesiae a don Pantaleón de la Torre y doña Isabel de Peredo, conjuntas personas... Siendo sus padrinos don Salvador de la Torre y doña Rafaela de Peredo y es declaración que en virtud de dispensa de vanas que impetró el consorte del Ilmo. Sr. Obispo de esta Diócesis, no habiendo resultado impedimento se tomaron las manos por palabras de presente que hacen verdadero el matrimonio, el día 20 de diciembre de 69 en la casa de la esposa, siendo el ministro de este sacramento el Bachiller don Manuel Dontyveros, en aquella sazón Cura substituto por ausencia del señor don Antonio Ruíz de Olaechea, Cura propietario, de que fueron testigos don Antonio Salinas y Pioquinto Juárez, presentes y vecinos…” Archivo Parroquial de Jerez, Zac. Libro de Matrimonios: 5. Foja; 98 vuelta, Caja: 139, Año: 1761-1770.

[7] Nació en la villa de Jerez el año de 1744 y fue hija de Andrés de Peredo y de Timotea de Escobedo y fue confirmada el 19 de agosto de 1754 en la villa de Jerez de la Frontera.

[8] Visitación que hizo su Señoría Ilustrísima al testamento de don Pantaleón de la Torre y Salcedo. El cual dio por visitado y pagado. Archivo Parroquial de Jerez, Zac. Libro de Gobierno No. 1. Fojas: 201 vuelta - 207. Año 1683-1799. Véase transcripción del mismo al Apéndice, documento No. 8.

[9] Dispensa Matrimonial dada por el Obispo de la Diócesis y Reino de la Nueva Galicia el 4 de septiembre de 1780. Archivo Parroquial de Jerez, Zac. Dispensas, rehabilitaciones y licencias. Fojas: 39-40 vuelta. Carpeta: 4. Caja: 128. Año: 1776-1789.

[10] Hija legítima de don Andrés Peredo Terán y de doña Timotea de Escobedo Valenzuela, casados en la villa de Jerez a finales del mes de enero de 1741. Archivo Parroquial de Jerez, Zac. Exhorto de Matrimonio, 21 de enero de 1741. Fojas: 1-2 vuelta. Nació en la villa de Jerez el 16 de junio de 1746 y fue bautizada el 8 de julio de ese mismo año. Falleció de vejez a la edad de 75 años en la villa de Jerez el 30 de agosto de 1825 y se sepultó con entierro mayor y fábrica de diez pesos, con misa, vigilia y tres pozas.

[11] Mejor conocido como Ignacio Dávila (Escobedo), dueño de toda la manzana que circunda la plaza Tacuba de Jerez, Zac. A esta plaza se le conoció a mediados del año de 1850 como "Plaza Dávila", por estar dichas fincas aledañas a la plaza y ser su propietario el mencionado Dávila. Este señor fue enterrado el 29 de enero de 1846 con entierro mayor y fábrica de 5 pesos, insignias y tres dobles, que hacen 13 pesos en total. Archivo Parroquial de Jerez, Zac. Libro de Fábrica Espiritual No. 3. Año: 1843-1830.

[12] Casados en la iglesia parroquial de Jerez el 30 de septiembre de 1794, sin velación. Y fueron dispensados del parentesco de cuarto grado de consanguinidad, por el Ilmo. Sr. Obispo don Esteban Lorenzo de Tristán en la Santa Visita Pastoral, hecha a Jerez. Archivo Parroquial de Jerez, Zac. Libro de Matrimonios. Foja: 198. Partida: sin número. Año: 1794. Sin clasificar.

[13] De su acta de bautismo se obtuvieron los siguientes datos: María Guadalupe Rufina del Refugio, española, expuesta a la casa del Bachiller don Félix Rodríguez y de doña María García, quienes fueron sus padrinos de bautizo, mismo que se realizó en el templo parroquial de Jerez el 12 de julio de 1782 por el Bachiller Bartolomé de la Torre y salcedo". Archivo Parroquial de Jerez, Zac. Libro de Bautismos: 1. Foja: 105 vuelta. Caja: 4. + 1780-1784.

El ministro es hermano de su progenitor, que lo fue don Pantaleón de la Torre y Salcedo.

[14] Al pretender matrimonio dijo haber nacido en este año, a pesar de haber nacido un año antes como se puede ver en su acta de bautismo, de la que se extrae lo siguiente: “"Mució José, español, de 11 días de nacido en el puesto de El Guejote, hijo legítimo de Juan José Cabral y de María Juana de Escobedo.

Padrinos: Miguel García y doña Isabel Peredo. Bautizado en Jerez el 23 de mayo de 1769". Archivo Parroquial de Jerez. Libro de Bautismos, fojas: 61. Año: 1769.

Como se puede ver aparece como madrina de bautismo, la que habría de ser legítima esposa de su suegro, don Pantaleón de la Torre y Salcedo.

[15] Se levantó información matrimonial el 19 de abril de 1800, declarando don Mucio Cabral, ser español, soltero, originario y vecino de la feligresía de Jerez, de 30 años de edad y no saber firmar.

Doña María Rufina Rodríguez, dijo ser española, doncella, originaria y vecina de la villa de Jerez y tener edad de 19 años. No firmó por no saber. Para proceder a recopilar dicha información se presentó licencia in soriptis del Jefe Militar del miliciano don Mucio Cabral. Archivo Parroquial de Jerez, Zac. Informaciones Matrimoniales. Año: 1800.

[16] Juan José Cabral declaró ser español, oriundo y vecino de la villa de Jerez, hijo legítimo de José Cabral y de María Guadalupe Vázquez, de edad de 22 años, lo cual firmó, diciendo además haber violado la virginidad de Doña Juana de Escobedo, quien dijo llamarse Juana Josefa de Escobedo, española, nativa y vecina en Lo de Salas e hija legítima de don Nicolás de Escobedo y de doña Antonia del Árbol y Bonilla, difunta, De 30 años de edad y firmó, añadiendo que le entregó su cuerpo violando su virginidad, con el seguro de que ha de cazar con ella. Información Matrimonial levantada el 25 de diciembre de 1767. Fojas: 150 - 153 vuelta, Archivo Parroquial de Jerez, Zac. 

[17] José Cabral, asienta llamarse Juan José Cabral y ser español, originario y vecino de la villa de Jerez hijo legítimo de Juan Cabral y de Felipa de Hubillos, difunta. Y María Guadalupe Vázquez, declara llamarse Guadalupe Andrea y ser española, originaria de esta villa, hija legítima de Tomás Vázquez y de Rosa Carrillo difuntos. De este matrimonio fueron testigos: Juan Medrano y Pedro Medrano y los padrinos: José Tadeo de Casas y Salvadora Cabral. Archivo Parroquial de Jerez, Zac. Área: Sacramental. Sección: Matrimonios. Serie: Partidas y Certificaciones. Subserie: General. Caja: 139. Libro: 3. Foja: 21 vuelta. Año: 1731-1745.

La madre de la pretensa es llamada María de la Rosa Carrillo el año de 1767 en la información matrimonial de Juan José Cabral Vázquez, su nieto. Y en esta misma información se insertó una carta fechada en San José de Buenavista el 25 de diciembre de 1767 por don Simón de Escobedo, quien declaró si era su hija la madre del pretenso, a lo que dijo: ser verdad el haber tratado a María de la Rosa Carrillo, madre de la niña María Guadalupe Vázquez, y cuando la trataba ya era la niña grande, no le bajarían poco más o menos de ocho a diez años.

[18] Juan Cabral declaró ser español, originario y vecino de la jurisdicción de Jerez a pesar de que uno de los testigos y hermano carnal de Juan, llamado Francisco, dijo que el pretenso y él se han oriado juntos en la villa de Jerez, de donde son naturales. Y Felipa dijo llamarse Felipa de Ubillo y ser española y no saber firmar. Añadiendo ser vecina y natural de la villa, pero Diego de Nava, segundo testigo en su información matrimonial, afirmó conocer a la pretensa y que la ha visto criar en el puesto de Casa Blanca en compañía de sus padres. Archivo Parroquial de Jerez, Zac. Información Matrimonial, miércoles 25 de agosto de 1700.

[19] El año de 1672 aparece ya fallecido. Archivo Parroquial de Jerez, Zac. Información matrimonial. 11 de noviembre de 1672.

[20] Contrajo segundas nupcias con Andrés García de la Puente, ancestro del linaje García de la Cadena, que actualmente habita en la comunidad de La Gavia, Jerez, Zac. A doña Agustina la encontramos ya casada con este personaje el año de 1631 y aún para 1648. Entre sus hijos legítimos y de legítimo matrimonio con Mateo Rodarte, tenemos a: Miguel Sánchez, Mateo Rodarte y Juana María Rosales. Al primer esposo de doña Agustina, es decir a Mateo Rodarte se le dió merced de tierra antes del año de 1620 y actualmente estos bienes son lo que llamamos "Los Rodartes", comunidad del municipio de Jerez, Zac.

[21] La partida de entierro de esta señora, a la letra dice: “en la villa de Jerez el 4 de julio de 1696 murió Catalina Cabral, española, viuda que fue de Domingo Cabral. Administrósele el santo sacramento de la penitencia y extremaunción y fue enterrada este día en esta parroquia, con su misa de cuerpo presente. No testó por ser sumamente pobre. Y para que conste lo firmé. Bachiller don Francisco de la Rocha y Cazeres (Rúbrica)" Archivo Parroquial de Jerez, Zac. Hojas sueltas de un libro de entierros, que se registraron durante los años de 1695 - 1699. Sin clasificar. Aquí aparece como Catalina Cabral, y en otros documentos es registrada con los apellidos Caldera o Pinedo, siendo realmente éste último su apellido paterno y el materno Caldera.

[22] Miliciano que participó en la pacificación chichimeca y uno de los primeros fundadores y pobladores de la villa de Jerez de la Frontera. Se le dotó de tierra y ésta se denominó el puesto de Los Pinedos. De él desciende la familia Pinedo, que habitó en el rancho de Los Cuervos, Susticacán, Zac.

[23] En el acta de defunción aparece como doña Rufina Alatorre, de 93 años de edad y que murió de ancianidad en Jerez, De donde fue originaria. Siendo la finada hija legítima de don Pantaleón de Alatorre de la Torre y de doña Josefa Ruíz de Guadiana: El apellido de Alatorre que primeramente se le designa a don Pantaleón aparece enmendado en el acta original, siendo el valido el que procede de Alatorre, que es De la Torre, Archivo Parroquial de Jerez, Zac. Libro de Entierros: 5. Foja: 46 Partida: sin número. Caja: 150. Año: 1872-1878.

[24] Partida de entierro: "en la Iglesia Parroquial de Jerez el 27 de febrero de 1879 yo el Presbítero Gabino Bernal con licencia del señor Cura, acompañado de los Reverendos Padres Fray Francisco Bañuelos y Fray Mariano del Refugio Hoyos, hice las exequias solemnes que la iglesia acostumbra, con vigilia y misa de cuerpo presente por el descanso eterno del alma del Licenciado don José María Cabral y Rodríguez, de 69 años de edad, viudo de doña Pantaleona Llamas e hijo legítimo de don Mucio Cabral y de doña Rufina Rodríguez. Murió de diarrea en Jerez. de donde fue originario: confesó y recibió la extremaunción y su cadáver se sepultó en el camposanto de este lugar hoy día de la fecha". Archivo Parroquial de Jerez, Zac. Libro de Entierros: 3. Foja: 19. Caja: 151. Año: 1878-1896.

[25] Casados y velados en la iglesia parroquial. Fueron sus padrinos: don Juan Escobedo y doña Catarina Cabral. Testigos: Javier Montañez y don José María de la Torre. Archivo Parroquial de Jerez. Libro de Matrimonios: 1. Foja: 60, Caja: 141, Año: 1841-1848.

[26] Doncella, originaria y vecina de la ciudad de Jerez, de 30 años de edad e hija legítima de don Dionicio Llamas y de doña María Lina Escobedo, quienes aún vivían al tiempo que declaró y Firmó su información matrimonial, verificada ante el señor Cura de Jerez, don Juan José de Orellana, el 16 de marzo de 1844 Esta información contiene las generales del Licenciado Cabral, quien firmó lo que declaró y que a la letra dice: “don José María Cabral y Rodríguez, licenciado, soltero de 30 años de edad, originario y vecino de la ciudad de Jerez e hijo legítimo de don Mucio Cabral y de doña Rufina Rodríguez, que viven". Archivo Parroquial de Jerez, Zac. Información Matrimonial, 16 de marzo de 1844. Foja: 32-33.

[27] Bautizado por el Reverendo Padre Fray Pedro Manzano de licencia parrochi, en la iglesia parroquial Ms Jerez el 14 de noviembre de 1851 a los 7 días de nacido en la ciudad de Jerez. Recibió al bautizarse el nombre de José Nizandro (sic) y fue su madrina doña Clemencia Cabral y Rodríguez. El Padre Manzano se identifica como: "Religioso Presbítero del Sagrado Orden de Predicadores, Prior y Vicario Provincial del Convento de Nuestro Padre Santo Domingo y la Purísima Concepción de la ciudad de Zacatecas”. Archivo Parroquial de Jerez, Zac. Libro de Bautismo: 1. Foja: 126 vuelta. Caja: 8. Año: 1850-1852.

[28] En esta misma fecha fueron velados por el presbítero don Gabino Bernal, siendo sus padrinos: don Fernando Cabral y doña Francisca Cabral. Archivo Parroquial de Jerez, Zac. Libro de Matrimonios: 4. Foja: 56 vuelta. Caja 142. Año: 1880.

[29] Bautizada por el Presbítero don Francisco Vázquez del Mercado el 14 de mayo de 1906 en el templo parroquial de Jerez, Zac. Fueron sus padrinos el señor José Cabral y la señorita Soledad Sánchez. Fue hermana gemela de un varón, al que se bautizó el mismo día y se le dio el nombre de J. ENRIQUE, nacido en Jerez el 12 de mayo de 1906 a las 12 de la noche. Archivo parroquial de Jerez, Zac. Libro de Bautismos: 28. Foja: 68 vuelta. Partida: 497, El acta de bautismo del hermano gemelo se halla a la partida: 496. Año: 1926-1935.

[30] Recibió los Santos Oleos de manos del Señor Cura de Jerez, Presbítero Don Francisco Javier de la Torre García y fue sepultada el día 5 de septiembre de 1995 en el Panteón de El Calvario de Jerez, Zac. Archivo Parroquial de Jerez, Zac. Libro de Defunciones. Foja: 17. Número: 95. Año: 1995.

[31] Casados y velados por el Padre don Leonides Estrada en el templo parroquial de Jerez el 3 de septiembre de 1930. Padrinos: Aurelio Valdés Valdés y Ana María González de los Reyes. Archivo Parroquial de Jerez, Zac. Libro de Matrimonios: 17. Foja: 75. No. de Orden: 1057. Matrimonio Número: 206. Inf. Mat. No. 162.

[32] En su acta de matrimonio declaró ser hijo legítimo de Bernardino Landeros y de Píoquinta Berúmen y haber nacido el 31 de agosto de 1904 en la comunidad de San José de los Márquez, del municipio de Huejúcar, Jal.


 

martes, 2 de noviembre de 2021

EVOCANDO LA VIDA DE MIS PADRES

Texto de Julia Torres Salazar, gracias por su interesante relato.

Estoy en el patio de mi casa disfrutando de una esplendorosa Luna de octubre y viene a mi memoria el transcurso de mi vida cotidiana en la que estuve a lado de mis seres queridos: mis padres, quienes pasan como una película de recuerdos que aún viven dentro de mí ser. Al escribir estas líneas con un lenguaje sencillo gozaré nuevamente de vivencias felices y de momentos tristes.

Mis padres fueron Emilio Torres García y Lorenza Salazar Rodríguez, quienes procrearon 11 hijos: Elena, Julia, Josefina; Gerardo, Conrado, Angelina, Teresa, Emilio, Lety, Hugo y José Luis; actualmente sólo vivimos siete hermanos, mis padres ya gozan de la paz eterna.

Mi papá fue un hombre sencillo, quedó huérfano de padre desde muy chico, sólo con su mamá, quien lo dirigió con mano dura pero con amor de madre que sueña con un buen hijo, luchó para que él no equivocara el camino y no se revelara por sufrir necesidades económicas. Trabajó para darle lo necesario, así tuvo el ejemplo de su madre quien le enseñó que sólo el trabajo lo haría fuerte y lo blindaría contra cualquier espejismo.

Fue persona humilde, luchó para ganarle a la adversidad “era fuerte como un roble, aunque hubiera tormenta no caía, sólo se doblaba”. Se graduó en la universidad de la vida y con mención honorífica, “TITULO” dado por su familia. Supo ser padre y amigo, era de carácter fuerte pero de mucha calidad humana, con sus hijos varones había dialogo de amigos pero había regaños cuando era necesario, por esto se perdía algunas veces la armonía, pero pronto volvía.

Le gustaba ser niño y divertirse algunas veces al lado de mi mamá. El tiempo preferido era Navidad; nosotros en Noche Buena acostumbrábamos a ir a misa de gallo que se celebraba a las doce de la noche, después ir a la casa de mi mamá Mariquita (nuestra abuelita) a ver el nacimiento. Esa noche había tamales y algunas veces buñuelos pero no había cena de navidad o regalos; pero recuerdo que con mucha emoción esperábamos el día de los Reyes Magos, esa noche poníamos en el patio o zaguán nuestros  zapatos, mientras que nuestros hermanos sus huaraches; sobre el calzado dejábamos la cartita a los Santos Reyes; nos acostábamos más temprano y no había otro amanecer más esperado. A la mañana siguiente, nuestros papás siempre nos escondían los zapatos y nos decían que los Reyes los habían cambiado de lugar. Los buscábamos y que alegría al encontrar nuestros juguetes: para las niñas eran trastecitos de barro, muñecas de trapo y dulces; a los hermanos les traían: valeros, trompos y canicas. Gracias a nuestros padres que con tanto amor protegieron nuestra inocencia, con cuanta alegría disfrutamos estas tradiciones, bendita niñez e inocencia, al recordarlo vuelvo a ser niña. 

Los años inolvidables que viví al lado de mis padres, están acurrucados dentro de mi corazón, recuerdo su convivencia como pareja, había entre ellos una gran comunión en su vida diaria y como padres se ayudaban mutuamente para sobrellevar la dirección de la familia.

Les gustaba salir a caminar diario, después de comer se iban a disfrutar de los bellos atardeceres caminando por la alameda (alameda que recordamos con nostalgia) gozando de la sombra proporcionada por los hermosos álamos que orgullosamente erguían hacia las alturas como queriendo alcanzar el cielo, otro espacio que también disfrutaban era ir al jardín a sentarse en una banca bajo la sombra de nuestro inolvidable “Laurel de la India”. Mi papá le decía a mi mamá “vamos a la plaza a sentarnos en una banca a saborear un puño de cacahuates o semillas” (porque en ocasiones era lo único que podían comprar).

 

Nuestros padres nos dieron mucha paz y tranquilidad, desde luego que hubo días nublados en los que no había luz, mis padres sufrieron por tener una precaria situación económica y no podían darnos lo que ellos deseaban pero le doy gracias a Dios que estas carencias eran suplidas con el amor de nuestros padres, estas necesidades nos enseñaron que luchando y queriendo no hay obstáculo en la vida que impidan llegar a las metas soñadas.

Para formar y sostener mi papá a la familia la lucha fue ardua, desempeñó varios oficios, estudió solo la primaria, él recordaba con cariño a su maestra Antonia Macías Romero, le gustaba leer, por él nos nació el interés hacia la lectura, tenía bonita letra. Disfrutaba escuchando música como valses vieneses, desde luego la música romántica y una de sus preferidas: Las cuatro estaciones de Vivaldi. Recibía varias revistas como Papel de humo, Proceso, Selecciones, Enguardia (revista que sólo se editó en la segunda guerra mundial) y que aun conservamos algunas.

Su deporte favorito era el beisbol, cada domingo como devoción y sin pasársele la hora, agarraba su banco y se iba al campo deportivo Cuauhtémoc a disfrutar de un bien encuentro. Llevaba su banco porque en su tiempo no estaba el campo deportivo acondicionado como actualmente se encuentra, carecía de gradas y aún más ni circulado estaba, pero eso si había un gran equipo de béisbol “Los rojos” con su gran pitcher Antonio Lares. Este equipo cubrió muchas veces de gloria el campo deportivo Cuauhtémoc con sus famosos triunfos en encuentros con equipos visitantes y de primera división, “Los rojos” fueron reconocidos fuera de nuestro municipio como un gran equipo, así como su pitcher.

“Honor a quien honor merecer” el gran patrocinador y ferviente aficionado fue el sacerdote Timoteo Hernández, él fue quien dio un gran respaldo a este equipo y a él se le debe la integración de “Los rojos”.

Mi papá tenía delirio por las plantas, él era feliz de que en la casa siempre hubiera macetas llenas de flores. En una ocasión mi mamá necesitaba mandado para la cocina, se lo encargó a papá, pero rato después llegó mi papá con unas flores preciosas, se las dio a mi mamá y le dijo “aquí está tu mandado”, salió al patio y comenzó a acomodar las macetas; esto no fue del agrado de mi mamá porque rato después mi papá se sentó y pidió de comer , entonces mi mamá le dijo “no hay comida, ahora comen plantas”, en ese momento mi papá se dio cuenta que en verdad mi mamá estaba molesta. 

Como dije antes, mi papá desempeñó varios trabajos en su lucha por la vida y así forjarse una coraza que lo libraría de los vendavales que enfrentaría al cruzar los ríos de la vida, trabajó en el rastro municipal que estuvo ubicado en la finca de la esquina Zaragoza-Paseo, ahí soldaba botes de manteca, sus instrumentos de trabajo eran un brasero que encendía con carbón, un cautín y barras de soldadura de estaño, fue empleado en una embotelladora de sodas que había aquí en Colotlán, la dueña era de nombre Mercedes Castañeda. Cursó por correspondencia Práctico de radio y televisión, recibió el diploma de fin de curso en 1956 por National School de la ciudad de los Ángeles California, estudio que practicó muy poco. 

Con el señor Pablo Iturriaga tuvo la oportunidad de enseñarle a trabajar el oro y la plata. En la casa acondicionó un pequeño taller para laborar, su equipo de trabajo era muy exquisito y lamentamos no haberlo conservado. Este oficio como lo disfrutó, elaboró muchos trabajos, entre ellos: pulseras con monedas de 20 centavos, se plata, se milagros; aretes, anillos, algunos eran esmaltados y grabados, las argollas de matrimonio de mi hermano Gerardo él las hizo.

No fue conformista y siempre estaba buscando nuevos horizontes, compraba revistas como “Mecánica popular”, en ella encontró algo que lo entusiasmaba y sin pensar si podía o no se embarcó en una nueva aventura y adquirió un equipo de soldadura autógena (aquí en Colotlán fue pionero en tener esa clase de equipo), se atrevió a trabajar solo con las instrucciones y un catálogo, trabajo que gracias a Dios le gustó, así empezó a elaborar puertas, ventanas, canceles, cercos, barandales, vigas y repisas para macetas, trabajos que hoy todavía lucen en algunos hogares de nuestro bello Colotlán. Este taller lo instaló fuera de la casa, tuvo bastante demanda en su trabajo y con el adquirió experiencia y confianza en sí mismo. Tiempo después compró otro equipo de soldadura eléctrica, aparato con mejor capacidad, poco a poco fue montando su taller con más y mejores herramientas.

En el templo de San Nicolás cuando el padre Timoteo Hernández era el capellán, le encargó a mi papá restaurar las ventanas de la cúpula del templo. En la capilla de San Lorenzo también se encuentran trabajo de él. 

En una de las administraciones municipales del señor J. Refugio Raygoza Pacheco, le mandó hacer unas lámparas estilo colonial, mismas que fueron colocadas en las calles Hidalgo, Independencia, Centenario y Morelos; aun conservamos una de ellas en servicio instalada afuera de nuestra casa.

Cuando ya gozábamos en nuestro pueblo de los servicios de agua potable, drenaje y energía eléctrica, fue uno de los primeros que empezó a hacer instalaciones de baños y de tuberías para agua potable dentro de algunos domicilios, también hizo instalaciones eléctricas; para este trabajo ya le ayudaba su hijo Emilio quuien siguió su profesión, actualmente él tiene establecido su propio taller de herrería, equipado con mejores aparatos y una tecnología más adelantada, al igual que mi padre ha realizado varios trabajos desde luego: puertas, ventanas, canceles, vigas, cercos, repisas, en algunas escuelas del municipio ha instalado columpios y canchas de juego; en el municipio de Santa María de los Ángeles se encuentran varios trabajos realizados por él. El barandal de la capilla de San Lorenzo también es trabajado de mi hermano, mi padre al igual que mi hermano con sus trabajos dejan huella de su arte en esta región. 

Mi papá fue miembro de la banda de música que había en su época, formada por varias personas oriundas de nuestro pueblo, todas ellas de feliz recuerdo, fotos de este grupo se pueden encontrar en la casa de la cultura expuestas al público.

Cuando faltó mi papá, mis hermanos varones ya habían salido de la casa alejándose del terruño para emprender la aventura de sus vidas llevando las alforjas llenas tan solo de ilusiones, la lucha fue dura y difícil pero con tenacidad lograron vencer las barreras que se interponían para realizar sus sueños, lucharon, vencieron y tuvieron la satisfacción de llegar al final de algunas de sus metas, el recuerdo de mi papá fue la fuerza que los sostuvo en la lucha, creo que con satisfacción de llegar al final de algunas de sus metas, el recuerdo de mi papá fue la fuerza que los sostuvo en la lucha, creo que con satisfacción y por qué no también con orgullo podrán decirle a mi papá “gracias, esperamos no haberte fallado”.

Mi mamá fue la columna donde se sostuvo la familia, fue una mujer que tuvo la dicha de que Dios la bendijera con una larga vida, sus 101 años los gozó llena de lucidez y fortaleza física, perdió pronto a su esposo, quedó sola con sus hijos, pero su temple de mujer de fe y a pesar de las vicisitudes que da la vida, sostuvo su hogar con los mimos anhelos que tenía mi papá, pudo y tuvo la satisfacción de ver a cada uno de sus hijos realizar sus sueños por los que lucharon, damos gracias a Dios por habernos concedido la dicha de gozar tanto tiempo a nuestra madre.

Mi mamá en su juventud fue espectadora y aún más vivió uno de los acontecimientos que en los anales de la historia de nuestro pueblo nos narran, nuestro Colotlán fue escenario de varios sucesos históricos, uno de ellos la guerra cristera, hago mención a esta época porque como dije antes, mi mamá tuvo la experiencia de vivir uno de esos sucesos, a nosotros sus hijos nos gustaba que nos platicara esos acontecimientos, nos sentábamos a su alrededor para que nos contara sus recuerdos, uno de ellos es el que trataré de narrar en palabras sencillas como lo platicaba mi mamá:

… Durante la guerra cristera los templos católicos estaban cerrados, no podía uno practicar su religión con libertad, por lo mismo cualquier acto religioso se hacía a escondidas, en ese tiempo y para pedir por la paz (sin recordar la fecha) se organizó una peregrinación para ir a visitar a la virgen del Rosario que se venera en Santiago Tlalteloco, se hizo la invitación a varias personas muy secretamente, aquél día aproximadamente a las 4 de la tarde en el lugar conocido como el camposanto (donde ahora se encuentra el Seguro Social y la Secundaria) nos reunimos como unas 50 personas, casi éramos puras mujeres, para de ahí salir caminando a Santiago, de pronto llegaron los soldados acompañados del presidente municipal que era el señor J. Guadalupe Rivera. Nos rodearon, todas permanecimos calladas y muertas de miedo, enseguida nos dieron la orden de caminar. Formadas bajamos por la calle Zaragoza, dimos vuelta por la Centenario y luego bajamos por la Cuauhtémoc hasta la presidencia municipal, siempre vigiladas por los soldados, nos revisaron a cada una nuestra ropa y todo nuestro cuerpo porque decían y sospechaban que escondíamos algo y se lo llevábamos a los cristeros. En la cárcel estuvimos toda la noche y el día siguiente, algunas de las detenidas salieron esa noche, eran persona de buena solvencia económica y sus familias pagaron la multa. Nos tenían incomunicadas, lo único que hacíamos era rezar y rezar por el miedo que teníamos, yo salí hasta el otro día, mi papá pagó 5 pesos de multa. Cuando estábamos en la cárcel nos llegaron muchas canastas con comida, pero así como llegaban se las llevaban, porque por el miedo que teníamos no podíamos ni comer, cuando salimos nos dimos cuenta que frente a la presidencia había mucha gente, entre ellos cristeros muy discretos, que por temor no hicieron nada para que no fuera haber un enfrentamiento y alguno se matara. Nunca supe quién nos delató, por esta razón ya no se volvió a organizar otro acto religioso…” Esta es una de las experiencias vividas por mi mamá, en los sucesos históricos de nuestro querido Colotlán.

Mi padre siempre nos decía “en la lucha por la vida ninguna barrera los detenga, permanezcan siempre de píe, no importa que tengan que caer, conserven un buen amigo, sean siempre una familia unida y no importa el éxito que alcance, nunca olviden su origen, porque un árbol sin raíz se seca”. Estos recuerdos están llenos de amor, admiración, respeto y agradecimiento a estos seres queridos que Dios nos dio como padres. 

Esta recolección de recuerdos los compartos en esta narración escrita con palabras sencillas y carentes de prosa agradable pero me es difícil transmitir la emoción que siento aunque a la vez nostalgia por lo que ahora solo recuerdos son.


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