sábado, 26 de noviembre de 2022

INICIO DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA EN ESTA REGIÓN

Por: Profr. Luis Barragán, Cronista del municipio de Monte Escobedo, Zacatecas.


El gobierno del Gral. Porfirio Díaz (Presidente de México), se había prolongado por más de 30 años y ya tenía tiempo de manifestarse en el pueblo de México un intenso malestar.

En este estado de cosas, surge un candidato a la Presidencia de la República: el señor Francisco I. Madero, quien representa al Partido Constitucional Progresista. Al ver el viejo dictador Díaz, que el señor Madero contaba con una gran simpatía del pueblo y estaba emprendiendo una campaña fuerte, lo mando aprehender y es hecho prisionero en la ciudad de San Luis Potosí, de donde con la ayuda de sus partidarios logró huir, (trasladándose a los Estados Unidos) y desde ese país y basándose en un plan que él elaboró (en su estancia en la cárcel potosina), se proclamó en contra de la tiranía porfirista invitando al pueblo de México a levantarse en armas en contra del gobierno. Este levantamiento debería iniciar del 20 al 30 de noviembre de 1910.

El gobierno conociendo este plan trató por todos los medios a su alcance de desprestigiarlo, tratando de desanimar a los mexicanos para que no emprendieran este gran movimiento social, e inició feroz persecución a sus partidarios siendo los hermanos Serdán las primeras víctimas.

En nuestra región se tardó un poco en saberse estas noticias (sobre el movimiento Maderista), pero en la ciudad de Jerez empezaron a notarse los primeros brotes Maderistas, ya que al grito de “Viva Madero” fue asaltada la prisión matando al centinela.

En Monte Escobedo el populacho se empezó a sentir envalentando al saber que por la sierra merodeaba el campesino Isabel Tovar que, aunque originario de la hacienda de Abrego, traía gente de los ranchos del norte del municipio en apoyo al movimiento de Madero. Se le empezó a perder el miedo a la autoridad y es así como el campesino Pedro Sánchez alias “la Loba”, andaba escandalizando, al ser llamado al orden por el presidente municipal Don J. Refugio Rodríguez; en lugar de atender a la autoridad, lo agredió con su cuchillo, por lo que el presidente se vio obligado a dispararle.

El coronel Don Luis Moya encabezando un movimiento de consideración salió de Santa Rosalía el 2 de febrero de 1911 y se internó en la región de Mezquitic, desde Donde al frente de 300 hombres exigió la rendición de la plaza de Monte Escobedo; las autoridades no tenían elementos capaces para hacerle resistencia, y es así como entraron los primeros revolucionarios a este pueblo. El coronel Moya demostró un gran respeto a la ciudadanía no permitiendo a sus hombres cometer desmanes. 

De Monte Escobedo los revolucionarios siguieron para Atolinga. Don Santos Bañuelos (originario del rancho de Pastoría de este municipio), se une al grupo y acompaña a Moya hasta Sombrerete, en donde éste último pierde la vida en un combate. De ahí en compañía de Don Pánfilo Natera se van a Nieves, a seguir impulsando el movimiento maderista que ya a nivel nacional era incontrolable.

Se hicieron elecciones para designar nuevo presidente de la república, resultando electo el Sr. Francisco I. Madero, quien al desempeñar el cargo se tardó en cumplir las promesas de campaña, surgiendo nuevamente las protestas ciudadanas, se rebelaron contra su gobierno los generales Emiliano Zapata (en el sur), Pascual Orozco y Benjamín Argumedo (en el Norte); permanecieron fieles a Madero el General Francisco Villa y con él Don Santos y Don Félix Bañuelos.

En el año de 1913 vino el cuartelazo de la ciudadela que culminó con la muerte de Madero y el vicepresidente Pino Suárez, tan luego se supo esta fatal noticia en Monte Escobedo comenzó otra vez el sobresalto y la inseguridad.

La mañana del día 14 de mayo de 1913, se escuchó un fuerte escándalo acompañado de tiros de fusil, era que en la acera oriente de la plaza, frente a la tienda de Don Fortino González se encontraba Don Cruz Vázquez del Mercado, Don José Ma. Castro, Don Teófilo Díaz, Filomeno del Real y otros (aproximadamente 25), todos bien armados, en buenos caballos gritando a favor de la causa maderista, nombraron presidente municipal a Don Cruz Briones. De aquí se fueron a Camotlán a reunirse con la gente de Don Félix Bañuelos para de ahí dirigirse a Nieves a reunirse con la división del centro que mandaba el general Pánfilo Natera.

En el municipio de Monte Escobedo se organizaron las personas más pudientes económicamente, en defensas sociales, con el propósito de auxiliarse mutuamente en caso de ser atacados por los revolucionarios, pero cuando se presentaron los generales Bañuelos y Ávila, el pueblo los recibió con júbilo y los de las defensas no intentaron impedir nada.

En el mes de abril de 1914, Don Santos, Don Félix, los Ávila y Domínguez atacaron la ciudad de Colotlán, Jalisco; defendido por los generales huertistas Cheché Campos y Benjamín Argumedo, causándoles graves destrozos e incendiando varias casas.

En mayo de 1914, Don Venustiano Carranza (jefe máximo de la Revolución) ordenó a las fuerzas de los hermanos Arrieta de Durango, que junto con Natera, los Bañuelos y Ávila tomaran la cuidad de Zacatecas, que estaba defendida por el General Luis Medina Barrón al mando de 9000 soldados del ejército federal.

Hicieron varios intentos, pero no pudieron apoderarse de la plaza y es entonces cuando Villa, sin órdenes de Carranza, avanzó sobre Zacatecas y todos juntos el día 23 de junio de 1914, tomaron, saquearon y destruyeron la ciudad dando el golpe mortal al ejército de victoriano Huerta.

Después de derrotado Huerta, surgen serias rivalidades entre los dos jefes Carranza y Villa dando como resultado que muchos jefes revolucionarios también se dividieran, tomando unos el bando de Carranza y otros perteneciendo fieles al General Villa.

En Monte Escobedo, 1916, corrió el rumor de que fuerzas villistas se acercaban a la población que estaba defendida por el General Carrancista Francisco G. De Santiago, quien optó por esperarlos atrincherado en la hacienda de Santa Teresa. Después de 4 días de intentos, los villistas tuvieron que retirarse en franca derrota.

En esta región, como en otras tres, hubo una serie de derrotas. Los villistas quedaron dispersos, cometiendo atropellos para su subsistencia y es así como el 12 de agosto de 1917, el jefe de armas de María de la Torre, Don Alejandro Sánchez recibió un recado en el que la defensa de Laguna Grande le pedía auxilio, pues se encontraba amagada. La defensa de María de la Torre compuesta por 10 hombres se fue a prestar dicho auxilio y en el potrero de San Miguel los esperaba una tropa bien armada que se les presentó

como carrancista y después de algunas pláticas y compartir alimentos fueron sorprendidos los integrantes de la defensa y pasados a cuchillo; encerrando los cadáveres en una tapia.

Este acto causó honda consternación en los habitantes de María de la Torre, los cabecillas del grupo villista fueron Tomas Domínguez y Abraham Cano. Estos son parte de los hechos que, como consecuencia de la revolución, acontecieron en nuestro municipio.

Élite de Bolaños y su relación con otros grupos sociales de la región norte de Nueva Galicia

 José Rojas Galván

HiSTOReLo REVISTA DE HISTORIA REGIONAL Y LOCAL

Vol 4, No. 8 / julio - diciembre de 2012

Otra de las consecuencias que trajo consigo la restructuración administrativa y militar de los borbones a principios de 1780, fue que en el territorio norteño de la Nueva Galicia se diera una serie de enfrentamientos entre la élite del real minero de Bolaños y la población indígena del territorio del Gobierno de las Fronteras de San Luis de Colotlán, la cual en no pocas ocasiones se sublevó por los abusos que los poderosos cometían en su contra, pues al tener el control militar, los ricos mineros no dudaron en obligar a los indios a trabajar en sus minas, y en despojarlos de sus tierras fértiles bajo el contubernio de empleados de la Corona, a pesar de estar prohibido por el gobierno español, por tratarse de indios flecheros encargados exclusivamente de la defensa de la frontera de Colotlán desde el año de 1591.

Las rebeliones de indios que se presentaron en la Nueva España de manera general, y en la Nueva Galicia en particular, a lo largo del período colonial, son muestra palpable de la inconformidad de los indígenas, de su devenir histórico plagado de resentimientos y movilizaciones, de un constante proceso de explotación (Soriano 1994, 20) y despojo de sus tierras, principalmente.

En lo que respecta a las rebeliones indígenas que se suscitaron en la Nueva Galicia, la mayoría tuvieron el carácter de sublevaciones contra autoridades o contra las medidas de gobierno (Caso et al 1991, 149); sin embargo, hubo una que tuvo el rasgo de insurrección contra la dominación española: la rebelión del Mixtón de 1541 1542. Dicha rebelión puso en entredicho la misma permanencia de los españoles en el occidente de la Nueva España. Los factores principales que permitieron estructurar y aglutinar a grupos indígenas tan diferentes en dicha rebelión fueron: la severidad del colonialismo y la imposición de una concepción del tiempo, del pasado y del mundo (Olveda 1994, 72), muy diferente de la que tenían.

La historia de todo régimen dominante y la historia de la conspiración son dos líneas paralelas que se remiten de manera mutua. Donde se encuentra el poder secreto se localiza casi como su producto natural el contrapoder, igualmente secreto, en forma de conjuraciones, complots, o bien de sediciones, revueltas o rebeliones, preparadas en territorios impracticables o inaccesibles (Villamil 1996,121).

En ese sentido, el territorio del Gobierno de Colotlán reunía dichas condiciones geográficas suficientes para el surgimiento de dichas sublevaciones. Ello obligó a las autoridades coloniales a reforzar los mecanismos de apoyo para contener el hostigamiento de los indios sublevados del norte. A los indios ya pacificados que tenían sus asentamientos dentro de la jurisdicción de Colotlán, se les concedieron prerrogativas como: portar armas, montar a caballo y vestir como “hidalgos”, a cambio de su cooperación como soldados del rey a la hora de combatir a los indios seminómadas. Por tal razón, el capitán protector del gobierno de Colotlán organizaba la población masculina en una milicia.

La sede del funcionario español que estaba al frente del gobierno se localizaba en Colotlán; era un militar y, en teoría, poseía poderes casi absolutos en materia política, administrativa, militar y también judicial, sobre los colotecos —en su mayoría indígenas—, que ponía en práctica auxiliándose de varios tenientes. En ese sentido, Shadow (1991, 64-65) aclara que el factor principal al definir la jurisdicción del gobierno de Colotlán era de carácter étnico en lugar de territorial. Es decir, el Gobierno de las Fronteras de Colotlán era una institución étnicamente exclusiva.

Lo anteriormente señalado, hace suponer que nombrarse o asumirse “coloteco” daba a los indios norteños cierto prestigio social y cierta identidad cultural, lo cual fue una herramienta utilizada en el siglo XVIII, para defender sus privilegios e intereses de los ataques de la élite que ambicionaba sus tierras fértiles.

Tal como sucedió a partir del despegue del auge minero de Bolaños en la séptima década del siglo XVIII, cuando la interrelación social de los grupos de poder y contrapoder del Gobierno de Colotlán cayó en crisis por la disputa de las tierras cultivables de los indígenas, los indios norteños, ante la posible pérdida de sus tierras, buscaron la manera de hacer valer sus privilegios de soldados fronterizos como principal arma de defensa en contra de la codicia de los españoles.

Las fuentes dan cuenta de que la Corona española, en la mayoría de los litigios, dio su apoyo a los indios como una manera de evitar que se sublevasen y colocaran en riesgo la estabilidad de la frontera y, por tanto, de la producción de plata en Bolaños. Sin embargo, cuando decayó la producción argentífera, a partir

de 1790, el gobierno de los borbones decidió hacer una serie de reformas para hacer productivo, nuevamente, el territorio de Colotlán. Una de tales innovaciones, por ejemplo, fue el repartimiento de tierras indias a españoles, el objetivo se logró al finalizar la Colonia.

Por otro lado, en el año de 1780, el grupo de élite de Bolaños, encabezado por Antonio Vivanco, se vio enfrentado al Presidente de Guadalajara, Eusebio Sánchez Pareja, por lograr obtener el control militar de la región de Colotlán. Pero también, y en perjuicio de Sánchez, el Alcalde Mayor de Sayula, Manuel Bahamonde, buscó y obtuvo por parte del Virrey Martín de Mayorga el control de las milicias del Puerto de La Navidad y de Guadalajara en ese mismo año.

Lo anterior permite destacar lo necesario que es imbricar al proceso de conformación histórica y desarrollo de la región neogallega, las relaciones político sociales que se dieron entre los grupos de oligárquicos, cuya cohesión interna —basada en el matrimonio, el compadrazgo y el clientelismo—, les permitió controlar los principales recursos socio-ambientales del territorio.

El proceso de conquista del occidente de México y su situación estratégica a lo largo del período colonial, permitió el desarrollo de mecanismos de acceso y consolidación de grupos de élite en los principales centros urbanos, mineros y portuarios de la región neogallega. De igual forma, se demostró cómo diversos grupos dominantes supieron aprovechar el auge de centros portuarios, mineros, poblacionales y rurales en su beneficio. Ello trajo como resultado la creación de una oligarquía poderosa en dichos espacios. En contra parte, los grupos indígenas fueron los más afectados, pues en el caso de los indios del territorio de Colotlán una buena parte de sus tierras les fueron arrebatadas —no sin oposición— para producir y abastecer de granos y ganado a las minas de Bolaños, principal real minero de la Nueva Galicia. Sin embargo, al bajar la producción de plata en 1785, los mineros emigraron y sus haciendas pasaron a manos de otros españoles o criollos con vocación ganadera, actividad que desde entonces caracteriza a las regiones del norte y Los Altos del actual Estado de Jalisco.

domingo, 20 de noviembre de 2022

Colotlan en la Revolución Mexicana

Durante los primeros días de haber estallado la revolución, la tranquilidad en la región no se alteró, aunque con frecuencia se contaban detalles alarmantes, por el paso de pequeñas partidas de maderistas. Finalmente el 4 de marzo de 1911, asaltó la ciudad el guerrillero Evaristo Oropeza y sus subordinados. La escaramuza careció de importancia, debido al reducido número de atacantes y defensores. La revolución triunfó y aunque no cesaban de andar partidas de bandoleros por distintos rumbos de la región, durante el periodo del gobierno de Madero, la población permaneció en aparente calma.

A consecuencia de la “Decena Trágica”, el colotlense General Victoriano Huerta, logró usurpar la Presidencia de la República.

Durante marzo y abril de 1913, con motivo de este suceso tan importante para la región, se hicieron distintos actos de manifestación regocijante, como serenatas, corridas de toros y bailes, entre otras celebraciones.

Las hermanas de Huerta, fueron motivo de atenciones y felicitaciones por parte de la clase acomodada de la población. Más tarde el general mandó por ellas, quienes abandonaron esta ciudad en lujosa diligencia. Durante el gobierno del General Huerta, Colotlán sufrió terriblemente las consecuencias, el 20 de mayo de 1913, fue sitiada por los villistas al mando del General Pánfilo Natera, la batalla comenzó al amanecer y duró casi hasta caer la tarde. Los villistas atacaron por todos los rumbos de la ciudad. El combate fue esforzado desde el principio; aunque se logró romper el sitio, el combate dejó muchos muertos

Publicado por Gobierno Municipal de Colotlan en 2011. (foto de familia entre paisaje rural).

En lo alto del Templo de San Nicolás, el Teniente Luis Gutiérrez Pérez, con unos cuantos soldados resistió el ataque hasta lo último provocando muchas bajas a los villistas; fue necesario que interviniera el propio Pánfilo Natera con auxilio del párroco del lugar Pbro. Amado López y del Lic. Bartolo Ramos Aréchiga, Juez de este lugar para acordar la rendición. A raíz de las batallas fueron quemadas casas comerciales y el Palacio Municipal.

De mayo de 1913 a marzo de 1914, la región estuvo dominada casi totalmente por el villismo.

A petición de ciertos sectores de la población, el Gobernador del Estado mandó al general del Toro con una fuerte columna de soldados a la región. Diez días después de haber llegado a Colotlán, los villistas al mando del Gral. Pánfilo Natera y los Bañuelos, con un ejército de más de tres mil hombres, sitiaron la población el día 6 de abril de 1914.

En esta partida villista, participaron paisanos como el Coronel Salvador Huízar Montoya y el mayor Blas Ruíz.

Esta escena sangrienta del lunes santo ocasionó grandes pérdidas humanas por todos los barrios de Colotlán. El Gral. Del Toro logró huir, pero dejó a sus leales soldados que perecieron en esta batalla; la gente del pueblo, se dedicó al saqueo y a quemar edificios, las casas comerciales y hogares, particularmente del centro de la ciudad.

Durante el conflicto entre carrancistas y villistas, Colotlán vivió la anarquía donde gobernaron presidentes de uno y otro bando, pero siempre predominando el villismo. En 1916 fue el año del hambre, porque las destrucciones de la guerra provocaron el abandono de las labores agrícolas, acentuadas por una gran sequía. Ya a partir de 1917 se comenzó a estabilizar el gobierno revolucionario.


Publicado por Radio Universidad de Guadalajara/Colotlán, miércoles, 23 de junio de 2010.

Profesor Francisco Flores Flores 

domingo, 13 de noviembre de 2022

PROYECTO "ROSTROS DE MÉXICO 2010" EN EL MERCADO MUNICIPAL DE COLOTLÁN

85 colotlenses dentro de un marco con greca
Collage de 1.20 x 1.20 mts.
Por: José Alonso Serrano Campos
A muchos colotlenses llamó su atención la muestra fotográfica de Mariano Aparicio colocada en el mercado municipal de Colotlán por intercesión del periodista colotleco Francisco Vázquez Mendoza, durante el mes de octubre de 2022.

Una muestra de retratos entre pendones, fotos tamaño tabloide y varios cuadros en los muros del mercado donde estaban colocadas las imágenes de decenas de colotlenses que fueron captados por la lente del fotógrafo Aparicio en mayo de 2010.

Varios de los que ahí aparecimos no recordamos con exactitud cómo fue o para qué fue que nos tomaron esas fotos en la plaza principal de Colotlán en aquella época cuyo marco era el bicentenario de la independencia y el centenario de la revolución, cuyas fotos plasmarían los rostros de México en aquel entonces. Para traer a la memoria ese recuerdo, busqué la nota informativa de Comunicación Social del Gobierno Municipal de Colotlán que hice para anunciar ese acontecimiento:

PROYECTO "ROSTROS DE MÉXICO 2010"

Miércoles 12 de mayo de 2010

Así posamos los colotlenses en la esquina de la Plaza,
cerca de donde hoy se ubican las letras monumentales de Colotlán

La cámara de Mariano Aparicio recopilará retratos de los colotlenses el domingo 16 de mayo en este municipio, como parte del proyecto “Rostros de México 2010”, en el marco del Bicentenario de la Independencia de México.

La dinámica es sencilla, se invita a los ciudadanos a participar al acudir a la Plaza Principal, frente a los portales; y cada persona debe asistir con indumentaria o instrumento que represente su oficio, “sino se cuenta con estos requisitos, una sonrisa es suficiente”.

Explicó que antes de posar, hay que registrarse con la fecha de nacimiento y ocupación, “porque con esos datos posteriormente van a poder encontrar su foto en una dirección electrónica y podrán bajarla”.

Todas las fotografías registradas se guardarán para una posterior exposición, por lo que se realizará una curaduría, la cual se hace sobre la marcha por cada estado.

A Mariano, originario de Torreón, Coahuila, le ha sorprendido la disposición de la gente involucrada, donde los protagonistas son los propios ciudadanos.

Mariano Aparicio. Foto: Francisco Vázquez

EL GOBIERNO MUNICIPAL Y CASA DE LA CULTURA INVITA A TODO EL PÚBLICO EN GENERAL A PARTICIPAR EN EL PROYECTO “ROSTROS DE MÉXICO 2010”. ESTE DOMINGO 16 DE MAYO EN LA PLAZA PRINCIPAL A PARTIR DE LAS 10:00 AM. PUEDEN ACOMPAÑARSE DE INDUMENTARIA O INSTRUMENTOS QUE REPRESENTEN SU OFICIO; SI NO, UNA SONRISA ES SUFICIENTE.

ROSTROS DE MEXICO 2010 ES UN PROYECTO DE MARIANO APARICIO REALIZADO CON EL APOYO DEL CONSEJO NACIONAL PARA LA CULTURA Y LAS ARTES (CONACULTA), Y LAS SECRETARIAS E INSTITUTOS DE CULTURA DE LOS DIFERENTES ESTADO DEL PAIS, DENTRO DEL MARCO DE LOS FESTEJOS DEL BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA Y EL CENTENARIO DE LA REVOLUCION MEXICANA

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Estas fueron las invitaciones que se repartieron
para la exposición en el mercado
«Los Rostros de México», del fotoperiodista Mariano Aparicio, realizada en el 2010 con motivos de la celebración del Bicentenario incluye sólo los poco más de 260 colotlenses que atendieron la convocatoria y que entonces acudieron a la Plaza Principal a posar para Aparicio en su estudio itinerante.

Como modelos hubo mujeres y hombres de todas las edades -desde niños hasta adultos mayores-, de las más variadas ocupaciones o sin ella (por ejemplo, mujeres wixarikas), vendedores y profesionistas (charros, boleros, pintores, albañíles, entre otros), periodistas, ingenieros, artistas (músicos, estudiantes), y un largo etcétera.

Cada uno posó con sus herramientas de  trabajo o los medios para ganarse la vida, o lo que se encontraba realizando en esos momentos (su servidor apareció con las hojas que registraban a cada uno de los colotlenses fotografiados). Hay quien presumen sus tatuajes.

El trabajo de curaduría de la muestra optó por colocar las imágenes en páneles colgantes y y en estructuras en forma de cuadros. Un soporte colocado a la entrada de Abasolo a manera de "collage", robó la atención permitía que una parte de las fotografías quedaran en  una sola imagen.

Todas las fotografías son en blanco y negro. La mayoría son tamaño postal, pero algunas son en formato grande, como la de Lucina, fallecida hace poco más de un año, quien fue un personaje muy bien ubicado y recordado por los colotlenses.

Pepe Alonso, la libreta contenía el registro de los colotlenses fotografiados.

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