domingo, 28 de marzo de 2021

“La Gota de Agua” sitio emblemático en Colotlán

Por José Alonso Serrano Campos

Hay una tienda en Colotlán, Jalisco de las más antiguas, justo en el cruce de las calles Nicolás Bravo y Juárez, a tan solo dos cuadras de la plaza principal, donde se venden productos básicos desde hace más de 80 años y que sirve de referencia para ubicar al barrio del mismo nombre que conforma una gran cantidad de vecinos.

Las tiendas de abarrotes en México tienen origen en la época colonial, el concepto de la palabra “abarrotes” comenzó a utilizarse donde los establecimientos de venta quedaban “abarrotados” de víveres y otros productos tras la llegada de un buque al puerto de Veracruz procedente de España o de otras colonias.

Además, se dice que la palabra es de origen gallego, durante el Virreinato se daba ese nombre a los bultos con mercancía que transportaban las embarcaciones comerciales. Después de esto, las mercancías se conocieron como abarrotes, en lugar de los envoltorios.

A lo largo de la historia de este tipo de establecimientos, los abarrotes se han convertido en productos de primera necesidad que son surtidos precisamente en este tipo de negocios.

Las tiendas de abarrotes han adquirido notable importancia en cualquier rincón del país, pues tienen una significativa participación en lo económico, conformando un sólido esquema dentro del comercio mexicano (el comercio detallista), que marcó la pauta para que en México los tenderos se transformaran en abarroteros, y sus negocios en las tiendas de abarrotes.


Sin lugar a dudas, este tipo de negocios ofrecen un mejor formato, pues se centran en la calidad de servicio y un trato más directo con sus clientes, lo que también las hace más rentables.

No se tiene aún el dato exacto de la apertura de la Gota de Agua, ni de sus primeros propietarios, pero se tiene memoria de al menos siete dueños y muchos más arrendatarios en los últimos años, en los cuales miles de clientes han visitado el lugar.

El dueño más antiguo que se tiene memoria es el señor Francisco R. Mayorga León Ruíz y su esposa María Carmen Dávila, ellos tuvieron la tienda y vivieron un tiempo en ese lugar, luego fue inconfundible su casa a media cuadra al norte de la calle Nicolás Bravo, Don Francisco Mayorga murió el 30 de junio de 1945 en su casa de la calle Nicolás Bravo, en el número 30, él de raza blanca, perdió la vida a las 5 horas con 30 minutos a consecuencia de las heridas por arma de fuego que le fueron inferidas. Era de oficio agricultor y le dejó a su familia la tienda, en manos de su hijo Rubén Mayorga Dávila quien nació el 19 de julio de 1924 en Nicolás Bravo 49, domicilio actual de la tienda de abarrotes “La Gota de Agua”, al tiempo la vendió.

Se presume que también fueron propietarios Carlos Betancourt O, Bernardo Alejo Garay, Bonifacio Cornejo Campos, Adiel Ávila Pinedo, Bonifacio Cornejo Estrada, Ángel Campos Gálvez y los actuales propietarios José Serrano Mayorga y Leticia Campos Gálvez.

Un vecino muy recordado que tuvo la tienda a su cargo fue el señor Luis Gálvez Romero, nada más y nada menos que el papá de los hermanos dueños del hotel Hacienda de los Gálvez, ellos vivían por la Nicolás Bravo a dos casas de la esquina, esto por allá a mediados del siglo pasado.

Otro recordado tendero fue Don Bonifacio Cornejo Campos era original de Tlaltenango, Zacatecas, cuentan que la adquirió por el empeño de unas lámparas al anterior dueño, tenía un adeudo y tuvo que venderla.

2003

Oliva Muro Pacheco viuda del señor Adiel Ávila Pinedo, contó que la compraron en aquel lejano diciembre de 1973 a Don Bonifacio y la trabajaron durante 8 años, al final la vendió por ser pesado para trabajar, su esposo trabajaba en la Conasupo, había deudas y se la vendió de regreso a la familia de Don Bonifacio.

Desde aquellos años, era de las pocas tiendas en Colotlán, se vendían víveres, las casas de los lados (de Doña Trinidad Gutiérrez Robles y del señor Manuel Márquez) eran parte de la finca y servían de bodega para almacenar granos, refrescos y piloncillo, se llegaban a juntar cuartos repletos de maíz para su venta posterior.

Bonifacio Cornejo Estrada, hijo del señor Bonifacio Cornejo Campos, la tuvo muchos años, le hizo varias modificaciones en su interior, pero no sustanciales, mantuvo la misma fisonomía, estructura y fachada de la tiendita.


En algún momento de la década de los años 1990 se la vendió a José Ángel Campos Gálvez, por varios años la hermana de él, Consuelo, la tuvo abierta hasta que se fueron ella y su familia a Toluca, Estado de México; permaneció cerrada unas semanas y en una reunión con la familia salió el tema y se hizo la negociación, mis padres la adquirieron a mediados de 1998.

Sin la idea clara de qué hacer con la famosa tienda, un día mi padre se encontraba arreglando algunos detalles del interior de la tienda, yo estaba entre viendo y ayudando cuando en eso se asomó el repartidor de Sabritas, le preguntó a mi padre si quería surtir el exhibidor, no lo pensó mucho, dijo que sí y enseguida abrieron las puertas, en poco tiempo fueron llegando más surtidores, la tiendita estaba abierta mientras los nuevos dueños continuábamos remodelando, al cabo de pocas semanas la esquina volvía a lucir con vida, exhibidores pocos pero surtidos y la gente nuevamente podía consumir sus productos de primera necesidad.

Con los años se han puesto más tienditas de abarrotes en todo el pueblo, incluso se han abierto enfrente o en contra esquina de La Gota de Agua, duran poco, Dios da para todos y lejos de afectar, han permitido que se mantenga el espíritu de servicio que siempre ha caracterizado a la tradicional tienda de abarrotes y este entrañable barrio, cuyo nombre sirve de referencia para ubicar a todos los vecinos alrededor.

Diario se cosechan historias en esa tienda, los vecinos y propietarios recuerdan anécdotas de diversos tipos, así que esta reseña se continuará complementando con más aventuras, quizá el dato más interesante y poco conocido sea: ¿por qué se llama la Gota de Agua? aquí algunas importantes razones:

El amigo Librado Flores nos cuenta en 2021: Mira, La Gota de Agua cuando yo tenía unos siete años era de abarrotes, me acuerdo, tocaban canciones en una grafonola de unos discos grandes, que cuando escucho esas canciones, me acuerdo de ese lugar, nosotros vivíamos a tres puertas por la Nicolás Bravo. La atendía Don Luis Gálvez, el papá de los señores del hotel los Gálvez, se le llama la Gota de Agua por esta razón: Había un tapanco donde tenían maíz y siempre estaba húmedo y decía el señor Gálvez que era la gota. En la contra esquina estaba la cantina de Amadito de León.

Así mismo Marco Alberto Solano Gándara nos narra su experiencia: Cuando yo andaba de novio no salía de allí, era del papá de los Monos o los Cornejos o los Espejos (con todo respeto, así los conocíamos) en una ocasión llegó una persona muy mayor y nos platicó que se le quedó la Gota de Agua porque antes tenía un tapanco donde almacenaban granos y demás, siempre estaba mojado todo, claro que con el tiempo y decían que era una Gota de Agua y que nunca supieron de donde caía, el caso es que llegaron a mirar la gota pero nunca supieron de dónde venía, esa es mi anécdota, también en una de mis canciones escrita allá por el 86-87 yo menciono tan emblemática esquina, punto de referencia.

Una tercera referencia se escuchó en la reseña que Radio Universidad publicó por 2019, donde daba comienzo con la frase: "La gota de agua rompe la roca no por su fuerza sino por su constancia" (Ovidio), en referencia a la perseverancia que implica mantener una tienda al servicio de la gente por tantos años y la huella que ha dejado en las personas.

Logo 2020

A casi 25 años de tener tienda, mis padres la sienten como una experiencia gratificante, es motivo de orgullo que sea el nombre de la tienda un referente del barrio, él nunca pensó ser comerciante y ella se siente como en casa, nació y creció muy cerca de la tienda, “muy feliz sirviendo a mis clientes, con mucho anhelo los trato, me entretiene y da la oportunidad de salir a pasear”, cuentan.

Vamos con algunas historias que han marcado un antes y un después en la tienda, la primera es “el poste de luz” que está en la mera esquina, el poste que sostiene los cables de luz y una lámpara que ilumina por las noches, antes era de madera, grueso y cubierto de aceite quemado, lleno de puntillas que a modo de travesura le ponían los que herraban caballos, hará unos 15 años un borracho en camioneta lo tiró y los que por ahí se escondían para ver a la novia lo vieron cambiar por un poste nuevo de cemento. En esos días los que daban vuelta en coche casi se metían a la tienda al no calcular bien la banqueta. Ese poste es testigo de encuentros y despedidas, de personas que pasan a pie o en coche y ahí coinciden, como punto de referencia es común alcanzar a escuchar a quienes hablan: “te espero en la Gota de Agua”.

El cruce de las calles Juárez y Nicolás Bravo fue patio de juego de los niños que crecieron en el barrio, antes de tanto vehículo, enfrente la fragua de Don Avelino y los trabajadores que tenía, quizás la última fragua que queda en Colotlán, las calles empedradas, por cierto, y la gente pasando a sus mandados, las parejas echando “novio” y las serenatas de aquellos tiempos.

En la tienda no podían faltar las herraduras y el pan, en especial el de chiquihuite, tradicional de Colotlán, Alfonso Lozano cuenta que cuando iba a cambiarles “los zapatos” a los caballos con Don Lupe Hernández, era visita obligada la tienda de la Gota de Agua para “echarte un refresco o una cervecita” mientras te herraban tu cuaco... ahí en la esquina, generalmente recargado en el poste, asistía el ilustre “Perlitas” (se llamaba Salvador pero casi nadie lo sabía) siempre atento a lo que acontecía, “en una ocasión coincidimos el profesor Toño García y yo calzando nuestros respectivos cuacos y al ingresar a la tienda, en los diálogos del profe y míos, nos preguntamos qué quería tomar uno al otro y “Perlitas” al alcanzar a escuchar desde afuera nos grita: “yo lo que gusten”.

A muchos niños los han visto crecer tomando como medida el mostrador, muchas generaciones que desde pequeños han ido a comprar y en poco tiempo lo dejan abajo (es que los niños crecen muy rápido), muchos niños que ya son grandes y ahora van acompañados de sus hijos pequeños lo recuerdan: “ni alcanzaba el mostrador”.

Un cliente muy recordado era el “billin”, un caballo de Arnulfo Hernández que al cabo de montarlo le compraban su medio litro de Coca Cola en botella de vidrio, se la daban como si fuera un biberón, el caballo solo así se metía tranquilo a su corral. 

Con cariño la tienda ha sido punto de venta del periódico Voz del Norte, de la Revista Cultural Conoce, del periódico Eco Regional Jerez (antes Eco del Cañón) y la revista El Colotlense. 

2023

Finalmente, una anécdota curiosa, fue un día que “cerró la tienda”, bueno, solamente un ratito, porque a alguien de algún modo se le tiró un refresco y en pocos minutos la tienda se llenó de moscos, mientras se hacían las tareas de limpieza fue la sorpresa de algunos, dejó de ser Sucursal de la “Sierra Madre”, negocios que no cierran por ningún motivo, pues ¡cierran… madre!... suena mejor cuando lo platican. A manera de broma se cuenta eso porque La Gota de Agua siempre está abierta.



domingo, 21 de marzo de 2021

De Segovia, España a Colotlán, Jalisco; un viaje de 500 años por el apellido Serrano

En la antigüedad, no existían los apellidos, por ejemplo en la Biblia a los personajes del Antiguo y Nuevo Testamento se les conocía por su nombre: Abraham, Moisés, Pedro, Juan, Mateo, Jesús, María y José. 
No había tal cosa como Abraham Pérez, Mateo Delgado o José García. Iscariote no era el apellido del traidor Judas, ni Tadeo el del santo; eran sobrenombres, apodos. Con el tiempo, las comunidades se poblaban cada vez más y más, y de momento surgían las dudas: -Llévale este mensaje a Juan. -¿Cuál Juan?- preguntaba el mensajero. -Pues Juan, el ‘del valle’- explicaba para distinguirlo del otro Juan, el ‘del monte’.
En este caso, los apellidos ‘del Valle’ y ‘del Monte’, tan comunes hoy día, surgieron como resultado del lugar donde vivían estas personas. Estos se llaman ‘apellidos topónimos’, porque la toponimia estudia la procedencia de los nombres propios de un lugar. En esa misma categoría están los apellidos Arroyo, Canales, Costa, Cuevas, Peña, Prado, Rivera, que hacen referencia a algún accidente geográfico, y Ávila, Burgos, Logroño, Madrid, Toledo, que provienen de una ciudad en España.
Otros apellidos se originan de alguna peculiaridad arquitectónica con la que se relacionaba una persona. Si algún antepasado vivía cerca de varias torres, o a pasos de unas fuentes, o detrás de una iglesia, o al cruzar un puente, o dueño de varios palacios, pues los apellidos eran Torres, Fuentes, Iglesias, Puentes y Palacios.
Es posible que algún ancestro tuviese algo que ver con la flora y la fauna. Quizás criaba corderos, cosechaba manzanas o tenía una finca de ganado. De ahí los apellidos Cordero, Manzanero y Toro.
Los oficios o profesiones del pasado también han producido muchos de los apellidos de hoy día, Labrador, Pastor, Monje, Herrero, Criado o Vaquero, oficios durante la Edad Media.
Otra manera de crear apellidos era a base de alguna característica física, o un rasgo de su personalidad o de un estado civil. Si no era casado, entonces era Soltero; si no era gordo, era Delgado; si no tenía cabello, era Calvo; si su pelo no era castaño, era Rubio; si no era blanco, era Moreno; si tenía buen sentido del humor, era Alegre; si era educado, era Cortés.
Quizás la procedencia más curiosa es la de los apellidos que terminan en -ez, como Rodríguez, Martínez, Jiménez, González, entre otros muchos que abundan entre los hispanos. El origen es muy sencillo: -ez significa ‘hijo de’. Por lo tanto, algún antepasado González era hijo de un Gonzalo. De la misma manera, Rodríguez era hijo de Rodrigo, Martínez de Martín, Jiménez de Jimeno, Sánchez de Sancho, Álvarez de Álvaro, Benítez de Benito, Domínguez de Domingo, Hernández de Hernán, López de Lope, Ramírez de Ramiro, Velázquez de Velasco, y así por el estilo. Así mismo ocurre en otros idiomas: Johnson es hijo de John en inglés (John-son); MacArthur es hijo de Arthur en escocés; Martini es hijo de Martín en italiano.
Es así como, poco a poco, durante la Edad Media, comienzan a surgir los apellidos. La finalidad era, pues, diferenciar una persona de la otra. Con el tiempo, estos apellidos tomaron un carácter hereditario y pasaron de generación en generación con el propósito de identificar no solo personas, sino familias.

Hagamos un breve recorrido por un apellido, muy especial pues soy poseedor del mismo, Serrano, desde las tierras españolas hasta la zona norte de Jalisco, recorriendo los lugares y las personas que dieron lugar al nombre familiar paterno que poseo, vamos a este viaje en el tiempo donde un río y un delicioso jamón llevan también en su origen el nombre de mi apellido.
Nos trasladamos a Segovia, una ciudad y municipio español en la parte meridional de la comunidad autónoma de Castilla y León, capital de la provincia del mismo nombre. Se sitúa en la confluencia de los ríos Eresma y Clamores, al pie de la sierra de Guadarrama.
Justo en esta ciudad española se registra desde el año de 1460 el uso de este nombre familiar entre los judíos lugareños de la época y que México abrigó entre los siglos XVI y XIX a personas con el apellido que poseo.
Segovia

En el ámbito geográfico se pueden citar a Toledo, Livorno, Brasil, Braganza, Celorico da Beira, Chaves, Guimaraes, Santarem, Sao Joao da Pesqueira, Portugal, Ciudad de México, Buenos Aires, Brasil Holandesa y Barbados, como destinos en donde hay o hubo familias portadoras de esta voz familiar con antecedentes de judaísmo.
En la heráldica del apellido Serrano, llevan este apellido en España e Iberoamérica familias de muy distinto origen. Algunos tratadistas señalan como más antiguos Serrano a aquellos que tuvieron su origen en el Reino de León, pues ya en tiempos de la Reina doña Juana "la Loca" y de su hijo el Emperador Carlos V, litigaron su hidalguía, ante la Real Chancillería de Valladolid, los hermanos Juan y Cristóbal Serrano, contra el concejo, alcaldes, regidores y hombres buenos del lugar de Villafer, donde residían, ganando real carta ejecutoria dada por aquella Chancillería el 23 de septiembre de 1549.
En referencia al origen etimológico y significado del apellido Serrano, el filólogo Gutiérrez Tabón nos dice que proviene de sierra, del latín “serra”, por analogía con el instrumento de acero con los dientes agudos que sirve para dividir madera u otros cuerpos duros. Así Serrano es "aquel que habita en una sierra o ha nacido en ella". El apellido Serrano es también, en muchos casos, nombre gentilicio de cualquiera de las poblaciones españolas llamadas Sierra.
Edicto de Granada

La historia de los judíos en España comienza en la Hispania romana. En la España medieval los judíos constituyeron una de las comunidades más prósperas de su historia, tanto bajo el dominio musulmán como, posteriormente, en los reinos cristianos, antes de que en 1492 fuesen expulsados por los Reyes Católicos tras la promulgación del Edicto de Granada.
Aunque en el edicto no se hacía referencia a una posible conversión, esta alternativa estaba implícita. Como ha destacado el historiador Luis Suárez, los judíos disponían de "cuatro meses para tomar la más terrible decisión de su vida: abandonar su fe para integrarse en él [en el reino, en la comunidad política y civil española], o salir del territorio a fin de conservarla". De hecho, durante los cuatro meses de plazo tácito que se dio para la conversión, muchos judíos se bautizaron, especialmente los ricos y los más cultos, y entre ellos la inmensa mayoría de los rabinos.
En el decreto se explica que el motivo de la expulsión fue que los judíos servían de ejemplo e incitaban a los conversos a volver a las prácticas de su antigua religión. Al principio del mismo se dice: "Bien es sabido que, en nuestros dominios, existen algunos malos cristianos que han judaizado y han cometido apostasía contra la santa fe católica, siendo causa la mayoría por las relaciones entre judíos y cristianos".
En la primera mitad del siglo XVII mi más antiguo ancestro que se tiene registro fue Balthassar Serrano, casado con una mujer de nombre Juana, ellos llegaron y se establecieron en el puerto de Veracruz por algún tiempo, a mediados de 1600 tuvieron a su hijo Thomas Serrano, registrado en la Hacienda de los Alonso Pérez de Alamillo, en el estado de Veracruz.
El 16 de marzo de 1678 Thomas se casó con Angelina Leonor en San Andrés Chalchicomula de Sesma, Ciudad Serdán, en el ahora estado de Puebla. Muy cerca de córdoba y Orizaba Veracruz. De ellos nació su hijo Lázaro.
Pasqual de los Reyes Lázaro Serrano fue un ancestro nacido en el sigo XVII, junto a su esposa Dominga Cortes de las Nieves tuvieron en 1717 a su hijo Diego Joseph Serrano Cortes y a tres de sus hermanos.
Diego Joseph se casó en 1732 con su mujer de nombre María Antonia Salas, tuvieron 6 hijos y uno de ellos fue Joseph Francisco Antonio Serrano Salas, nacido el 13 de agosto de 1741 en San Nicolás de Tolentino, Actopan, Hidalgo y cuyos restos descansan en la comunidad de Súchil, Durango.
Iglesia de San José de Calabazal

Con este ancestro me detengo unas líneas para platicar sobre su llegada a Sombrerete, Zacatecas, concretamente a El Calabazal, hoy llamado Villa Insurgentes, comunidad de dicho municipio, mis familiares migraron del centro del país al norte de Zacatecas, con los límites del estado de Durango, en busca de nuevas formas de vida, principalmente influenciadas por el trabajo de la minería.
El Calabazal​ se fundó en 1595 por un grupo de realistas guiados por Juan de Salas y Bernardino de Salas en una época muy importante para este estado de la república mexicana, cargando la imagen de San José que reposa en la parroquia del Calabazal. Fue una de las 34 haciendas de beneficio con que contaba la Villa de Sombrerete.
Avanzando en la línea familiar, Joseph Francisco Serrano se casó con Rosalía de Salas Ibarra, joven y de familia acomodada que nació en 1767 y murió hasta 1850, ambos tuvieron 5 hijos, uno de ellos fue Juan José Serrano Salas, nació el 6 de mayo de 1798 y murió a los 76 años en 1875. Se casó con Josefa Gaucín el 2 de diciembre de 1824, ella nació en 1794 y murió en 1876. Tuvieron dos hijos, Inés y Anastasio Serrano, en su acta él aparece como “Anastacio Serrano Serrano”.
Don Anastasio nació en 1836 y murió el 21 de abril de 1896, en ese tiempo se casó con Simona del Carmen Castañeda (1830-1905) y tuvieron 12 hijos, uno de ellos, justo de los de en medio, fue mi tatarabuelo Pedro Serrano Castañeda, quien nació en el Calabazal (hoy Villa Insurgentes), Sombrerete en 1858 y falleció en 1911.
José Serrano y sus padres: Tomasa y Pedro
Pedro Serrano tuvo dos matrimonios, el primero fue el 19 de noviembre de 1880 con Ma. Natividad Ibarra Gaucín y de quienes tuvieron a su única hija llamada María Isabel Serrano Ibarra; el segundo matrimonio fue el 3 de junio de 1891 con Tomasa Márquez Sánchez, de la misma edad que su esposo, un año después de la unión sacramental nació mi bisabuelo, Don José Serrano Márquez, el 8 de junio de 1892 en el rancho de San José de Calabazal, Sombrerete, Zacatecas. Don Pedro murió el 10 de mayo de 1911 por herida producida por arma de fuego.
José y su madre Tomasa salieron de Sombrerete a Monte Escobedo de donde ella era originaria, para él convertirse al poco tiempo en Presidente Municipal de Monte Escobedo, Zacatecas de 1920 a 1921 hizo vida en ese lugar, poco antes de ser alcalde se había casado con mi bisabuela Domitila de la Torre Márquez, el 20 de diciembre de 1919. Ella era de Huejuquilla y vivía en la Cienega; se conocieron, se casaron, tuvieron dos hijos: Mi abuelo Cándido que nació el 1 de diciembre de 1920 y su hermano Tereso el 15 de octubre de 1922. Don José murió el 4 de abril de 1925 a consecuencia de herida con arma de fuego disparada por su cuñado Rosendo de la Torre, esto último en Monte Escobedo, Zacatecas.
Mi abuelo Cándido Serrano de la Torre se casó con mi abuela María Elena Mayorga Landeros, hicieron vida en Colotlán, luego en Zacatecas y Fresnillo, finalmente en Colotlán, por la calle Marcos Escobedo donde tuvieron su última casa y a sus 5 hijos, murió el 11 de febrero de 2005; el segundo de sus hijos fue mi padre, José Serrano Mayorga, nació el 11 de julio de 1952 y con mi madre Leticia Campos Gálvez, tuvieron a su único hijo, descendiente de estas 11 generaciones de apellido Serrano aquí contadas.

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