sábado, 3 de junio de 2023

Un “Medio Real” de 1821, el peso "Muera Huerta" de 1914 y la Real Caja de Bolaños


Por: José Alonso Serrano Campos

El “Real” fue una denominación de moneda en México utilizada desde el tiempo de la Colonia, que se mantuvo vigente hasta 1863 con Benito Juárez, El peso se convirtió hasta 1897 en la única unidad monetaria vigente en México, con una tasa de cambio de 8 reales por 1 peso.

Las monedas de plata fueron emitidas en denominaciones de ¼, ½, 1, 2, 4 y 8 reales; y las monedas de oro en denominaciones de ½, 1, 2, 4 y 8 escudos. Entre 1814 y 1821, monedas de cobre fueron acuñadas en denominaciones de ⅛, ¼, 2 y 4 tlacos.

Durante los años 1821 y 1822 se acuñaban moneda a nombre de Fernando VII en las distintas Casas de Moneda del Virreinato de Nueva España, a pesar de los cambios en el gobierno que se suscitaban. La razón de ello era jurídica, a pesar de la firma del Acta de Independencia del 28 de septiembre de 1821. Tanto el Pacto de Iguala como los Tratados de Córdoba definían a México como un Imperio, en el que el monarca español o alguno de los miembros de su dinastía seguiría siendo el soberano, y hasta su aceptación y coronación, un Consejo de Regencia ejercería el poder ejecutivo.

Cuando finalmente las autoridades virreinales tuvieron que jurar la Constitución, su objetivo varió hacia la Independencia, con el objeto de instaurar una monarquía, obviando las instituciones constitucionales, en la persona del propio Fernando VII o de alguno de los infantes españoles. Uno de los apoyos que buscaron y obtuvieron fue el del oficial realista: Agustín de Iturbide.

Con el Plan de Iguala, el 24 de febrero de 1821, con el objetivo de establecer la independencia de México, se mantuvo la monarquía en la persona de Fernando VII, estableciendo la religión católica como única y la unión de todas las clases sociales. Se formó un ejército conocido como Trigarante, al que se unieron militares realistas y algunos antiguos insurgentes.

Debido a lo anteriormente expuesto, es lógico que la Regencia decretase que las casas de moneda operativas en el Imperio siguiesen acuñando monedas de oro y plata con el busto y las leyendas de Fernando VII, lo que fue efectivo hasta la proclamación de Iturbide, por lo que el 11 de junio de 1822 se autorizó la emisión de moneda de oro, plata y cobre con los nuevos tipos referidos a Agustín I.

Primer Moneda del Imperio Mexicano

En el anverso aparece el busto del monarca mirando a la derecha, provisto de manto y coronado de laurel. Pero en las cecas provinciales, como la de Zacatecas, hay una amplia variedad de estos bustos, incluso solo en este año de la moneda en mención (1821) por las diferentes casas de moneda como las de México, Durango y Guanajuato, por citar unos ejemplos.

La Casa de Moneda de Zacatecas acuñó a nombre del monarca español, con marca de ceca Zs. Las siglas de ensayador son “RG”, José Rodríguez Gallinas, que ensayó moneda entre los años 1820 y 1822. Muchas de ellas están más o menos descentradas.

En 1821 las casas de moneda del país ya tenían mejores troqueles y maquinaria para hacer piezas de calidad en las denominaciones mayores como los de 4 y 8 reales, los detalles salían burdos en las bajas denominaciones como esta que se muestra por ser de tan solo medio real.


En uno de sus lados se muestran los dos columnarios que dicen plus y ultra (que quieren decir: más allá de España), se lee HISPAN (España), ET IND (el rey), R (Real), Z (Zacatecas)  y RG (el ensayador Rodríguez Gallinas), al centro el escudo en general de la nueva España: el castillo, los leones y la corona.

Su canto era prácticamente inexistente en esta denominación, en las más altas había una especie de cuadros y ruedas, intentado para que no pudieran rebajarles plata, la gente las limaba y sacaba plata de cada moneda, afectando su valor y su peso, por eso decidieron grabar también el canto a cada moneda.

Esta variedad de diseños en los años 1821 y 1822 se debe a que el director de la ceca entre 1817 y 1827, Dionisio Sancho, continuó labrando moneda con el busto y a nombre de Fernando VII hasta el año 1825, alegando la urgente necesidad de numerario y que las matrices y troqueles que le habían remitido con los sellos de la nueva república eran muy defectuosos, por lo que batir moneda con los mismos sería un desprestigio para la afamada Casa de Moneda de Zacatecas.

Esta fue la moneda encontrada a poca profundidad en el patio de una casa de la comunidad de Santiago Tlaltelolco y cuyos dueños guardaremos su confidencialidad, tiene un valor aproximado de $800 pesos, según expertos.

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La moneda “Muera Huerta” contra Victoriano Huerta

Con tan solo 27 años, Victoriano Huerta Márquez tuvo un mandato sumamente breve, sin embargo, es conocido por ser un presidente dictador de la república mexicana, originario de Colotlán, que se impuso su gobierno gracias al poder militar, lo que produjo un descontento enorme y obligó a que desconocieran su gobierno.

Su carrera militar inició cuando Porfirio Díaz era presidente de México, durante el gobierno de Francisco I. Madero ascendió a general cuando México estaba pasando por la primera fase de la Revolución mexicana. En febrero de 1913, lideró una conspiración y golpe de estado en contra del gobierno de Madero en lo que se conoce como la Decena Trágica. 

Después de varios días de peleas y muertos, Francisco I. Madero y José María Pino Suárez (el vicepresidente) fueron derrotados, arrestados y finalmente, asesinados. El Golpe de estado contó con el apoyo del entonces Imperio Alemán y Estados Unidos con el gobierno de William H. Taft. 

Cuando Woodrow Wilson llegó al poder estadounidense, no quiso reconocer el régimen y autorizó la distribución y venta de armas a los rebeldes. En un principio varias de las grandes potencias lo habían apoyado, pero cuando las fuerzas revolucionarias vencieron a Huerta las potencias le quitaron el apoyo sobre todo por las amenazas de Estados Unidos. Ante la falta de apoyo y la derrota, Victoriano Huerta tuvo que renunciar y exiliarse en Julio de 1914 después de un corto gobierno. 

La moneda en la que se lee “Muera Huerta” ha sido una de las más destacadas, correspondiente a la revolución mexicana. Actualmente no es muy conocida y solo es querida por los coleccionistas, ya que tenerla es algo curioso, debido a que se cree que es la única moneda en el mundo donde se le desea la muerte a un gobernante. 

La historia inicia después de la Decena Trágica, Huerta no tuvo una presidencia sencilla, ya que Emiliano Zapata, Venustiano Carranza y Pancho Villa fueron los organizadores de la resistencia. Los intentos por destituir a Huerta no fueron solo en los campos de batalla, hubo otras acciones simbólicas para demostrar el rechazo que sentían los mexicanos hacia Huerta, una de estas muestras fue la moneda que decía “Muera Huerta”.

Durante el gobierno de Huerta la circulación de las monedas se vio afectada, lo que tuvo como consecuencia que el dinero escaseara. Esto tuvo como resultado la creación de los bilimbiques (monedas acuñadas por los rebeldes que pertenecían a las fuerzas revolucionarias). Algunas de estas monedas fueron el Tlaco de Hacienda y la Moneda de Francisco Villa. 

La Moneda de Francisco Villa fue acuñada en la ciudad de Cuencamé, Durango durante 1914 con un valor de 1 peso. Lo llamativo de esta moneda fue la leyenda de “Muera Huerta”. Al respecto Banxico publicó: 

“Para aliviar la escasez de circulante y solventar los gastos originados por la Revolución, Francisco Villa ordenó a los generales Calixto Contreras y Severino Ceniceros la fabricación de moneda. En Cuencamé se hicieron piezas de un peso, de las que se conocen numerosas variedades.”

En esta pieza se aprecia el resplandor republicano (El Gorro Frigio resplandeciente), rodeado por la leyenda ESTADOS UNIDOS MEXICANOS y en el exergo la denominación y el año de acuñación flanqueados por seis estrellas, la variedad más rara de estas monedas. En el anverso, ostentan el águila de frente postrada sobre un nopal volteada a la derecha, con una serpiente en el pico (escudo nacional) y la leyenda en semicírculo EJERCITO CONSTITUCIONALISTA, destacando abajo la leyenda MUERA HUERTA, expresión del odio que los revolucionarios norteños sentían hacia Victoriano Huerta.

Frente a la circulación del tajante mensaje, Victoriano Huerta se encolerizó y tomó una acción radical que fue la emisión de un edicto donde ordenaba que cualquier persona que tuviera como posesión la moneda tendría que ser fusilado. Para evitar el fusilamiento, las personas comenzaron a tirar sus monedas incluso llegando a enterrarlas. 

Poco después Victoriano Huerta fue derrocado y a pesar de que su muerte no estuvo relacionada con la revolución, la moneda quedó en el olvido, Rogelio Chárteris Reyes, apunta: “Lo que es un hecho es que dicho anatema logró que la popularidad de la pieza se magnificara en el campo del coleccionismo.  Entiendo que no se conoce en el mundo o por lo menos el caso no ha sido común, de una moneda que incorporase una leyenda de esa naturaleza. En México sólo se conoce otro ejemplo, seguramente copiado del anterior: el peso 1935 ‘Muera Calles / Muera Garrido Canabal.”

Pero regresando al tema y respecto al uso de esta moneda, algunas tropas villistas recibían su pago con estas monedas de plata, ya que el metal generaba mayor confianza entre ellos y desde luego, esto se traducía en la lealtad de sus generales.

Es importante considerar que las monedas “Muera Huerta”, lamentablemente son muy falsificadas, por lo que es importante observar bien las roturas de troquel características sobre todo en el reverso, además de otros detalles que el ojo se acostumbra a detectar una vez que se han visto muchas piezas originales, como la troquelación, comportamiento del metal, canto, etc.

¿Cuánto cuesta la moneda? Recientemente la moneda volvió del olvido ya que comenzó a ser deseada por curiosos y coleccionistas y gracias a esto (y dependiendo de su estado) la moneda puede llegar a costar más de 30 mil pesos, en el caso de la moneda que pudimos ver, se trataba de una mala imitación.

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Anécdota de “Hasta que te cayó el veinte”


La moneda de cobre de 20 centavos tenía muchos usos en cosas y actividades hoy extinguidas: era la unidad de medida del perfume que usaban las muchachas, era la apuesta en los juegos del trompo, el tacón, la rayuela y era lo que costaba una llamada en los teléfonos públicos en el siglo pasado.

De esa moneda se derivaron dichos mexicanos que todavía sobreviven. Uno de esos dichos proviene de los teléfonos, a la par en aquellos años de los medios de comunicación como el correo y el telégrafo en clave morse.

En los teléfonos públicos de la calle siempre era lo mismo: se agarraba la bocina, se le echaba el veinte en la ranura de arriba y, casi siempre, la moneda salía por la ranura de abajo. Había que hacer varios intentos para lograr que diera línea.

Después de varios intentos, al méndigo teléfono por fin le caía el veinte y daba línea. Pasados tres minutos, una voz de mujer le decía a uno: “para continuar, deposite sin colgar otra moneda”. Algunos, sin saber que era una grabación, se desesperaban y le decían: “un momento señorita, no encuentro un veinte”.

Esas dificultades para que la moneda activara la línea dieron origen a un dicho referido a los que no entendían alguna cosa. Tanto era así que cuando esa persona, dura de entendederas, lograba entender algo, los demás le decían: “Hasta que te cayó el veinte”.

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La Real Caja de Bolaños , en la zona norte de Jalisco (conocida erróneamente como Casa de Moneda o Casa Real), es un edificio construido entre 1752 y 1761 mandado a construir por el virrey Revillagigedo debido a la enorme riqueza del Real de Minas de Bolaños, Nueva Galicia (Jalisco).

Su función, como fue común en las cajas reales en el virreinato, dependientes de la Real Hacienda, era la representación administrativa del virrey en los centros mineros importantes y se encargaba del almacenaje, distribución y aprovisionamiento de sal y azogue (mercurio), necesario para las técnicas del beneficio, amalgamación y separación de la plata y por supuesto, la recolección de la plata obtenida por los mineros.

La Real Caja era la institución encargada de recibir y distribuir la plata extraída de las minas, además de la distribución y envío. Ubicada al sur de la plaza de armas de Bolaños, se asoma la pintoresca edificación al frente de la hermosa plaza, rodeada de expresivas edificaciones coloniales. La plaza de planta rectangular, con kiosco al centro, octagonal, de herrería y con bombillas de dragones, jardines a sus costados largos, con rosales y pinos.

Nicolás Valdés comentó: “su terminación se debió a la diligencia del primer corregidor Lic. Diego Gorospe y Padilla (1754-1756). Los alarifes o arquitectos de la hoy Presidencia Municipal, La Caja Real y La Aduana y El Ensaye (Casa llamada de La Granada) debieron ser José Antonio Ulibarri y Velarde y Pedro José Tenorio. En 1755 Gorospe nombra evaluadores de un solar a los maestros de alarifes ya citados y en 1756 compra el terreno para La Caja, Aduana y Ensaye”.

El lado oriente de la plaza lo limita la parroquia vieja, la puerta principal en arco de medio punto, sobre capiteles dóricos, enmarcada por medias columnas estriadas, arriba de la cornisa luce la ventana coral, vertical y con bajos relieves en su marco. Del costado izquierdo se adosó el campanario, de un cuerpo y de planta cuadrada, con dos vanos arqueados por cara, fue cubierto por cúpula con linterna, al fondo se dejaba ver La Bufa, con su cima desnuda, casi vertical y de media luna.

“De tres naves, la nave central era la capilla de 1739, mandada construir por el piadoso minero don Pedro Álvarez Cantón. Fue el primer templo en Bolaños. Hasta noviembre de 1794, en que se cambió al Santuario, duró aquí el culto. Las naves laterales debieron ser construidas a partir de 1755”. Atrás de la parroquia vieja se edificó la nueva, de la cual restan algunos vestigios, como: el altar mayor con columnas estriadas y la sacristía, con peculiares ventanas redondas y elaborados arcos con ángeles en sus claves, obra que inició en 1778.

Al costado Sur de la plaza, se observa la insólita Real Caja, la fachada principal la comprenden cinco contrafuertes, que abrazan dos pisos, en el primer claro, un balcón sencillo; en el segundo, en el primer piso, dos ventanas verticales y con forja, le sigue una puerta con un águila bicéfala, arriba una pequeña ventana y por remate, un escudo real, al costado izquierdo, un balcón corrido con  dos puertas; el tercero, con dos ventanas y un balcón corrido; y el último claro con una puerta y un balcón sencillo.

La fachada poniente, con cinco contrafuertes y algunas ventanas entre ellos. El interior, conserva tres corredores en sus dos pisos, arcos en medio punto sobre capiteles toscanos y columnas redondas, espacios mutilados en sus extremos. Fundada por orden del rey, en 1752, funcionó hasta 1807, Caja que mandó 364,000 marcos de plata a la de México. Alberga la Casa de Cultura.

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