miércoles, 2 de agosto de 2023

UNA CANTERA CON HISTORIA

En el libro de "La Riqueza Oral de Colotlán", escrito por las maestras Eva Verónica Quintanilla Alvarez y María Guadalupe Valdés Olguín, patrocinado por la Universidad de Guadalajara, en sus últimas páginas se lee el siguiente texto y aparece esta imagen hecha por el maestro Roberto Rivera, una piedra a la cual hemos querido tener acceso para registrarla en fotos y apreciar su belleza, pero no hemos dado con quien la tenga, ojalá algún día y nos permitan compartir con ustedes esta bella imagen.

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De entre las escasas reliquias con que se cuenta en Colotlán, la Familia Iturriaga Gutiérrez es propietaria de una pieza de cantera finamente labrada. El origen es incierto, pues ésta no tiene dato alguno que identifique al autor o fecha en que se labró. De ella tan sólo se sabe que fue hallada en la casa de los dueños, que adquirieron en alrededor de 1920. Al principio no se le consideró de valor, pues era un objeto más de la casa; empero, hace más o menos 45 años se descubrió en ella la riqueza artística y religiosa. No obstante, un poco destruida, puede observarse cada elemento que la compone y aunque la ilustración permite reconocerlo, ahora se describe con algunos detalles.

La cantera mide aproximadamente 13 centímetros en la parte alta tiene una ligera protuberancia, que se infiere, puede ser propósito para destacar la imagen que está en la parte superior. De ancho apenas mide dos centímetros por lo que nos dará una idea de lo liviana que es ésta. La cantera rosada muestra de abajo para arriba la celebración de una misa solemne al estilo antiguo. Los tres celebrantes están de espaldas, como cuando se oficiaba en latín. Al centro, el sacerdote principal, con casulla antigua; al lado izquierdo, el diácono, y al derecho el subdiácono, con el incensario en la mano. Un poco más arriba está la custodia. A los lados de ella están unos ángeles en posición de adoración.

En el mismo nivel está San Luis Obispo, al lado izquierdo; San Lorenzo, al extremo derecho. Al primero se le reconoce por el bastón y la mitra; al segundo, por la parrilla.

Se deduce que quien hubiera labrado ésta sería un devoto de San Nicolás, dado que aparece al centro y de tamaño ligeramente más grande que las otras imágenes. A los costados aparecen también ángeles con instrumentos musicales sobre grecas. Inmediatamente sobre San Nicolás está el símbolo de la Trinidad.

Tiene a la derecha un ángel con llaves y, a la izquierda, otro, con una cruz de Caravaca. Casi al concluir está la figura de un anciano, a quien se asocia con el Padre Eterno, con un ligero arco, probablemente de laurel. Finalmente está la triple corona, que, según la tradición católica, la triple función o servicios del papa: Enseñanza, sacrificio y conducción. Esto último también se asocia con lo que la Biblia dice de Jesucristo: sacerdote, profeta y rey.

En general, los pilares y la forma de distribución no tienen semejanza con el aspecto físico de alguno de los templos de este lugar. Por otra parte, también es curioso que en este lugar no hay cantera, por lo que debió ser traída especialmente para este fin. Quizás intenta ser un retablo de testimonio, por algún favor en particular. De cualquier manera es evidente que labrar ésta requirió de gran ingenio y creatividad, pues aunque cada elemento es pequeño, está bien caracterizado.


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