La estratigrafía en la carta Colotlán está relacionada con la evolución de la Sierra Madre Occidental, en la que se han diferenciado dos secuencias volcánicas: el miembro volcánico inferior y superior.
La primera secuencia incluye emisiones piroclásticas y derrames andesíticos (TeTA-A) del Eoceno, los afloramientos son limitados y se exponen como ventanas tectónicas al sur, norte y sureste de la carta, se correlacionan con afloramientos datados en la base de la sierra de Morones con 48.1 ± 2.6 Ma. A la cima, los cubren, discordantes, arenisca y conglomerado polimíctico (TeAr-Cgp), con solo dos afloramientos, el de mayor dimensión se tiene al sur central de la carta. Ambas unidades son intrusionadas por diques irregulares, stocks andesíticos y pequeños apófisis de diorita (ToPA), tentativamente, considerados del Oligoceno.
Conformando el miembro volcánico superior, se tienen derrames andesíticos con diferenciación a basalto (ToA-B); por las relaciones estratigráficas observadas en la carta colindante al poniente, sector sureste y en las inmediaciones de La Lobera y San Diego, se interpreta una segunda emisión de las rocas andesíticas y basálticas, reconocida como intercalaciones en la parte superior de las rocas félsicas de la unidad ToTR-Ig, consideradas también del Oligoceno. Los afloramientos de la andesita y basalto están expuestos de forma irregular desde el sector sur central hasta el límite norte y noreste, otras exposiciones se tienen al sureste, este y noroeste y como referencia en el flanco oriental del pilar de Atolinga; su alcance al Oligoceno es tentativo, dado por sus relaciones estratigráficas.
Sobreyaciendo y cortando a los primeros derrames de andesita-basalto del Oligoceno se reconocieron emisiones riolíticas con variaciones a riodacita (ToR), muchas de éstas, se relacionan con domos, algunos aglutinados; se distribuyen principalmente en los sectores central, y norte central, en parte de los flancos del graben de Tlaltenango. Se le considera del Oligoceno por sus relaciones estratigráficas.
La actividad ígnea continua con el vulcanismo piroclástico de composición félsica, de toba riolítica e ignimbrita (ToTR-Ig), considerado del Oligoceno; constituido predominantemente de toba vitrocristalina; la ignimbrita se presenta en escasos horizontes entre la toba y se caracteriza por presentar fiammes de sílice y vidrio, su alcance estratigráfico se da, considerando emisiones similares que se tienen al poniente de la ranchería Mesa del Ocote; fuera de la carta, en donde la ignimbrita fue datada en 26.6 ± 0.7 Ma, se encuentra expuesta, localmente, en las porciones suroeste y limite occidental de la carta.
Estas emisiones son sobreyacidas por un potente paquete de derrames riolíticos y flujos piroclásticos (TomIg-R); la riolita se caracteriza por emitirse en forma de domos con horizontes de vitrófido; la ignimbrita con la característica presencia de fiammes y la formación de extensas mesas, se distribuye ampliamente al occidente, centro, sur y norte de la carta; al sur-suroeste fuera de la carta, al norte de la población de García de la Cadena, una ignimbrita fue datada en 22.92 ± 0.05 Ma, considerada del Oligoceno-Mioceno. Lateralmente, se interdigita un paquete de flujos piroclásticos representados por tobas epiclásticas y piroclásticas e ignimbritas con niveles delgados de basaltos intercalados (TomTR-Ig), la unidad se reconoció en la porción sur sureste de la carta y tentativamente se considera del Oligoceno superior-Mioceno inferior. La actividad ígnea continua con la emisión de andesita y basalto (TmA-B) del Mioceno, distribuidos de forma irregular al noreste y sur de la carta; rocas similares fueron datadas de 21 ± 1, 21.8 ± 0.3 y 20.89 ± 0.44 Ma, ubicándola en el Mioceno inferior. Le sobreyacen e intercalan depósitos de toba riolítica vítrea con aportes de sedimentos epiclásticos (volcanoclástico), a la cima incrementa la incidencia de arenisca (litarenitas) agrupados en la unidad TmVc-Ar; se reconocieron principalmente en la porción oriental de la carta, por posición estratigráfica se les asigna al Mioceno. Discordantemente, sobreyacen derrames andesíticos con variación a basalto (Tm1A-B), a la cima de la unidad, se tienen interdigitaciones de depósitos fluviolacustres semiconsolidados, constituidos de arenisca y arcilla en partes con cementante calcáreo e intercalaciones de conglomerado polimíctico (TmplAr-Cgp), su alcance estratigráfico se da entre el Mioceno y Plioceno, determinado por su posición y con base a las dataciones que van de 6.95 a 5.59 Ma, realizadas por el método U-Pb, a zircones recuperados en depósitos de ceniza incidente entre los estratos fluviolacustres en el graben de Juchipila. La erosión continúa conformando terrazas de conglomerado y arena no muy consolidada y mal clasificada (TplQptCgp-Ar), depósitos similares los contiene la fosa de Juchipila, donde encontraron fósiles de mastodonte asignados al Pleistoceno. Los sedimentos más recientes son de aluvión (Qhoal), expuesto en el cauce del arroyo Colotlán.
La evolución tectónica de la Sierra Madre Occidental es el resultado de diferentes episodios tectónicos y magmáticos desarrollados durante el Cretácico superior al Cenozoico, asociados a la subducción de la placa Farallón debajo de la placa de Norteamérica. El mecanismo originó los pulsos riolíticos y andesíticos relacionados con la remoción de la placa Farallón desde la base de la placa de Norteamérica, después del término de la orogenia Laramide. Es posible que la tectónica extensiva que inició con la apertura del golfo de California esté relacionado con el origen de la fosa o graben de Tlaltenango cuya orientación es NNE SSW. La evolución de los grábenes, tiene relación con algunas emisiones volcánicas que utilizaron sus zonas de debilidad para el ascenso de magma basáltica, caso particular el de la unidad TmA-B. La tectónica progresiva del occidente de México incluye la fragmentación de la placa Farallón y con ello el origen del Eje Neovolcánico Transmexicano mismo que emitió flujos de basalto andesítico (Tm1A-B). Durante el Plio- Pleistoceno se desarrollaron procesos erosivos que han dado lugar a la formación de depósitos sedimentarios fluviolacustres.
Estructuralmente, sobresale el fallamiento con orientación NE-SW con cierta flexión al N-S, estas estructuras originaron fosas en la región, el evento surgió a partir del Oligoceno superior y Mioceno inferior (23 y 22 Ma). En la carta, la estructura más importante es la fosa de Tlaltenango, que tiene una tendencia N 10° E, extensión de 120 km, ancho de 15 km y un desnivel topográfico cercano a los 400 m. El borde occidental corresponde a un bloque levantado denominado pilar de Atolinga limitado por un sistema escalonado de fallas normales con un comportamiento lístrico, las fallas son El Carrizo, San Juan y La Yerbabuena, Las Ánimas y Santa María; sobre el pilar se documentaron fallas subparalelas a las que originaron el graben, las principales son: La Cofradía, La Cantera y El Carrizo. El borde oriental del graben está limitado por el pilar Sierra de Morones, controlado por un sistema escalonado de fallas, las principales son Pachón, Los Cardos, Los Picos y San Nicolás. Al oriente en el interior del pilar predomina un fallamiento con tendencia NE-SW sobresaliendo las fallas San Marcos y Las Palomas, además de otras asociadas siguiendo la misma tendencia.
Se interpreta que los yacimientos metálicos identificados en la carta, están asociados a dos eventos magmáticos. El primero se relaciona con el emplazamiento de pórfidos andesíticos o intrusivos dioríticos, en esta etapa la mineralización fue incipiente encajonada en toba andesítica del Eoceno. Posteriormente, se tiene el emplazamiento de domos riolíticos asociados a la emisión de un volcanismo félsico que va del Oligoceno al Mioceno, se interpreta que los domos están relacionados con la segunda etapa de mineralización. Los yacimientos metálicos se agrupan en cuatro áreas mineralizadas: Santa María, La Bufa, Tenasco y El Ochotal.
Área mineralizada Santa María: Se localiza entre los cuadrantes central, noroeste, norte y occidente de la carta, en las inmediaciones del poblado Santa María de los Ángeles. En el área se reconocieron las minas abandonadas Pozo Hondo, Santa María y El Picacho. Mina Pozo Hondo, consiste en una veta brechada, su espesor es de 5 m y longitud aproximada de 900 m; el análisis químico de tres muestras de esquirla reportó un promedio de 0.058 g/t de Au y 0.0078% de Zn, una de las muestras promediadas reportó 0.1 g/t de Au y 2 g/t de Ag. Mina abandonada Santa María, se interpreta como la continuidad de la veta Pozo Hondo, tiene un espesor de 2 a 3m y longitud de 900m, se obtuvieron cinco muestras de esquirla, una reportó 0.008 g/t de Au y otra 0.011% de Zn. El Picacho, consiste de una pequeña cata labrada sobre vetillas que afloran en una longitud de 30 m y espesor de 2 m, una muestra reportó 0.011 g/t de Au y 0.025% de Zn.
Área mineralizada La Bufa. Se localiza en el cuadrante sur de la carta, en las inmediaciones del poblado San Nicolás. En el área, se reconocieron la mina inactiva La Bufa, el prospecto La Bufa I, así como las manifestaciones de mineral La Bufa II y San Nicolás. La Bufa, consiste de una veta brechada que aflora en una longitud de 70 m con espesor de 0.4 m, contiene mineralización de cuarzo, pirita y óxidos de fierro; tres muestras de esquirla reportaron valores promedio de 0.014% de Zn, una de ellas reportó 1 g/t de Ag. Prospecto La Bufa I, corresponde a un dique riolítico con vetillas de sílice, tiene 3 m de ancho y longitud de 100 m, del dique se obtuvieron siete muestras, dos de ellas reportaron 1 g/t de Ag y un promedio de 0.037% de Zn; al norte del dique, en una brecha silicificada con vetillas de cuarzo y hematita, se colectaron dos muestras, su análisis químico reportó valores promedio de 2 g/t de Ag y 0.015% de Zn. En la manifestación de mineral La Bufa II, una muestra reportó un valor de 1 g/t de Ag.
Área mineralizada Tenasco. Se localiza de la parte central al límite norte y noreste y ocupa parte del sector oriental de la carta; la mineralización está relacionada con la emisión de domos riolíticos. mismos que originaron brechamiento con intensa silicificación, cuarzo calcedónico en bandas rellenando espacios abiertos y formando caparazones tipo sinter con espesores que varía de 3 a 15 m; con estas características se reconocieron la mina abandonada El Pisiete y las manifestaciones de mineral Los Cardos, Huacasco, Tenasco, Tenasco I, Tenasco II, Las Palomas, Las Palomas I y El Zanco. En El Pisiete, se tiene una estructura irregular, en partes brechada; su espesor es de 0.5 a 0.8 m y longitud de 20 m. Tres muestras reportaron valores promedios de 0.011% de Zn. De las manifestaciones de mineral resaltan: Los Cardos se tiene un brechamiento irregular cementado por sílice, con hematita y jarosita, aflora en una extensión de 100 m de longitud y 50 m de ancho; el análisis de 1 muestra reportó valores de 0.012% de Pb y 0.0034% de Zn. Huacasco, es una veta brechada, argilizada y cloritizada con vetillas de cuarzo calcedónico; aflora discontinuamente a lo largo de 1 km de longitud con 1 a 2 m de espesor; el análisis de 4 muestras reportó valores promedio de 0.040% de Zn; en su extensión sureste se colectaron 5 muestras, una de ellas reportó 0.13 g/t de Au. Tenasco I, consiste en una veta con brechamiento irregular, aflora discontinuamente a lo largo de 80 m de longitud con 20 m de ancho, los análisis químicos de dos muestras reportaron valores promedio de 1 g/t de Ag y otras dos muestras presentaron valores de 2 g/t de Ag. Tenasco II, consiste en una angosta veta brechada silicificada, tiene un espesor de 0.4 m y 30 m de longitud; tres muestras reportaron en promedio cerca de 2 g/t de Ag. Las Palomas, consiste en un crestón brechado; aflora en una longitud de 100 m, con un espesor que varía de 1.5 a 2 m, tres muestras reportaron valores promedios de aproximadamente 2 g/t de Ag y 0.013% de Zn, otras dos muestras 1 g/t de Ag y 0.012% de Zn.
Área mineralizada El Ochotal: Se localiza en el cuadrante occidental de la carta, donde se documentaron las minas abandonadas San Lorenzo y El Ochotal, así como la manifestación de mineral Ochotal. La mina abandonada San Lorenzo, consiste en flujos riolíticos con mineralización de casiterita, magnetita y óxidos de fierro, concentrada sobre el fracturamiento y las juntas de flujos, se manifiestan a lo largo de 20 m y 5 m de ancho; dos muestras reportaron valores promedio de 0.0014% de Sn, 0.015% de Pb y 0.038% de Zm. En El Ochotal, se determinaron flujos de riolita con fracturamiento paralelo, entre el fracturamiento, se concentra casiterita con hematita y magnetita; en superficie aflora con una longitud de 30 m y 0.05 m de ancho, el análisis químico de dos muestras, reportaron valores promedio de 0.04% de Sn y 0.058 de Z y valores anómalos de As, en el rango de 0.018 a 0.022%. Para la manifestación mineral de casiterita. El Ochotal I, la mineralización se presenta en forma irregular, con una longitud de 20 m y ancho de 0.05 m; el análisis químico de dos muestras, reportaron valores promedio de 0.0017% de Sn, 0.002 g/t de Au y 0.040% de Zn.
Área mineralizada El Ochotal. Se localiza en el cuadrante occidental de la carta, donde se documentaron las minas abandonadas San Lorenzo y El Ochotal, así como la manifestación de mineral Ochotal I. La mina abandonada San Lorenzo, consiste en flujos riolíticos con mineralización de casiterita, magnetita y óxidos de fierro, concentrada sobre el fracturamiento y las juntas de flujos, se manifiestan a lo largo de 20 m y 5 m de ancho; dos muestras reportaron valores promedio de 0.0014% de Sn, 0.015% de Pb y 0.038% de Zn. En El Ochotal, se determinaron flujos de riolita con fracturamiento paralelo, entre el fracturamiento, se concentra casiterita con hematita y magnetita; en superficie aflora con una longitud de 30 m y 0.05 m de ancho, el análisis químico de dos muestras, reportaron valores promedio de 0.04% de Sn y 0.058 de Zn y valores anómalos de As, en el rango de 0.018 a 0.022%. Para la manifestación mineral de casiterita El Ochotal I, la mineralización se presenta en forma irregular, con una longitud de 20 m y ancho de 0.05 m; el análisis químico de dos muestras, reportaron valores promedio de 0.0017% de Sn, 0.002 g/t de Au y 0.040% de Zn.
En cuanto a no metálicos, al oriente de la carta se propuso el prospecto López Mateos, con mineralización de zeolita en rocas volcanoclásticas; dos muestras reportaron clinoptilolita con porcentajes de 48.7 y 45.9%, y heulandita con 37.8 y 35.1%.
Se reconocieron los bancos de material activos Peñas Coloradas y El Salitre: Peñas Coloradas, desarrollado en andesita basáltica, el producto es balastre y El Salitre labrado en aluvión, el producto es arena y grava utilizado en la construcción.
Existen cuatro bancos inactivos o con actividad intermitente: Cuesta del Pisiete, Media Luna, Palo Alto y El Saltillo, el producto es balastre, en menor medida grava y arena. Se documentó un banco de roca dimensionable actualmente inactivo, denominado Los Corteses, labrado sobre ignimbrita, el producto es bloque utilizado para mampostería y fachadas.
Los elementos trazadores de la mineralización, de acuerdo al análisis estadístico del muestreo de sedimentos de arroyo, fueron Zn, Fe, Cu, Mn y Sr, utilizados para definir ocho áreas anómalas en la carta, de acuerdo a su importancia se jerarquizaron como de prioridad A): Tenasco, La Bufa, Santa María y Huacasco. En segundo plano se tienen las áreas de orden B): Ojo de Agua, El Sauz y Picacho, consideradas como zonas con escasos antecedentes y se consideran como blancos para una futura verificación.
Fuente: GERENCIA DE GEOLOGÍA Y GEOQUÍMICA DEL SERVICIO GEOLÓGICO MEXICANO (2021).
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