miércoles, 19 de julio de 2023

RESEÑA DE LA FIESTA DE SANTA ANA

Por: José Alonso Serrano Campos

En mi paso por la Dirección de Comunicación de Tlaltenango, descubrí la riqueza cultural de un pueblo lleno de anécdotas, de cosas maravillosas dignas de compartir con la demás gente de esta región, muchos ya la conocen, pero cabe en el marco de la semana previa a su celebración hacer un recuento de esta peculiar celebración religiosa.

COMUNIDAD INDIGENA DE TOCATIC (TOCATIQUE), TLALTENANGO, ZACATECAS; Voz tlaxcalteca que significa: “Aves cantoras en pleno diálogo con personas y árboles de mezquite (TOTOT-CAT- y TIC), el vocablo hace referencia a la abundancia de mezquites, aves e indígenas que antaño se dedicaban a la captura de estas aves, en esta región.

Esta comunidad perteneció a los 7 pueblos fundados por la etnia Caxcana de la zona, a la llegada de los españoles y su  posterior conquista se le antepuso un nombre en castellano, pasando así a ser su nombre oficial  San Francisco de Tocatic.

Los orígenes de la festividad de Santa Ana “la Señora de la Fortuna”, por esta costumbre que tienen los lugareños de implorar su ayuda y protección cuando deciden emigrar a los Estados Unidos, se remontan hacia  finales del siglo XVIII, en ese tiempo el párroco de Tlaltenango, Don José Francisco Arroyo, envió al Obispado de Guadalajara del cual dependía el curato, una solicitud de autorización para bendecir la actual iglesia de “La Loma” dedicada a Santa Ana, anteponiendo como motivos  principales la saturación de cadáveres del panteón en el antiguo templo de San Francisco, hoy en ruinas y completo abandono.

El resentimiento y considerable daño provocado al mismo, por el terremoto que destruyera el antiquísimo Santuario y Capilla de Santa Rosa de Lima de Tlaltenango, fue también razón plasmada para que siendo así, el 26 de Julio de 1817, el señor cura de Tlaltenango,  Don Juan José Veles, daba inicio a las festividades actuales, en honor a la Patrona de la Fortuna, Santa Ana, con motivo de la bendición de su templo.

En aquellos tiempos Tocatique contaba con medio millar de habitantes, y  siendo una de las comunidades más antiguas de la zona, incluso desde tiempos de la época prehispánica, era punto de referencia para que las tribus de toda la región se allegaran a ella, en busca de pareja  para sus hombres, pues la comunidad era famosa por la gracia y belleza de sus mujeres, era precisamente en el mes de Julio que tenía lugar este cortejo, en el cual los hombres subían por uno de los caminos hacia la plaza y las mujeres lo hacían por el otro camino, encontrándose al centro de la Plaza Central para realizar el Juego de Las Ollitas, el cual ya solo se representa en la actualidad.

Actualmente la celebración ha cambiad, los tiempos modernos han quitado varios elementos tradicionales, pero aun conserva parte de sus raíces prehispánicas y coloniales, sumando otras más actuales. Lo que en conjunto logra una de las Romerías más importantes de la región, visitada por gran cantidad de personas de Guadalajara, Zacatecas, Aguascalientes y principalmente paisanos que regresan a rendirle honores y agradecimiento a la “Señora de la Fortuna” por las gracias y favores recibidos. 

El 26 de Julio de cada año, es fiesta obligada para los tlaltenanguenses, ataviados con sus mejores trajes campiranos, (antaño era costumbre obligada “el estreno”, todo un ajuar completo para ese día) a pie, a caballo, en camionetas, en carros; la gente se dirige a Tocatic a  saborear la gastronomía regional: pipían, tejuino, pozole, tamales, elotes, tortas de adobada o chorizo, taquitos dorados con su salsa de cacahuate, cueritos, cecina, dulces de leche, camote, calabaza, biznaga, chila cayota, los garampiñados de cacahuate, nuez, y eso si… gran cantidad de mezcal, tequila y cervezas.

En antaño fue un gran día de campo, las familias  extendían sus albos manteles de algodón bordados  y deshilados entre las sombras de los mezquites  para compartir sus mejores guisos caseros, además del mole y pipían, ahora también se acostumbra la asadura  y la pepena, aunque lo que predomina es el pipián y el Tejuino, de los cuales desde la década de los 70 del siglo pasado, se realizan concursos.

Se realizan concursos de trajes típicos y el Juego de las Ollitas. Atrás quedaron tradiciones como La Cofradía de los Ahijados de Santa Ana,  las representaciones de Moros y Cristianos (que actualmente solo se representan en las Fiestas de la comunidad de San Isidro) con sus “Amanchiguados”, “Priostes”, “Anderas” y “Tenancilla”.

Desaparecieron  también “Las Silenciosas” y “Quiero Mi Santana”, aunque prevalecen los antiguos y alegres cantos a Santa Ana de las señoras al estar preparando sus pipianes.

Toda esta fiesta y alegría cierra con broche de oro con los bailes de gala, en el Centro Magno, el Club de Leones y los que organizan diferentes discotecas de la ciudad.

COFRADIA DE LOS AHIJADOS DE SANTA ANA

Esta antigua costumbre viene de las representaciones morismas que se realizaban en la comunidad hacia finales del siglo XVIII, ya que al terminar las representaciones, se trasladaba en procesión especial a la patrona, seguida de los moros, cristianos y toda la demás gente de la comunidad, no sin antes entregarle todos los niños y niñas (a los que en aquella época se les llamaba “Amanchiguados”) a Santa Ana en forma simbólica y en juramento.

Con el correr de los tiempos, este ofrecimiento se le hacía a la imagen peregrina de Santa Ana cuando visitaba alguna de las casas de la comunidad, es muy raro ver esta Cofradía pero aún se realiza durante los días previos al Novenario en honor a Santa  Ana, pero de una manera mas sencilla.

PRIOSTES

Son las encargadas de los santos, querían decir “las nuevas encargadas” que se dedicaban a cuidar a los santos de la iglesia. Había  una persona por santo por todo un año, y hasta la siguiente fiesta se cambiaban, para cerrar la procesión se regalaban pastillas blancas hechas de azúcar realizadas por las Priostes salientes.

ANDERAS DE SANTA ANA

Tenían funciones específicas: la “Andera Mayor” realizaba labores de limpieza y de mantener el orden de las festividades que se avecinaban, las “Anderas Menores” obedecían la orden de la “Andera Mayor” e iban por delante de la procesión con una coronita de trapo y un característico tambor que las identificaba.

LA TENANCILLA

Cargaba su campanita y bandera roja, al igual que un listón blanco, con cruz al centro de la bandera, y era la que abría la procesión,  destacaba por delante de todos.

“LAS SILENCIOSAS”

Medio de transporte  construido a base de un chasis de carro antiguo con dos llantas de hule, arrastrado por remuda, al pasar hacía ligero ruido, por esa razón se le llamaba “Silenciosa”, en este transporte cabían cómodamente 6 o 7 personas; hacia la década de los 50 y 60 solo los más privilegiados las utilizaban para acudir a Santa Ana.

 QUIERO MI SANTA ANA

Este tipo de exclamación se daba en el momento en que la joven le decía a su novio o amigo: ¡¡Quiero mi Santa Ana!! De manera que el joven se  sentía agraciado  por la fortuna de haberle sonreído la dama con su más bella  sonrisa.

Le compraba una ollita de barro, realizada por artesanos de la comunidad, llena de frutos como: granadas, membrillos, manzanas, peras, perones, duraznos, chabacanos uvas, etc.

De igual manera, si algún familiar o conocido no podía asistir a la fiesta, alguien se encargaba de llevarle “su Santa Ana”. Actualmente esta costumbre ha desaparecido, solo se conserva la tradición de vender las ollitas de barro, con el nombre de la persona que la compra.

JUEGO DE LAS OLLITAS 

En la época prehispánica, este juego era parte de un cortejo: se formaban los hombres y las mujeres en filas de por lo menos 20 de cada género, frente a frente, a lanzarse con rapidez las ollitas de barro, la cual había que atrapar y lanzar a otra persona, quien no lograba atraparla debía reponerla por otra, así también podían decirle una copla de cortejo o rechazo a quien tenían enfrente.

En épocas más recientes el juego consistió en formar un círculo de aproximadamente 30 personas, 15 hombres y 15 mujeres para lanzarse con gran rapidez las ollitas de barro a la persona que mas interesara impresionar.

En la actualidad se realiza de la manera siguiente: es importante hacer grupos de tres integrantes como mínimo, vestidos con estampados similares para que se haga vistoso el concurso, se hace una formación en círculo de forma intercalada (hombre – mujer – hombre – mujer) a poca distancia uno del otro, a la derecha corre la flecha y comienzan a circular las ollitas de barro,

Son ollitas hechas en la región y especialmente para la fiesta, la dificultad inicia por la forma rápida de agarrarla y pasarla a la siguiente persona sin lastimarse los dedos, cada olla que cae debe de ser pagada entre la ola de risas y  burlas de los asistentes. Gana el equipo que conserva más ollitas, se les premia con una olla grande o canasta con frutos de la región.

JULIO 2011 - JASC
Tocatic, Tlaltenango.- El ambiente de fiesta y alegría se afina en Tlaltenango durante los días previos al Día de Santa Ana, a la par de la celebración religiosa en conmemoración a Santa Ana en la comunidad de Tocatic, este año 2011 se hizo sentir con tal fuerza que se superaron las expectativas, cientos de asistentes acudieron a la comunidad y concurrieron en los eventos que se dieron en el marco de esta fiesta.

Bailes, eventos deportivos y culturales fueron presentados el 26 de Julio en el municipio con motivo del día de Santa Ana, los preparativos tanto de organizadores de eventos como del propio Gobierno Municipal se coordinaron con puntualidad a la espera de los asistentes, tanto locales como de otros puntos de la república y la unión americana.

El Gobierno Municipal de Tlaltenango a través de sus Direcciones de Educación, Cultura y Deportes y la de Turismo, así como del DIF Municipal, realizaron los tradicionales concursos de Pipián, Tejuino y Traje Típico Regional, así como el juego de las ollitas.

El Programa Cultural en apoyo a la Tradicional Fiesta de Santa Ana de Tocatic, a través de sus Direcciones de Cultura, Turismo y el DIF municipal comenzó a las 11:00 de la mañana con la participación de artistas locales y de la región.

Se montó como cada año la Exposición Artesanal donde se estuvieron exhibiendo artículos hechos de madera, máscaras hechas de materiales reciclados, bordados de listones, sombreros de palma y sotole entre otras curiosidades, así como postres típicos y otros antojitos de la región.

Se hizo el montaje e instalación de la Expo Artesanal en la cual participaron los artesanos de las comunidades de Cicacalco, Ciénega de Villareales y Tlaltenango, así como la Tienda de Artesanías y Manualidades del DIF con artículos realizados en los Talleres del sistema y los internos del Centro de Readaptación Social de Tlaltenango.

También se colocaron puestos de comida y artesanías de distintos tipos, acudieron grupos musicales y religiosos que abarrotaron el centro y alrededores de la Iglesia.

El Jurado calificar de los concursos estuvo conformado de la siguiente manera:
Pipián: Nora Linda Rosales y Doraliza  Escatel Pérez, Presidenta y Directora del DIF Municipal; Gloria Ayala Contreras, Regidora de Cultura; Olivia López Arteaga, Directora del Archivo Histórico Municipal y Enriqueta Sifuentes Moreno.

Tejuino: Pily Pinedo Orozco; Elvira García  Carrillo, Regidora de Desarrollo Social; Magdalena García Chávez, Regidora de Servicios Públicos y Silvia Gordillo Enríquez, Directora de la Unidad Básica de Rehabilitación.
Traje Típico Regional: Padre Oscar Jordán; Lucero García Acosta, Lupita Rivera Ávila, Luis Humberto Zapata, Cronista del Municipio y José Manuel Pérez Gaeta, Director de la Escuela Coronel José Ma. Sánchez Román.

El concurso de las ollitas se desarrolló con destreza por parte de los participantes de los diferentes clubes del INAPAM, como lo marca la tradición: con vistosos y animados trajes confeccionados para la ocasión y ollitas decoradas con flores y frutos de temporada.
Para el concurso de Traje Típico Regional participaron todos los grupos del INAPAM representando a su comunidad, las ganadoras fueron: en primer lugar la señora Rocina González Godina, de Tlaltenango; el segundo lugar fue para la señora Esperanza Reyna Hermoso, de Los Ramos y el tercer lugar para la señora Amelia Meza García, de Tierras Moradas. Todas ellas recibieron su diploma y dinero en efectivo como premio.

En la competencia del Pipián participaron personas de diferentes comunidades, el primer lugar fue para el señor Oscar González Robles, de Tlaltenango, su premio fue $1,500.00 pesos en efectivo y un Diploma; el segundo lugar lo obtuvo la señora Rosa Albina Aparicio López de Ciénega de Villareales y se le entregó $1,000.00 pesos y un Diploma; así como para el tercer lugar que fue para la señora María de Jesús Flores Arenas, de San José de Veladores quien también recibió la cantidad de $1,000.00 pesos y su Diploma.

En el caso del Concurso de Tejuino participaron artesanos de la gastronomía de Tlaltenango, Los Sedanos, Tocatic, Los Ramos y Cicacalco. El primer lugar fue para la señora Berta Maravilla Agosto,  de  Los Ramos con el premio de $1,500.00 pesos y su Diploma; en segundo lugar quedó la señora Raquel Serrano Escobedo, de  Los Ramos, quien recibió $1,000.00 pesos y Diploma, así como el tercer Lugar que obtuvo la señora Graciela Hermoso, de Los Ramos.

Las festividades culminaron con éxito entre el júbilo y entusiasmo de los participantes y público en general, sin pesar los incidentes menores producto del consumo del alcohol entrada la noche y madrugada del día siguiente

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