lunes, 8 de febrero de 2021

COSMOGONIA HUICHOLA; UNA ETNIA QUE SE RESISTE A SER CONQUISTADA

 500 AÑOS DESPUÉS...

Los huicholes constituyen el grupo indígena más importante en el Estado de Jalisco y su lengua es una de las 52 reconocidas a nivel nacional como autóctonas. En la zona norte, debido a su aislamiento, las costumbres, religión y su particular concepto del mundo les ha permitido subsistir como etnia. Los cerca de 20 mil wirrárikas son reservados al hablar de sus costumbres y creencias; sin embargo, la intención con este reportaje no es ultrajar ni exponer su forma de vida, sino hacer conciencia de la estructura y los valores que contienen.

A sus antiguas creencias, el huichol, ha añadido algunos otros elementos, rindiendo culto a algunos santos y conservando dioses nativos que les llama: “Nuestra Madre Tierra”, “Nuestro Abuelo Sol”, “Nuestra Tía la Lluvia” y “Hermano Peyote”, entre otros.

Los “maracames”(curanderos o hechiceros), son quienes dirigen las ceremonias religiosas, quienes cantan y rezan, en rituales agrícolas y en peticiones de lluvias como la de “Maíz Tierno” y “Curación de la Tierra”.

Utilizan vestuarios con muchos bordados y en ocasiones sombrero, las casas rectangulares, son de carrizo entrelazado, piedras y adobe, con techos de paja.

El primer estudio del Gobierno sobre las posibilidades de desarrollo de la zona huichol, por los años sesentas, concluyó: “observando que el huichol, a través de siglos en poco o en nada ha cambiado en su manera de ser tradicionales, y el que más ha defendido y conservado la tradición de su mundo y a pesar de varios intentos, aun no se ha contactado su verdadero ser.” (Informe de Gobierno del Estado 1966).


Las artistas del tejido

Quienes se encargan de bordar sus trajes tan característicos, son las mujeres. “no basta con copiar los ademanes del Maracame o las grecas de la tejedora, se tiene que hacer con corazón” dijo una huichola-mestiza mientras trabajaba en un traje para vender en el municipio de Mezquitic, Jalisco, poco antes de la visita del Presidente Fox.

Los niños Huicholes se crían con un sentido religioso de vida, que le revela poco a poco el significado de los misterios que lo rodean. He aquí el sentido ecológico huichol: “Todo se sacrifica por nosotros: el maíz, el venado, el mar y la lluvia”. Signos representativos de la etnia y que plasman en la mayoría de sus artesanías.

El maestro ya fallecido José Manuel Pérez Carrillo, vivía en Colotlán y hacia referencia a las personas que pasaban unos cuantos días observando a los huicholes en lugares “medio civilizados”, quienes daban al público en general, y los mismos estudiosos tenían, una imagen falsa y superficial de una cultura cuyos alcances son insospechados, como los colonizadores, al no ubicar la riqueza cultural de un mundo que sólo les significaba algo en el plano material.

La escritora Mircea Eliade, citaba: “Ciertas tradiciones ancestrales se encuentran en peligro de degeneración. A fin de evitar su deterioro, las enseñanzas son transmitidas más y más bajo el velo del secreto. Este es el conocido fenómeno de “ocultación” de la doctrina, que se presenta cuando la sociedad que la ha preservado está en curso de una transformación radical”.

Lo anterior menciona las posibles causas del hermetismo que la etnia huichol ha mantenido durante toda su existencia ante el interés de personas para poder presenciar e involucrarse en sus celebraciones religiosas.


Las controversias

Varios casos controvertidos como el del periodista Fhilip True, que a pesar de la polémica surgida y la dirección que el caso ha tomado ante las leyes, pudieron probablemente haber sido a raíz de que las personas trasgreden las zonas que celosamente ocultan.

En el museo “Pedro Coronel” de la ciudad de Zacatecas, se expone una colección de máscaras huicholes, estas son utilizadas en sus ceremonias religiosas y al finalizarlas, son destruidas, siendo prácticamente imposible la obtención de éstas, algo rescatable y muy valioso para quien se interesa en esta cultura. Las formas del arte huichol, representan mucho más para el indígena que lo que podría significar para el mestizo.

*Para hacer su arte, el creador tiene que vivir inmerso en la visión mítica, para tener la capacidad de plasmar una realidad invisible y mágica porque el artista debe poseer la calidad de atraerse y albergar la energía espiritual del ser humano o del dios ancestral que representa.

“El arte de la cultura de los huicholes, no suele estar expuesto en los museos, o tiendas de artesanías, así como nuestros mitos tampoco son “cuentos populares”, refiere el Sr. José Benítez, quien actualmente realiza el cuadro que será colocado en la estación Juárez del Tren Ligero de Guadalajara.

Para el Sr. Benítez, los productores de artesanías huichol, son “huicholes medio urbanizados” que han dejado sus labores propias y se han desarraigado de sus comunidades. El artesano que produce para la venta, no lo hace por inspiración, sino por un interés económico; esto es, su arte pierde el sentido mitológico y espiritual.

La burla del mestizo le hace abandonar el traje bordado de manta, además se ven obligados a buscar mejor modo de vida en pueblos fuera de la sierra, emigrando debido a la extrema pobreza en la que viven.

El valor de las artesanías es muy bajo. Muchos huicholes que viven en pueblos como Huejuquilla, Huejucar, Colotlán, Bolaños e incluso en las afueras de Guadalajara, se ven inmersos en la “cultura” dominante del alcoholismo y de la enfermedad. “Yo no soy huichol, no soy mestizo, ¡no soy nada!” refería un wirrárika que reside en Colotlán, un joven indígena que entre vapores de alcohol deambula por los municipios de la región. Era músico, ahora ha perdido su identidad.


Población

Según datos del INEGI, los 4 municipios que comprenden la zona huichol cuentan con una población de 33 mil habitantes, siendo el 80% indígenas; sin embargo, las cifras reales podrían duplicarse lo que evidencia que el control político está en manos de los mestizos.


El apoyo de los mestizos

Los apoyos de la sociedad civil son numerosos, existen 19 grupos de asociaciones e instituciones dedicadas a ver por los huicholes.  El Gobierno, en sus tres niveles, federal, estatal y municipal contribuyen también en rubros importantes como son educación, salud y asistencia social.

Patricia Ramos Salas, encargada de asuntos indígenas de la Unidad Regional de Servicios Educativos (URSE) ubicada en Colotlán, informó que el número de niños que acudieron a clases en la zona huichol durante el ciclo 2000-2001 es de 4 mil 631 alumnos, en 31 jardines de niños y 61 primarias. Algunos niños son atendidos en albergues en coordinación del Instituto Nacional indigenista (INI) y la Secretaría de Educación Pública (SEP) porque no pueden recorrer diariamente las enormes distancias entre su casa y la escuela.

Entrevistado en la parte alta de la sierra, el Profr. José Casillas, Director de Desarrollo Comunitario del DIF Jalisco, dio a conocer que la dependencia tiene programas conjuntos con los municipios, pero aclaró que por cuenta propia coordina a 450 promotores en la zona; 200 maestros indígenas, 100 empleados de la Secretaría de Salud, 67 del DIF, 50 del INI y 30 de la Semarnat donde operan 50 cocinas populares (COPUCI). Agregó que el INI dirige los 14 albergues existentes en la sierra, beneficiando a mil 600 niños de entre 6 y 14 años.

Para el Gobierno Federal, en México existen 460 municipios altamente marginados y es por ello que implementó el Programa Nacional de Atención a las 250 microrregiones. En Jalisco, sólo Mezquitic fue incluido.

Por su parte, el Dr. Sergio Armando González Aceves, Director General de la Región Sanitaria 01 Norte, señaló que los esfuerzos son muchos y los logros satisfactorios. En los 10 municipios existen 52 unidades clínicas y 2 hospitales de primer contacto, uno en Huejuquilla el Alto y otro en Colotlán, además de 19 módulos de Salud Rural. En breve estará operando el No. 20 en Totatiche, mientras que en los municipios de Bolaños y Mezquitic existen 14, de los cuales 10 se encuentran en territorio huichol.

También alertó sobre el riesgo de brotes endémicos por el consumo de agua contaminada de arroyos o bordos, por lo que los esfuerzos de la Secretaría se duplican para prevenir enfermedades gastrointestinales; explicó además que los piquetes de alacrán y arañas son frecuentes por lo que la dependencia distribuye al menos cuatro dosis de suero en cada unidad de salud, sin embargo aclaró: “el objetivo no es cambiar tradiciones, sino adicionar recursos para mejorar su salud” concluyó el Dr. Sergio Armando González.

Las poblaciones más alejadas de la civilización son San Andrés Cohamiata en Mezquitic, a 530 kilómetros de la capital del estado. Es muchos casos, es necesario el traslado a lomo de mula o a pie, haciendo más difícil la prestación de los servicios médicos.

Para darnos una idea de lo aislado de muchos de los asentamientos huicholes, cada mes se realizan alrededor de 20 vuelos en avioneta, ya sea para recoger enfermos o para el traslado de personal o medicamentos.

“Ellos podrán corresponder con su vigor nativo a los servicios que nosotros podemos ofrecerles en su beneficio, sin lavarles el cerebro a cambio de alfabetizarlos y sin transformar la ecología que ellos han preservado a cambio de carreteras.” Es la reflexión del autor del libro “Acercamiento histórico y subjetivo al huichol”.

Todo esto tiene su origen en el aislamiento de la geografía y la política nacional pues el tema de las etnias apenas si con el movimiento de Chiapas empezaron a ser tomados en cuenta más en serio. Conocido es en toda la comarca cómo después de la Guerra del Mixtón las tribus de la comarca se mantuvieron alejadas del contacto con los españoles y reaccionaron junto con los Coras y Tepehuanos atacando las villas ya establecidas.

Esto motivó que las autoridades hicieran fuertes que en verdad eran lugares protegidos por empalizadas para protegerse de la agresión de estos grupos. Jerez y Colotlán son ejemplos de ello. Todavía a mediados de la colonia, el Virrey Montañés, luego de la rebelión de Nostic, trató de resolver la problemática de los naturales de estas regiones y les mandó emisarios con quienes acordaron que no volverían a sublevarse; a cambio el gobierno colonial se comprometía a suministrarles alimento y otro tipo de ayudas.

En efecto no hubo más rebeliones, pero la sobreprotección que ellos sintieron en ese momento, se ha traducido en “la costumbre” de recibir sin trabajar, una actitud paternalista que hasta nuestros días mucho ha dañado a la cultura huichol.

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Con este reportaje participé en el Premio Jalisco de periodismo 2003, que otorgaba la Universidad de Guadalajara. Buena experiencia pero el periodismo regional no impacta igual que los monstruos de la ciudad... todavía.

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