Texto por: José Alonso Serrano Campos
Uno de los intentos más interesantes ha resultado el tour desde Colotlán a otras partes de la región, se acaba de realizar el tercer viaje a mediados de marzo y en el primer fin de semana de abril se hará el cuarto recorrido, estos con una periodicidad de cada 15 días (insisto: era la nota en aquellos años).
Consiste en visitar lugares cercanos partiendo de Colotlán, en los dos primeros recorridos los turistas fueron a Momax, conocieron los baños temazcal, las pinturas rupestres y las cabañas.
El tercer viaje se los narraré en líneas más adelante, paso a paso como si fuera uno más de los 23 aventureros turistas que estuvieron presentes en Totatiche, Jalisco “lugar de nuestros padres reverenciados”. Les diré que el siguiente y cuarto viaje será a Bolaños por si gustan acompañarnos.
Este tour es un deseo de los empresarios del hotel Hacienda de los Gálvez por promover turísticamente nuestra región, sostienen la idea de que por el momento no se puede traer turistas de otras partes del país o del extranjero si nosotros mismos no conocemos y promovemos lo que tenemos, por 120 pesos hacen el recorrido y brindan desayuno y comida.
“Por eso partimos de lo particular a lo genera, de dar a conocer a los locales lo que tiene la región para que corran la voz y vengan los visitantes, con una visión más general de lo que tiene toda esta zona” fue lo que comentó Alfredo Gálvez, encargado y guía del tour.
Resulta difícil pensar que en Colotlán no se conozcan y aprovechen atractivos naturales como el cerro de San Nicolás o la cascada del Epazote y la gente se vaya a visitar otros lugares, a comer o pasar el día fuera sin que se den la oportunidad de conocer lugares interesantes, muchos incluso vírgenes de esta región.
Por citar un ejemplo, la presa de los Pérez, a menos de diez minutos de Colotlán, donde una cooperativa ofrece pescado en varias presentaciones para degustar, afortunadamente cada vez se les ve más gente comiendo en el sitio y parece ser que siguen teniendo éxito, al igual que las cabañas en Villa Guerrero.
Ahora si entramos al tema que me inspiró escribir este artículo, el recorrido de ese domingo por la mañana comenzó frente a la Presidencia Municipal de Colotlán, ahí nos esperaba el camioncito que nos llevaría a desayunar como primer punto en el Restaurante “María Bonita”.
A eso de las diez de la mañana con estómago contento, estábamos listos para partir rumbo a Totatiche. El camino fue idóneo para romper el hielo, un grupo de turistas conformado por una familia radicada en Chicago, Illinois y la mayoría conocidos de Colotlán, comenzamos a cantar, luego surgió un chiste, enseguida ya todos integrados en una canción en común cantábamos “amor eterno”, aplausos y más diversión se disfrutaba.
Fue una mañana favorable para emprender el viaje, no hizo mucho sol, solo un poco de aire al final pero tolerable, llegamos a Totatiche luego de 20 minutos de contemplar el bellísimo panorama de la sierra y disfrutar unos depurados cánticos.
Al arribo, nos esperaba el cronista de la ciudad, don Esteban Valdez, todo un honor haberlo conocido ese día, él nos obsequió un folleto y ofreció algunos de sus libros que ha escrito.
Nos llevó primero a visitar la iglesia que está frente a la parroquia, ahí vimos la imagen de la virgen de Guadalupe y a continuación entramos a conocer donde se venera al recién nombrado Santo Cristóbal Magallanes, oriundo del lugar, después fuimos a conocer el museo en su honor a un costado de la parroquia.
Luego de conocer parte de la vida de este santo sacerdote, nos dirigimos a Temastián, la misión era visitar al Señor de los Rayos en su iglesia, un rápido vistazo por la innumerable cantidad de retablos que se contemplan colocados en las paredes a un costado y un breve momento para comprar algún recuerdito o algo de comer en los puestos al lado del atrio.
Rápidamente nos trasladamos al lugar donde brota agua del suelo, el parque “El silvestre”, fuimos testigos del potencial turístico del lugar si pueden aprovechar esa agua en un balneario, por ejemplo, algo que existe en la idea y que mientras se desperdicia toda esa agua, el actual presidente municipal busca promover ese lugar para distintas reuniones, muestra fue encontrarnos gente de Colotlán que exclusivamente fue a comer hasta este sitio agradable, limpio y lleno de sombra, con asadores y juegos infantiles.
De ahí, caminamos hacia arriba del cerro, menos de un kilómetro, para llegar a donde se encuentra una presa, pasamos por cercas, arroyos y uno que otro matorral, encontramos los vestigios de los primeros pobladores de Totatiche, un lugar donde según Don Esteban próximamente se comenzará a investigar a fondo, hay materia que se supone fue la edificación donde vivían aquellos primeros pobladores y que ahora es el sitio que sostiene la cortina de la presa.
A estas alturas comenzó un poco el cansancio, todavía nos dimos a la tarea de ver el lugar que están construyendo, donde se colocará un monumento a Cristóbal Magallanes y servirá de escenario para eventos de todo tipo, de cualquier manera, el ánimo no mermó, aún nos esperaban en el seminario para conocer sus instalaciones.
Esta basta zona del norte de Jalisco se caracteriza por el aspecto religioso, motivo por el cual muchos sacerdotes se han forjado en ese seminario que Totatiche tiene desde hace muchos años, a pesar de las épocas en decadencia y de carencias en general, el seminario de Totatiche cuenta con futuros sacerdotes de la Arquidiócesis de Guadalajara, en plena formación.
Nos recibió el encargado del lugar, amablemente nos abrió las puertas y conocimos el interior de sus subestructuras, un seminario que depende de Guadalajara, caracterizado por un ambiente de calma y reflexión.
Terminamos el recorrido, nos disponemos a emprender el retorno, Don Esteban se despide con unas emotivas palabras deseando que este proyecto turístico no sea una o dos veces realizado, sino que la gente se interese y cada 8 días podamos ir a visitarlo, quedamos con el compromiso de volver complacidos por su hospitalidad y la exquisita información que nos ofreció.
Nuestro destino final fue la Presa de los Pérez, donde degustamos pescado en diferentes presentaciones, para luego llegar al punto de partida: el hotel Hacienda de los Gálvez; el paquete incluía acceso a la alberca que los menores de edad aprovecharon y los adultos permanecimos en la terraza recordando lo vivido y anhelando volver con más de nuestros amigos en una próxima ocasión.
Es notorio el esfuerzo que hacen y el ímpetu que le ponen a este proyecto los empresarios del hotel, comentan que la respuesta ha sido buena y esperan que siga en crecimiento el interés de la población.
Los detalles pendientes a mejorar son: Los tiempos del recorrido y la difusión de este tipo de actividades, en estos primeros intentos es natural que surjan detalles de mejoras en la organización, pero en términos generales es una oportunidad que nadie se debe perder.
(Crónica de 2007 publicada originalmente en: publicolotlan.com de Sergio Valdez R.en aquella fecha)
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