Por: José Alonso Serrano Campos
Hace cinco años comencé un maravilloso servicio en la
iglesia de San Luis Obispo de Colotlán, con la invitación de una gran amiga que
me dijo: “solo es una lectura cada domingo”, nunca me imaginé las
satisfacciones que se vendrían en ese servicio de liturgia al participar en diferentes
tareas llenas de anécdotas divertidas y experiencias.
En una ocasión allá por 2021 en la sacristía, el sacristán colocaba una fotografía antigua de un sacerdote arriba de una de las
puertas, tratamos de identificar en el marco o en la parte posterior de la
imagen de quién se trataba, no tenía nada escrito, no encontré registros fotográficos
ni alguna manera de identificar de quién se tratase en ese momento.
Por casualidad, hace un mes acudió un sacerdote a dar misa cubriendo a uno
de los vicarios, cuando llegó este
sacerdote lo primero que le llamó la atención fue la fotografía, me acerqué
a escuchar lo que me podría ayudar a identificar al personaje, dio la mejor pista, basado en lo
que carga en su pecho.
Se trata de una cruz pectoral que es usado por los obispos
para reflejar su dignidad y orden eclesial, el portar la cruz pectoral
significa que el obispo asume la cruz de Cristo y se identifica con su redención,
esto representa su adhesión a la vida evangélica, mi sorpresa fue que esa cruz no sabía que tan especial fuese.
Ya con la pista de que se trataba de un obispo, faltaba identificar a cuál de todos se tratase, comencé a identificar en Zacatecas desde el primero del año 1863 hasta los obispos que a mediados del siglo pasado llevaron la máxima representación de este obispado.
En una recopilación de imágenes que hizo el historiador
Bernardo del Hoyo Calzada me fue posible identificarlo, se trata del cuarto
obispo de Zacatecas, Don José Guadalupe de Jesús de Alba y Franco, que era
párroco de Jerez, Zacatecas a finales del siglo XIX y que posteriormente asumió la encomienda de
obispo el 14 de diciembre de 1899 hasta su muerte el 11 de julio de 1910.
Desde ese lapso, la imagen del obispo de Alba y Franco ha
estado en la parroquia de Colotlán, con más de 115 años de antigüedad, hoy ya identificado, procuraré anexarle una etiqueta con su descripción apoyado del restaurador con que cuenta la iglesia.
Fray José Guadalupe de Jesús Alva y Franco, IV Obispo de Zacatecas, nació en León, Gto., según algunos de sus biógrafos, en la Villa de la Unión según otros, el día cinco de octubre de 1841, habiendo sido bautizado con el nombre de Atilano.
Tenía 15 años, dice el Profr. Salvador Vidal, cuatro meses y dos días, cuando tomó el hábito de Franciscano, fue ordenado sacerdote por el señor Obispo Ignacio Mateo Guerra, el año de 1864.
El cuatro de octubre de 1867, se le nombró Capellán de Tlalcosahua, Jal., hasta el 15 de septiembre de 1874 que se le destinó a la Hacienda del Cuidado (Jerez, ahora Tepetongo). Allí permaneció tres años, menos diez días, por haber sido nombrado cura de la ciudad de Fresnillo, donde estuvo seis meses, pues pidió volver a Tlalcosahua.
El 29 de marzo de 1879, se le encomendó la parroquia de Ciudad García Salinas, hasta el 25 de julio de 1891, que pasó a ocuparse del Templo de Guadalupe, con el título de Guardián del Colegio. Después, obtuvo el comisariado general de los Colegios Franciscanos en México. Monseñor D. Nicolás Averardi, Arzobispo titular de Tarso, quien fijándose en el señor Alva, fue éste preconizado el 28 de noviembre de 1898, recibiendo la Consagración, el 26 de febrero de 1899, en el Templo de la Profesa en México.
En el consistorio verificado en Roma el 14 de diciembre de aquel año, se acordó el traslado del señor Alva y Franco de la Diócesis de Yucatán a la sede de Zacatecas, en virtud de haber fallecido su tercer obispo, señor Buenaventura Portillo y Rojas.
Luego que recibió los documentos pontificios, se dirigió a esta capital, verificando su entrada a esta ciudad el ocho de marzo de 1900. Dicen sus biógrafos que era hombre de claro talento, de sentimientos piadosos y de un espíritu altamente conciliador.
Otras fuentes: el señor Obispo de Zacatecas Dr. y Lic. don Javier Lozano Barragán, en carta de fecha 27 de enero de 1988, remitió a Don José León Robles de la Torre algunas síntesis biográficas de varios obispos de Zacatecas, y en relación al señor Alva y Franco, le dijo: Don Fray José Guadalupe Alva y Franco (1900-1910), franciscano exclaustrado del Colegio de Guadalupe, se incorporó al clero de Zacatecas y fue párroco de Jerez.
Nombrado a fines de 1898 Obispo de Yucatán, fue trasladado un año después a nuestra Diócesis. Promovió la Misión de los Huicholes y el culto al Santo Niño de Atocha con la ayuda de los religiosos Josefinos. Impulsó la educación cristiana con el establecimiento de numerosas escuelas. Fundó el Boletín Eclesiástico de la Diócesis.
SU MUERTE
El profesor Salvador Vidal García, en su obra Hist. Bosq. Hist. de Zacatecas, tomo IV, dice: el lunes 11 de julio (1910) a las siete horas y 55 minutos, falleció en este lugar el 4º. Obispo de Zacatecas, Sr. Fray José Guadalupe de Jesús Alva y Franco y su cadáver fue sepultado en el panteón del antiguo convento de Guadalupe, anexo al templo.
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