Antes del siglo XX, la danza era muy despreciada y no se incorporaba a los servicios cristianos, pero eso ha cambiado desde entonces. Muchos tipos diferentes de personas y culturas se expresan a través de la música o la danza, y las personas religiosas no son ajenos a esa tradición. Muchas religiones usan los bailes para representar ciertas creencias que pueden tener y en el caso del catolicismo colotlense no es la excepción.
Por dar un ejemplo, la Danza San Lorenzo de Nicolás Saldaña, es una danza tradicional que data aproximadamente del año 1940, según comentan sus integrantes. Raúl Martínez Curiel y Pedro Moreno han sido encargados de organizar la danza de 24 personas desde hace muchos años y se suman a la celebración que se realiza en honor de San Lorenzo en Colotlán, Jalisco cada año para el 10 de agosto.
Desde hace más de 80 años que festeja al santo patrono, Raúl Martínez empezó a danzar desde que tenía 8 años y nunca ha fallado en esta muestra de devoción. También acuden a los festejos de las otras parroquias de esta población como San Nicolás, San Luis Obispo y la de la Virgen de Guadalupe, donde participan con su danzar.
Este festejo es muy antiguo, además de que reúne a danzas de diferentes municipios para sumarse a la fiesta en honor de San Lorenzo; cabe recordar que la llevada de la virgen del rosario a Santiago Tlaltelolco cada primer lunes de octubre, congrega a gran número de feligreses en una emotiva romería, para ello se instala un castillo de pólvora, cohetes, hay puestos de comida, juguetes y de todo tipo, lo que sirve también para unir a las familias.
Por su parte, existe también la Danza San Nicolás, a cargo de Martín Salazar de Luna, fue formada en junio de 2006 por gente adulta, jóvenes y niños que juntos decidieron elegir de santo patrón de la danza a San Nicolás Tolentino, pues es un santo muy reconocido, milagroso y venerado en Colotlán, más incluso que el santo patrono, dicho sea esto con todo respeto.
Es una danza muy reconocida en la región sur de Zacatecas y norte de Jalisco, acuden a fiestas patronales, peregrinaciones y eventos religiosos de varios puntos aledaños, “hemos tenido la oportunidad de estar presentes por medio de invitaciones que nos hacen en prácticamente todos los lugares cercanos” comenta Miguel Valenzuela, secretario de esta danza.
“Durante 16 años esta danza se ha formado por mujeres y hombres llevando y rescatando nuestras tradiciones, dedicación, devoción y pasión; todo en una sola actividad de danzar en forma de agradecimiento, forma más bonita de alabar y bendecir a nuestro señor Jesucristo” agregó.
Uno de los más prolíferos danzantes fue el señor Damián Lares Meza, quien nació en el rancho de San Diego, municipio de Colotlán, Jalisco el 12 de abril de 1931, hijo de Ramón Lares Rojas y María Esperanza Meza Ávila, uno de los más fervientes danzantes que cada año se daba cita al atrio de San Nicolás para hacer su danza, vivió su infancia en la barranca de San Diego, posteriormente en los Vallecitos, hasta que se establecieron en la zona centro de Colotlán.
Comentaba que cuando eran chicos iban a bailar a diferentes ranchos y se quedaban a dormir en las comunidades y una señora llamada María, quien era la dueña de la danza, los levantaba con un chicote y así posteriormente se conoció la danza como la danza de “María Chicotes”.
Su gusto por la danza comenzó por su abuelo paterno Santiago Lares, quien a su vez comenzó a bailar junto con sus hijos: Elías, Manuel, José, Salvador y Ramón (su padre), cuando su abuelo ya presentaba problemas para poder bailar le dijo que él le siguiera bailando al señor San Nicolás hasta que sus posibilidades físicas se lo permitieran y así lo hizo año con año hasta cumplir los 90 años de edad.
En 2021 sus posibilidades físicas no le permitieron bailarle más a San Nicolás en su iglesia, pero el santo lo visitó junto como la danza de el señor Salvador Pinedo para acompañarlo a bailar a San Nicolás en su propio domicilio, esa sería la última vez que le bailó al santo.
También platicaba que para cada 10 de septiembre los danzantes se iban a dormir a la casa de Doña María y en una ocasión un danzante al que apodaban “La Muerte” llevó un plato con brazas y le puso chiles encima, levantando a todos los danzantes con aquella "picosa" sensación en la naríz y garganta, a lo que doña María lo “corretió” con el chicote por varias azoteas aledañas para darle de chicotazos.
Fue de oficio ladrillero, también trabajó en una tenería, don Damián pasaba largas temporadas en Estados Unidos y siempre antes de irse decía: "Voy a ir, pero para el 10 de septiembre tengo que estar aquí en Colotlán". Este fervorozo danzante falleció el 27 de Junio de 2022 a los 91 años.
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