domingo, 2 de octubre de 2022

LA VIRGEN DEL ROSARIO EN SANTIAGO TLALTELOLCO

 HISTORIA DE LA APARICIÓN DE LA VIRGEN DEL ROSARIO DE TALPA EN SANTIAGO TLALTELOLCO


Al norte del Estado de Jalisco, en el Municipio de Colotlán, hay una pequeña comunidad que era habitada principalmente por chichimecas: Santiago Tlaltelolco, comunidad fundada alrededor de 1546 con el permiso del virrey Luis de Velasco, quien envió al lugar 400 familias tlaxcaltecas con el fin de que poblaran el lugar y ayudaran a pacificar y conquistar a los indómitos chichimecas de Colotlán y sus alrededores, en honor a estas familias se nombró el lugar: Santiago Tlaltelolco.

El 15 de mayo de 1799 este lugar fue testigo de un gran milagro y se contó así:

Ese día no era como cualquier otro, parecía más claro, corría la suave brisa, había algo diferente, porque ese día la Santísima Virgen del Rosario de Talpa extendió su manto protector hasta esa comunidad.

Se cuenta que una mujer indígena, de falda larga y reboso, entró al pueblo por la calle principal. Nadie la conocía. Llevaba un bulto entre sus brazos, cubierto con una manta. Lo abrazaba con mucho celo, hasta parecía desconfiada, sobreprotectora y a la vez orgullosa de ser portadora de ese regalo.

Un poco tímida preguntó a una señora que pasaba: Sabe usted, buena mujer ¿dónde puedo encontrar a las autoridades de este pueblo?

La señora se dio cuenta que esa mujer no era de por allí e intrigada por su amabilidad contesto:

–El señor fiscal, don Eusebio Luciano, vive a un lado de la capilla.

La indígena, que parecía que llevaba prisa, llegó a la casa del fiscal. Llamó a la puerta, y al ser atendida por un caballero, preguntó:

– ¿Es usted la autoridad del pueblo?

– No señora, yo soy el fiscal. Don Esteban Vázquez es el gobernador. En total somos cinco los que conformamos el gobierno. - El hombre contestó.

La mujer rogó al fiscal que reuniera al gobernador, a las demás autoridades y a todo el pueblo, pues ella traía algo muy importante para ellos, algo muy hermoso.

El fiscal Eusebio le preguntó: – Pues, ¿qué es eso tan importante mujer?

–No puedo decírselo. Mi misión es dárselo al pueblo, en presencia de sus autoridades. – Respondió la mujer.

Don Eusebio de momento dudó, pero había algo en ella que le inspiró confianza y, dirigiéndose a uno de sus peones, le dijo: – ¡Jacinto! avísale a don Esteban, a don Mariano, a Esteban Robles y a don Juan Tomás que vengan lo más pronto posible. Diles que nos llegó una visita muy importante, que nos quiere decir algo. De allí te vas con don Máximo, y le dices que digo yo que toque las campanas para todo el pueblo se reúna aquí, en mi casa.

El peón salió a cumplir la orden de su patrón, mientras la mujer era atendida por don Eusebio.

Intrigado el fiscal se preguntaba qué sería lo que traía esa mujer en ese bulto, por qué lo ocultaba y por qué no lo soltaba en ningún momento.

Las autoridades llegaron una a una al tiempo que las campanas comenzaron a repicar. Cuando hubo silencio, el fiscal hizo las debidas presentaciones. La mujer actuó como si fuera un representante diplomático, una embajadora, con mucho aplomo.


Una vez que todos estaban reunidos, la mujer habló así:

–Caballeros, disculpen mi atrevimiento, lo único que me trae a este pueblo es la misión de entregarles este regalo. –En ese instante la señora descubrió el bulto y continuó diciendo: – Es la imagen de Nuestra Señora del Rosario de Talpa.

El pueblo y autoridades cayeron de rodillas, por el asombro, el respeto y la fe. Versos y alabados se escucharon por un largo rato.

Cuando la gente guardó silencio, la mujer indígena siguió diciendo: – Espero que desde hoy le tengan ferviente devoción y gran veneración, que ella les recompensará colmándoles de grandes bendiciones. Los cuidará a ustedes y a sus hijos y a los hijos de sus hijos. Les bendecirá en sus trabajos. Deberán de ponerla en un sitio digno en el templo, en un lugar especial.

El señor gobernador ordenó que todo el pueblo acompañara a “La Chaparrita” hasta el templo.

Los danzantes encabezaban la procesión. Las autoridades escoltaban a la Santísima Virgen mientras el pueblo rezaba el santo rosario. Llegaron al atrio después de dar la vuelta a la manzana. Allí en el templo de Santo Santiago le dieron la bienvenida con versos y algunos regalos.

– Bendito sea el día, bendita la hora en que tú has llegado, bendita señora – declamó un niño.

Los jóvenes también participaron: –Bienvenida seas a esta tu casa. Bendice y protege la juventud que hoy te recibe llena de esperanza y te pide siempre bienestar y salud.

Un gozoso matrimonio la alababa cantando:

– ¡Oh! dulce patrona, ¡oh! dulce María, las familias gozan al verte llegar. Mantenlas unidas y siempre devotas, que el Rosario juntas aprendan orar. – Una vejez digna, con paz y armonía, pedimos nosotros, ¡oh!, Señora mía. Hoy te recibimos llenos de alegría y a Dios damos gracias, ¡oh!, Virgen María – Un anciano imploraba.

El maestro agradecía: – ¡Ah!, qué gran regalo nos mandó el Señor. Hoy la celebramos con mucho fervor.

Fue tanta la emoción que todos se olvidaron de la indígena. Cuando fueron a buscarla, para expresarle su agradecimiento, ya se había marchado. No supieron su nombre ni de donde había llegado.

Santiago Tlaltelolco ha seguido fielmente este mandamiento. Año con año, durante el primer lunes de octubre festejan la romería o como ellos la llaman: “La Llevada de la Virgen”. En la mañana se lleva a la virgen en procesión, durante el día el pueblo hace un día de campo con actividades deportivas, y por la noche, su tradicional castillo y baile.

Esta es la feliz suerte, tan dichosa que Dios nos tenía preparado, para que en todo tiempo conste y se dé a conocer de cómo fue la llegada de la Santísima Virgen, no fue hecha, ni mandada hacer a ningún escultor, si no que fue como aparecida. Queda que esta noticia sirva de conducto y guía a todos los fieles cristianos, de generación en generación para que busquen fervorosos su remedio en la protección de María Santísima del Rosario de Talpa.


HISTORIA DE LA ROMERÍA DE LA VIRGEN DEL ROSARIO

 Foto: Baudelio Iturriaga Montoya
La historia de esta romería surge alrededor de 1889 a 100 años aproximadamente de la aparición de la virgen, ya que hubo una gran necesidad de llevar la virgen a Colotlán.

Se cuenta que, sucedido una gran sequía, de dos a tres años, en Santiago y Colotlán. la gente no sabía ya qué hacer, porque no podían hacer sus siembras, todo se estaba acabando y sus animales no tenían alimento, y fue tan grande la necesidad, que decidieron llevarla a Colotlán. En un gran acto de fe, y entre todos reunidos, pedirle que lloviera y hubiera agua para sus campos; celebraban misas, hacían oraciones, rosarios y fiestas, para que les cumpliera sus peticiones, al fin cumplidos sus ruegos, decidieron regresarla en una gran procesión a Santiago Tlaltelolco.

Tapete a la entrada
Así es como comenzó esta gran romería; se quedó que cada año, cuatro meses se iba a quedar en Colotlán; para estar presente en las fiestas patronales; el segundo domingo de junio, la gente de Santiago la iban a llevar a Colotlán, en donde la reciben con misa y danzas. En tiempos de la guerra cristera el padre se vestía de campesino, él y más personas la llevaban y la regresaban oculta en quiliguas, como si fuera ropa.

Después con los años, cuando hubo coches, este era el medio en el que la trasportaban; con el paso del tiempo se hizo la procesión y empezaron a llevarla en una base de madera amarrada con sogas, la gente alrededor de ella con velas y serpentinas, rezándole y cantándole.

Todavía en finales de los años 50 eran pocas las personas que acompañaban la procesión, poco a poco fue incrementándose la romería, consolidándose esta tradición a partir de los años 70 hasta nuestros días, tradición que sigue aumentando cada año con más asistentes.

Foto: Gobierno Municipal
En la actualidad con la imagen auténtica se celebra un novenario y una fiesta de despedida en honor a la virgen en la capilla de San Lorenzo. El primer lunes de octubre de cada año, la Virgen del Rosario sale en romería a la comunidad de Santiago Tlatelolco. partiendo de la misma capilla de San Lorenzo en Colotlán, primeramente, es vestida con su atuendo nuevo, le cantan las mañanitas antes de ser llevada y a las seis de la mañana sale acompañada de sus fieles seguidores, con danzas y música; se hacen varios descansos, donde la gente la espera para ponerla en un altar provisional, y así continuar con su recorrido; en Santiago es recibida con gran júbilo, muchos cohetes y una misa para conmemorar su llegada. 

Durante el día se pueden apreciar varios torneos deportivos, de béisbol y basquetbol principalmente; los asistentes conviven con su familia, consumen todo tipo de comidas y bebidas locales, aprovechan la oportunidad para comprar productos en los puestos colocados en las calles de la comunidad solo para esta fecha. Una vez finalizado el rito religioso, que se desarrolla en el atrio y al interior del templo de Santiago Tlatelolco, se hace la quema de los juegos pirotécnicos, un baile tradicional y la verbena popular.

La romería a Nuestra Señora del Rosario es un acto eminentemente de carácter popular y religioso, único en toda la región norte del estado de Jalisco, tradición de este encuentro de la comunidad con su patrona, la Virgen del Rosario. Ahora esta riqueza cultural se busca rescatar y resaltar, teniendo como objetivo fundamental el recuperar todo este patrimonio y la búsqueda de nuestra identidad como pueblo.


Fuentes:

* Lic. María de Jesús Sandoval Huizar, Datos tomados de archivos de la iglesia.

* El Talpense. (2017). El milagro en Santiago Tlaltelolco. Historia escrita por Daniel Argil y transcrita en esta publicación.

* González Carrillo Felicitas. (2016). Historia de la Romería, Colotlán Jalisco.

* Entrevista a personas originarias de Santiago Tlaltelolco, en el año 2016:

Don Cipriano Pérez.

Sra. Juana Gata Ramos.

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