miércoles, 1 de junio de 2022

Gabriel Campos Aguayo, colotlense distinguido en Veracruz y su tierra

Por: José Alonso Serrano Campos

Don Gabriel Campos en la oficina de su papelería
Gabriel Campos Aguayo fue un respetable colotlense radicado en Xalapa, Veracruz; quien a lo largo de sus años permaneció cercano del terruño que lo vio nacer, hombre de generosas obras altruistas, miembro de una hermosa familia ejemplar, próspero en su trabajo y entrañable con todos sus seres queridos.

En este sentido, con el respeto y solidaridad de su familia para la realización de esta reseña, se cuenta en las siguientes líneas acerca de la vida, ancestros y legado del señor Gabriel Campos, cuyo nombre nos es familiar y constantemente relacionamos cuando los hombres de a caballo en Colotlán hacen referencia al lienzo charro de esta ciudad.

El abuelo de Gabriel, don José Manuel de Jesús Campos Delgado, nació en el año de 1860, bautizado en Tlaltenango, Zacatecas el 19 de febrero del mismo año, se trata de aquel renombrado Manuel de Campos que pobló de hijos la región sur de Zacatecas y norte de Jalisco, en la familia se cuenta que era militar y que cambió su apellido Freire en aquel entonces; en uno de sus matrimonios con María Jesús Pinto Herrera el 11 de octubre de 1879 en Momax, Zacatecas, tuvieron 5 hijos: Anselmo (1880), Ignacio (1882), Basilio (1884), Braulio (1885) y María Genoveva (1891); hicieron vida en la comunidad del Refugio, perteneciente al municipio de Colotlán, Jalisco.

Ahí en el seno familiar, el acta de nacimiento de Basilio Campos Pinto (registrado siempre con la letra C: “Bacilio”) se lee que nació el 15 de junio de 1884 en El Refugio, Colotlán, Jalisco; este a su vez contrajo matrimonio el 17 de octubre de 1907 en Colotlán con María Estefana Aguayo Herrera, ella nació en 1887. Tuvieron 9 hijos: Francisco (1909), Jesús (1911), José Buenaventura (1914), Manuel (1918), Sara (1919), Salvador (1922), Trinidad (1924), Gabriel (1926) e Ignacio (1929).

De ellos y motivo de esta reseña, nació Gabriel Campos Aguayo el 24 de marzo de 1926 en el rancho de sus padres: San Francisco del Refugio, ubicado a pocos kilómetros al sur de la cabecera municipal de Colotlán, donde vivió su infancia junto a sus padres y hermanos, a pocos días de nacido fue bautizado en la iglesia de San Luis Obispo y posteriormente fueron vecinos del barrio de Soyatitlán de la cabecera, por allá en el censo de 1930 fueron registrados en ese distintivo barrio del pueblo.

Registro de Nacimiento de Gabriel Campos

Su hermano José Buenaventura Campos Aguayo quiso entrar al seminario, pero hubo voces de que no era su vocación, sin embargo, decidido se fue a la ciudad de México y ahí logró entrar al seminario de Veracruz dirigido por el obispo Rafael Guízar y Valencia, en ese tiempo se hacía clandestinamente por la revuelta cristera, pero fue ahí donde logró ordenarse sacerdote. Su primera encomienda fue en la catedral veracruzana para apoyar en las labores de aquel lugar, fue así que luego llegaría Gabriel y su familia hasta Veracruz, pero iremos con calma contando su trayecto.

Mientras en Colotlán, Gabriel desde niño en el rancho comenzaba su día muy temprano para rezar el rosario junto con su mamá al cabo de abrir las puertas de su cuarto y despertarse con el rechinido de las mismas, estuvo uno o dos años en el seminario menor, no le gustó y se regresó a su pueblo. 

Aún pequeño con sus padres y el resto de sus hermanos contaron con un negocio familiar de abarrotes ubicado por la calle Independencia, antes trabajaron en la tienda grande del señor José Ortega del Real, fue ahí que conoció el oficio de comerciante, se destacó por tener habilidad para los números y sacar la cuenta de los clientes mentalmente sin problema. En tiempos del antiguo mercado ubicado a un costado de la iglesia de San Luis Obispo quisieron probar suerte con una pequeña tienda familiar, ahí también duraron por alguna temporada.

La mama de Gabriel, María Estefana Aguayo, tenía problemas de los bronquios, asma y batallaba con su respiración, dejó este mundo a los 56 años de edad en el mes de abril de 1943, en septiembre del mismo año murió otro de sus hermanos: Manuel, apuñalado por un borracho que le perforó la femoral durante las fiestas patrias en una vecindad de la ciudad de México, esa herida en la pierna hizo que se desangrara y por lo tanto perdiera la vida.

Con la muerte a cuestas de su esposa y uno de sus hijos, el negocio familiar que encabezaba Basilio Campos ya no era lo mismo, por lo tanto, juntó a sus hijos y se pusieron a buscar nuevos horizontes; Veracruz les fue atractivo, movida la idea por el sacerdote que estaba allá, se trataba de un estado de la república rico, de mucha agricultura, así que no lo pensaron mucho, terminaron con la tienda y se fueron a comenzar de nuevo, esto fue posible con el dinero de haber traspasado el local y la invaluable ayuda del sacerdote.

Gabriel se llevaba muy bien con su hermano Salvador, este último se quedó en la ciudad de México y fue quien empezó a trabajar en una papelería y principia a meter al resto de su familia en el negocio que posteriormente les sería próspero.

Don Gabriel Campos Aguayo
Mediante el hermano sacerdote, recibieron ayuda para encontrar una casa y trabajo, los hermanos Campos Aguayo iniciaron a trabajar en el ingenio de caña “la Concha en Jilotepec”, Gabriel como asistente del administrador, contestando el teléfono y haciendo otras tareas administrativas; por su parte, en “la Hacienda del Orduña” trabajó su hermano Ignacio.

Todo esto ocurrió en los primeros días del año de 1944, llegó a Veracruz con tan solo 17 años de edad. Gabriel se fue a la “Hacienda de San Juan” donde cultivaban la caña, ahí aprendió a escribir a máquina. En poco tiempo fundaron su propio negocio, vendieron los terrenos del rancho del Refugio y con ese dinero pudieron poner una papelería, una tienda muy chica de tan solo nueve metros cuadrados, la puerta y un pequeño aparador, tratando de acomodar los lápices para que se viera lo más lleno posible el estante.

Salvador era muy carismático, Gabriel más serio pero muy activo, comenzaba su jornada temprano, hacía sus oraciones, acudía a misa, para luego abrir su tienda a las 7:00 de la mañana y cerrar a las 11:00 de la noche; atendía a sus clientes, limpiaba, desempacaba la mercancía y llevaba la parte de la operación, Salvador era la mente que aportaba las ideas y novedades en el negocio, mientras que el administrador era Gabriel.

Trabajadores y honestos se hicieron de buena reputación, la Papelería “El Iris, Campos Hermanos”, abrió sus puertas con los hermanos más chicos como accionistas. Gabriel decía: “Sin mucho capital, pero eso si… con mucho nombre”, se dio de alta como una sociedad anónima.

La clave del éxito era atender ellos mismos su negocio y la gente los ubicaba porque les llamaba la atención, muchas normalistas se acercaban a ver las novelas nuevas que salían, obviamente aprovechaban para comprar sus materiales y así ellos se iban dando a conocer en el negocio de la papelería. Gabriel siempre fue sumamente cuidadoso con las finanzas, con el dinero muy ordenado.

Aún soltero, Gabriel estuvo un tiempo en Estados Unidos, se fue a San José, California a seguir el sueño americano, allá vivió con algún pariente, le tocó la temporada de ejote y pera, bastante pesada labor, pero no le gustó y mejor volvió a su país. Cabe decir que Gabriel acudía a Colotlán continuamente.

En uno de esos viajes conoció a su esposa Irene Navarro Márquez en 1945, cuando un día andando por Colotlán para vender las propiedades de sus padres, jugaba en el billar con varios de sus amigos, vio por la calle a una joven, los amigos le dijeron quién era, se trataba de la hija de don Eliseo Navarro, originales del Carrizal; Irene nació en 1933 y aún visita a Colotlán con sus hijas, nietos y bisnietos para saludar al resto de su familia; en aquel entonces Gabriel se ilusionó de conocerla, ella iba a comprar hilos acompañada de una criada y también ella lo vio; desde ahí se gustaron.

Gabriel muy elegante, al día siguiente de haber sabido de su existencia, apareció en la talabartería que estaba en la esquina, justo enfrente de la casa de Irene, con el pretexto de saludar al talabartero, reveló sus intenciones y se pasaba buenos ratos tratando de ver a la muchacha que le robó el corazón. La criada se dio cuenta que enfrente estaba ese hombre y corrió a avisarle a Irene, con mucho cuidado y sigilo, nerviosa y arriesgada pues no era bien visto que la gente se hablara con desconocidos.

Con las pocas oportunidades que se daban, salía a tirar el agua de los trastes a la calle, así intercambiaban miradas, sin poder hablarse, a los días Gabriel se animó a mandarle una carta, presentándose y exponiendo su intención de conocerla, como pudo le hizo llegar la respuesta con su aprobación, a los pocos días Don Eliseo dio la indicación a su esposa de irse con su familia al rancho de la Cofradía y ahí quedó ese primer contacto.

La joven Rebeca, prima de Irene, tuvo su intervención en la futura pareja, ella era amiga de Gabriel y era quien servía para pasarle información, él se fue a Xalapa y siguió en contacto mandándole novelas, pero a Irene le daban celos. Pasaron varios años, el destino dispuso que volvieran a verse, Gabriel en Colotlán volvió a encontrarla por las calles del pueblo; se seguían gustando y se escribían cartas, pasándoselas en secreto, poco llegaron a conversar a escondidas pero rápido hablaron de matrimonio; Gabriel organizó una comitiva, juntó amigos para abogar la autorización de Don Eliseo y así el pretendiente no tendría que presentarse en casa de la novia.

Así fue como juntos: un hermano de Basilio, Pedro Macías y Baudelio Flores, acudieron a la casa de la pretendienta, en casa ya sabían que la iban a pedir; luego de escucharlos Eliseo le pidió a Irene si conocía bien a Gabriel y si realmente estaba dispuesta a comprometerse y a irse a vivir tan lejos. Al escuchar la rectitud e intención, no se opuso y dio aprobación para el nuevo matrimonio, formalmente sumaron a Gabriel en reuniones familiares.

Al mes de la requerida, el 30 de septiembre de 1954, se casaron, la fiesta fue en casa de don Cuco Raygoza, ella vestida con un vestido azul que llevó su cuñado Salvador desde Xalapa, en su casa paterna se llevó a cabo la boda civil. No hubo un enlace religioso, pues Irene era bautista, luego de 4 años se hizo católica. De esta pareja hubo cuatro hijas: Leticia, Corina, Irene y Gabriela.

Cabe destacar que el hermano Salvador falleció muy joven, casado con la señora Carmelita Santacruz, tuvieron cuatro hijos y fue Gabriel quien con mucha fe y compromiso siempre estuvo al pendiente de: Salvador, Blanca, Carmelita y Luis Manuel. Por su parte, el señor Basilio murió de cáncer de estómago muchos años después de haber llegado a Veracruz, aún tuvo la oportunidad de conocer a sus dos nietas mayores, hijas de Gabriel.

Gabriel Campos y Alfonso Lozano
El señor Simón Navarro Alejo, tío de Irene, cuenta que un día saliendo de una charreada en un congreso charro en Zacatecas, se encontró con Gabriel Campos, que también era aficionado a la charrería, él tenía a sus hijas en la escaramuza llamada “Las Palomas” perteneciente a la Asociación de Charros de “La Herradura de Xalapa”. Muy emocionados después de haber visto lo mejor de la charreada, platicaron acerca de construir un lienzo charro en Colotlán. Aquí cabe destacar la importante compañera de vida de don Gabriel, la señora Irene Navarro, con quien siempre salieron adelante en todos los aspectos de la vida.

Desde diciembre de 1982 comenzó la construcción, el lienzo charro quedó listo el 1 de mayo de 1983, a las cuatro de la tarde, se inauguró el inmueble concediéndole ese privilegio a don Carlos Sánchez Llaguno (considerado el charro número uno de México), haciendo él el tradicional corte de soga para su inauguración y luego continuar con la charreada inaugural entre los campeones Nacionales de ese año los Charros de Pátzcuaro, Michoacán y los once veces campeones nacionales Charros de Jalisco, siendo todo un éxito el evento.

En 1997, a pesar de don Gabriel no estar de acuerdo, se optó por acuerdo general de los socios charros, que el lienzo charro llevara el nombre de quien gracias a su iniciativa se cuenta con un Lienzo Charro y se llama merecidamente “Gabriel Campos Aguayo”.

Don Gabriel, su nieto Luis y su esposa Irene Navarro
Entre los años 2006 y 2007 Gabriel conformó con ayuda de sus abogados una asociación civil en su querido rancho donde nació, la institución se llama “La Chichoca de la Barranca A.C.”, cuya misión era promover la construcción de la presa del Refugio, proyecto aún sin concretarse pero que en su momento contó con gran impulso y aceptación.

Gabriel Campos lamentablemente falleció el día 1 de junio de 2012 a los 85 años de edad en Coatepec, Veracruz a consecuencia de un tumor encontrado en su cerebro. 

Agradecimiento especial merece esta reseña a su esposa Irene, sus hijas y su nieto Luis de Alva Campos.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Francisco M Vargas, Señor Cura de Colotlán entre 1860 y 1864

  Por: José Alonso Serrano Campos Francisco Melitón Vargas y Gutiérrez fue un sacerdote que llegó a Colotlán en 1860 como auxiliar y tomó po...