Por: Lic. Renato Haro Ortega
Fue escrito a finales de 1991 y principios de 1992.
En el marco de los 400
años de la fundación de Colotlán, celebrados un año antes.
Este estudio pretende, de manera sencilla y basada sólo en los
recuerdos, hacer un esbozo de cómo se transformó Colotlán en los últimos 40
años. De aquella vida que transcurría provinciana y recatada, con muchas
carencias de comodidades modernas, pero compensado con muchas satisfacciones de
orden moral y espiritual.
Quizá un ejemplo tangible de lo que pasó a nuestra sociedad sea la
transformación física del pueblo y la destrucción de las viejas y seculares
casas de altos y gruesos muros de adobe por las modernas construcciones, unas
que conservan cierta estética y otras que rompen por completo el perfil
tradicional de nuestro pueblo.
Colotlán llega a los tiempos actuales con un renovado espíritu de progreso. Sus habitantes han sufrido las vicisitudes de la historia de México en grado heroico, a causa del aislamiento geográfico. Los habitantes de Colotlán se han endurecido en las luchas intestinas y, al iniciarse el siglo, el pueblo ha perdido en gran parte su pasado indígena y sobrevive con el predominio de su parte mestiza; el idioma que se habla en la región es el castizo, sobre todo en las rancherías, donde hasta hace pocos años se hablaban palabras que nos remontan al español del siglo XVII y XVIII. Todavía hoy así hablan los viejos. Pasados los acontecimientos de la Revolución Mexicana y los sucesos de la guerra cristera, que en nuestra región fueron intensos (centrándose en las poblaciones de Huejuquilla el Alto, Mezquitic y Totatiche, que a través de la sierra se comunicaban) y finalmente terminados los avatares de la educación socialista, que aquí también tuvo sus mártires, Colotlán llegó a una época de tranquilidad donde la vida transcurría apaciblemente regida por las costumbres, las fiestas religiosas y las cívicas, y uno que otro acontecimiento inesperado que rompía la monotonía del diario acontecer.
Los que por su trabajo o por herencia tenían una posición económica
desahogada, trataban con gran diferencia a los que se ocupaban de menesteres
más humildes, fueran artesanos, medieros o pequeños propietarios. Sus casas
eran igualmente limpias y decorosas, y amuebladas con la misma austeridad. El
trato y el lenguaje eran de gran sencillez, pero de mucha dignidad. Y así se
visitaban unos a otros, se solicitaban servicios, y los pleitos y diferencias
se ventilaban en un marco de reserva y discreción. En esos años de los cuarenta
a los sesenta fue Colotlán una sociedad de lo más parecida a las utopías que
desde Platón, entre los griegos, y otros autores del Renacimiento v la Edad Moderna
pretendieron establecer como modelo de convivencia social. Me refiero al ámbito
social y familiar, porque en lo político las consigas venían de arriba, de las
autoridades del estado o de la federación.
Al llegar la década de los cincuenta era Presidente Municipal Agustín
de Ávila Mayorga (durante los años 1950, 1951 y 1952). Rico de abolengo, como
se decía en aquellos años, don Agustín hizo un gobierno como le permitieron los
escasos ingresos del Ayuntamiento (en aquellos años estos pueblos de la región
avanzaron con recursos propios de sus habitantes, que siempre cooperaban en las
obras), ya que el abandono de los gobiernos federal y estatal era casi
absoluto, centrados éstos en hacer grandes sus capitales. No había nada o casi
nada para la provincia, y menos para esta apartada región, que nadie conocía ni
siquiera de oídas.
Por estos años era Colotlán una población limpia, con sus calles empedradas
en tiempos de Faustino Hernández, el año de 1937. No había todavía agua entubada:
la gente sacaba el agua de sus pozos, v para beber se compraba agua zarca, que
vendía una señora llamada doña Lorenza, quien recorría diariamente el pueblo
con sus burros cargados con jarrones de barro, y la fresca agua para consumo de
los habitantes.
Muchas familias tenían destiladoras de cantera, donde el agua se
purificaba por filtración y se conservaba fresca.
En el renglón de la educación funcionaba una escuela oficial de niños y
una escuela de niñas, así como la Escuela Particular Incorporada “Progreso”,
dirigida por Adelaida de la Isla, siendo maestras distinguidas Lola Ortega, hoy
religiosa de San José de Lyon, radicada en México, D.F. con el nombre de sor
Miriam; Elvira Ramos, hoy casada y radicada en Torreón, Coahuila; Ildelisa
Campos, también casada y radicada en México, D.F. Todas ellas excelentes
maestras.
El comercio en Colotlán había sido pujante desde el siglo pasado y
principios del actual. Durante la Revolución decayó y posteriormente se
reorganizó. Para estos años eran comerciantes en ropa Agustín de Ávila Mayorga,
Rafael Haro Márquez, Alberto Macías Romero, Lauro A. Martínez, Ramón Ruiz
Campos, Alberto Berumen Robles, Fortino Navarro Samaniego (que ocupaba el lugar
que habían sido de don Filiberto Mayorga y don Felipe Macías Romero); posteriormente
iniciaron los comercios de Genaro Robles Mota, Fabio A. Ruiz Ortega y Juan
Pablo Herrera Serrano.
Había también carnicerías, siendo las principales las de don Isauro y Luis Humberto huerta Alejo (la del segundo todavía existe y es una de las mejores de la ciudad), Simón Navarro Alejo, Auxilio Pérez, José Álvarez y la de José de Jesús Navarro Alejo. Actualmente se suman las de Manuel Quiñones, padre e hijo, José Manuel huerta y la muy reciente de Lalo Montoya. Por aquellos años era muy común que los habitantes de los ranchos, y varios vecinos de la cabecera, usarán huaraches, y era célebre la huaracharía de Lino Álvarez en el mercado, y la de Jesús Haro en su casa de la calle Marcos Escobedo. Este también era curtidor; tenía su tenería, así como J. Guadalupe Alejo, Martín Hernández, la familia Frausto y Crescencio Pinedo. Costureras de renombre eran en Colotlán Sarita Godina, Carlota Robles, Florita Arellano y Delfina Huízar y hermanas. Sastres distinguidos fueron Marcos Rubalcaba y don Domingo Rubalcaba. El primero desarrolló en Colotlán su actividad y posteriormente se trasladó a la ciudad de Guadalajara, donde su clientela lo siguió por la finura de sus trajes, actualmente se encuentra retirado y radica en la capital del Estado.
Por la calle Cuauhtémoc, frente
al actual mercado, abría sus puertas la dulcería de don Luis Torres, en donde
podían encontrarse los chocolates más finos del país. Médicos había muy pocos,
se recuerda a José León Oropeza, Raúl Vázquez y Héctor Martínez. Toda la
población disfrutaba del pan que elaboraba don Eugenio Martínez, Juan
Magallanes y Esteban Solano. Los molinos de nixtamal que comenzaban temprano a
trabajar eran de Antonio Maldonado, Esteban Domínguez, don José de Jesús Moreno
y Luis Solano. Era famosa y bien surtida la frutería de don Jesús Sánchez, hoy
retirado. J. Refugio Ortega tenía una paletería. Don José Ortega del Real fue
pionero en la instalación de una estación de gasolina, refaccionaria, y
posteriormente la gasera. Uno de los primeros en dar servicio de alquiler de
vehículos fue don Manuel Jara Carreón, también se recuerda a Abundio Soriano, y
posteriormente a Rafael Flores y Nicolás Quesada y sus hijos, que actualmente
permanecen activos en ese ramo.
La talabartería, actualmente tan extendidas, estaba representada en
aquellas fechas por Nacho Quesada, Toto Gálvez, Cruz Fernández y los hermanos
Carrera.
Durante el año de 1953 fue presidente municipal José Ortega del Real.
En 1954 dejó la presidencia a don Felipe Macías Romero, y de nuevo la asumió
durante el año de 1955. Posteriormente, en las administraciones municipales
siguientes, José Ortega habría de tener una decidida participación y
colaboración en las importantes obras que mejoraron la calidad de vida de los
colotlenses.
En 1956 llegó a presidir el H. Ayuntamiento J. Refugio Raygoza Pacheco,
hasta el año de 1958. Fue la primera de tres administraciones municipales que
dirigió como Presidente Municipal, todas ellas muy fructíferas, que cambiaron
el aspecto de nuestra ciudad.
Durante la escasez de maíz que se presentó el año de 1957 por la falta
de lluvias, el señor Raygoza, apoyado por personas distinguidas del municipio,
como Rafael Haro Márquez y José Ortega del Real, se dio a la tarea de comprar
500 toneladas de maíz en Wisconsin, Estados Unidos, que en la época representó
la cantidad de cien mil pesos, suma muy fuerte, pero gracias al apoyo de las
personas mencionadas y del propio Presidente Municipal, logró traerse ese maíz
para beneficio de los habitantes de Colotlán.
La administración municipal de Otoniel Navarro Márquez, que comprende el periodo de 1959-1961, representó un importante avance en la administración de servicios básicos para elevar el nivel de vida de la población. Era diputado local Faustino Hernández Vázquez, originario de esta población -había sido presidente municipal en 1937- figuraba como jefe de control político de la Cámara de Diputados del Estado de Jalisco. En diciembre de 1959 entró en servicio el sistema de agua potable, siendo su primer encargado Luis López Álvarez. Posteriormente quedaría como responsable Pedro Macías Orozco, Felipe Valdez Pacheco, Agustín Olague Rivera y el actual Víctor Mota Álvarez. En marzo de 1961 llegó a Colotlán la energía eléctrica continua, uniéndose al sistema federal. Durante este mismo año entró en operación el nuevo Rastro Municipal, iniciado varios años antes, también comenzó una etapa nueva en materia de salud y asistencia, al iniciar sus actividades el Centro de Salud, siendo su primer encargado el doctor Óscar Escobar Valenzuela. De lo dicho se desprende que este periodo fue vital para el progreso de Colotlán, y se contó con el auxilio y la aportación generosa de personas, instituciones, clubes, funcionarios y, desde luego, la dirección del Presidente Municipal.
En la administración municipal de Juan González Valenzuela, fino y
distinguido colotlense, lamentablemente desaparecido poco tiempo después de
terminar su periodo de Gobierno, se construyó y empezó a funcionar la nueva
escuela de niñas llamada “Marcela González de Lutherot”, en memoria de la madre
de Salvador Lutherot González, colotlense radicado en México, D.F., quien donó
la mitad de la construcción; la otra mitad fue donada por el Gobierno del
Estado. Habían sido directoras de esta escuela Aurora Huízar, de grata memoria,
tía del profesor Víctor Manuel Márquez Huízar, Nicolasa Ramos Aréchiga, Laura
Elena Sánchez Valenzuela, José Navarro Salazar y la actual Cordelia Montañez
Talamantes.
En relación a planteles educativos, se había mencionado al Colegio Jalisco,
antes Escuela Particular Incorporada "Progreso", que desde el año de 1934 había
iniciado con algunos salones que mandó arreglar el cura Ignacio Gallegos;
posteriormente se repararon salones por órdenes del cura José Rodríguez. En
1954 llegó a la parroquia Candelario Ayala, quien comenzó a ampliar la escuela
con nuevos salones y el patio del fondo, donde había un corral. Arregló una
casa para religiosas, mandó llamar a hermanas para que se encargaran del
Colegio y, a partir de 1956, se inició una nueva era con el nombre de colegio
Jalisco, incorporado al sistema federal y dirigido por religiosas, primeramente
de una congregación, las hermanas del Divino Pastor, y luego las actuales,
hermanas mínimas de María Inmaculada, cuya directora, muy enérgica y activa, es
la hermana María Elena Herrera Serrano, originaria de esta ciudad. Desde el año
pasado, el Colegio Jalisco cuenta con secundaria y en este septiembre se
iniciará la segunda generación de alumnos.
Benjamín Navarro Alejo se hizo cargo de la Presidencia Municipal durante los años de 1968-1970. Fue Secretario y Síndico del H. Ayuntamiento Agustín Olague Rivera, y Tesorero primeramente, Mario de Santiago Sánchez y, posteriormente, Rosa Córdoba Cameros. Era diputado federal el licenciado Leopoldo Hernández Partida, y diputado local Primitivo Ávila León. Durante su administración se gestionó la adquisición de un campo para aterrizaje de aviones en el lugar donde actualmente se construye el aeropuerto de Colotlán, en la Laguna, habiendo donado el terreno J. Refugio Haro, aunque como hizo la donación verbalmente, posteriormente su hija exigió, y le fue dada, una indemnización por dichos terrenos.
Durante este período se dio gran realce a la Feria Regional, con
exposición ganadera en el lugar del campo deportivo, y contando con el apoyo de
Salvador Mayorga Cameros, entonces Presidente de la Unión Ganadera Regional de
Jalisco. Asimismo, por gestiones del diputado federal Leopoldo Hernández Partida,
se municipalizaron dos terrenos que aparecían como federales. El primero de
ellos, la vieja Escuela de Niñas, hoy terreno donado por el H. Ayuntamiento donde
funciona la Escuela Preparatoria Regional. Otro, el terreno de la antigua
Escuela de Niños, donde se construyó el actual mercado Hidalgo, en las calles
de Niños Héroes y Cuauhtémoc.
Los años siguientes, 1971-1973, tocó al licenciado Antonio Sánchez de
León presidir la administración pública municipal. J. Refugio Raygoza Pacheco
fue Presidente del Consejo de Colaboración Municipal y, aprovechando su
experiencia, el Cabildo se abocó a adoquinar algunas calles de la población,
las primeras y más céntricas y las de la Plaza Principal. Se construyó el nuevo
mercado municipal, llamado Hidalgo, que posteriormente fue ampliado por Fabio A.
Ruiz Ortega. Asimismo, en el año de 1971, contando con el apoyo muy valioso del
diputado local José Mendoza Padilla, se compró un terreno para que funcionara
la Escuela Secundaria Técnica número 17, que comenzó sus cursos en el año de
1973. Fue primer director de la escuela Roberto Loera Perea, siguió durante
varios años Efraín Ruiz Rivera y el actual es el profesor Isidro Moreno Chávez.
Tocó a don Ramón Mayorga Sánchez, Presidente Municipal del periodo de
1977-1979, terminar algunos detalles y propiamente estrenar la nueva
Presidencia Municipal. Faltaban los canceles de las puertas principales y de
todas las oficinas, así como mobiliario y cortinas. El día que tomó posesión de
la Presidencia Municipal plantó un laurel de la india, que se encuentra muy
grande, en la parte oriente y ojalá llegue a ser tan grande y frondoso como
aquel que conocimos en el centro de la misma parte oriente del jardín, que era
orgullo de Colotlán, y que había sido plantado por Ismael del Muro siendo Jefe Político
del Cantón de Colotlán, el año de 1912. Era todo un espectáculo ver las
bandadas de miles de pájaros que todas las tardes, antes de anidarse,
ejecutaban un ritual de vuelos encontrados. Al decir de muchos visitantes en
pocas ciudades de la República habían visto un árbol tan frondoso y bien
desarrollado como ese laurel de la India, que, lamentablemente, a causa del
excesivo peso de los pájaros anidados, y de la misma longitud de sus ramas, se
desgajó primero en dos partes, sobreviviendo una parte, por unos años más,
hasta que al fin cayó alrededor de 1975.
La administración de Ramón Mayorga igualmente gestionó la construcción
y perforación de un nuevo pozo artesiano, que fue aprobado y tocó a la
siguiente administración la edificación del mismo. Se compró equipo para
sondear la tubería de agua potable, y se fundó un Jardín de Niños aprobado por
Yolanda Castilleros de Romero de Velasco. Se empedraron varias calles de la
ciudad, y se ayudó económicamente a varias escuelas del municipio. Su esposa,
Carolina Jara de Mayorga, colaboró intensamente. En el año de 1977 se
estableció en Colotlán la Delegación Regional de Tránsito del Estado. En 1978
se echó a andar la Delegación Regional de Catastro. En este mismo año y durante
1979, empezaron a funcionar líneas telefónicas en los domicilios. También, en
este año, tuvimos ya la comunicación completa por pavimento con la ciudad de
Zacatecas.
Al iniciar la década de los ochenta, tocó a Fabio Alonso Ruiz Ortega
ocuparse de los asuntos públicos del municipio, como Presidente Municipal.
Colaboró Germán Dávila Ruiz como Secretario y Síndico, y Encarnación Navarro
Rubalcaba como Tesorero. Fue diputado federal Manuel Ojeda, de la Liga de Comunidades
Agrarias y local el licenciado José Luis Leal Sanabria.
Dice en abril de ese mismo año de 1981 se estableció la oficina del
Registro Público de la Propiedad, ya independiente del Juzgado de Primera
Instancia. Fue su primer jefe el licenciado Salvador Virgen Bermúdez
posteriormente el licenciado Teodoro Robles Acosta, luego el licenciado Abel
Martínez Delgado, actual Juez de Primera Instancia, y hoy en día el licenciado
José de Jesús Navarro Rodríguez, originario de esta ciudad. La oficina registra
documentos relacionados con la propiedad en los diez municipios que forman la
llamada Zona Norte del Estado, y es uno de los factores que dan importancia
regional a Colotlán.
En este mismo mes de abril de 1981 comenzó a funcionar en Colotlán el
Departamento de Servicios Regionales, dependiente de la Unidad de Servicios Educativos
a descentralizar en Jalisco, de la Secretaría de Educación Pública. Se recuerda
como jefe de este Departamento al licenciado Roberto López y, durante su cargo,
el H. Ayuntamiento donó, en el año de 1980, un terreno ubicado a un lado del
libramiento carretero, y ahí se construyeron las Oficinas del Departamento.
Se continuó adoquinando calles, en un total de 13,000 metros cuadrados
aproximadamente. Se construyeron puentes uno sobre el arroyo del Cuitatero, en
la calle Marcos Escobedo, y otro sobre el río de Colotlán, para comunicar al
barrio de Tochopa; se instaló la red de drenaje y de agua potable en el barrio
del Cerrito, y se empedraron varias calles, como la de la Normal y las Pilas,
en un tramo. También entró en funcionamiento la Laguna de Oxidación, al
suroeste de la cabecera municipal, que al parecer fue dañada en parte por la
creciente del río ocurrida el año pasado.
Durante los años de 1986 a 1988, ocupó la Presidencia Municipal el
licenciado Renato Haro Ortega. Fue Secretario y Síndico Raymundo Carrillo
Rivera, Tesorero Julián Valdez Torres, y jefe de Obras Públicas Salvador
Estrada Magallanes. Era diputada federal Alma Salas Montiel, y diputado local
el licenciado Carlos Sepúlveda Valle, de quienes la administración municipal
recibió siempre los apoyos necesarios. Lamentablemente, coincidió esta
administración con los años más graves de la profunda crisis económica que
sufrió nuestro país, originada principalmente por la enorme deuda externa de
cuando bajaron los precios del petróleo y subieron las tasas de interés de los
bancos, y el interés del Gobierno del Estado era únicamente terminar las obras
iniciadas, y no hacer ninguna obra nueva. La inflación fue tan grande que
únicamente el escrupuloso manejo de los recursos municipales permitió librar el
gasto corriente del Ayuntamiento y el mantenimiento y perfeccionamiento de los
servicios públicos municipales, que se apoyaron fuertemente con la compra de
equipo de oficina, que era muy deficiente, así como una unidad para el servicio
de uso público para continuar con el programa de adoquinamiento de calles,
lográndose terminar aproximadamente 20 cuadras que significaron un promedio de
12,000 metros cuadrados. Con un módulo de maquinaria se nivelaron diversas
calles de la población, sobre libramiento de la carretera en la parte norte y
poniente. Se donaron terrenos para instituciones oficiales, se apoyó para
instituciones oficiales, se apoyó el establecimiento de jardines de niños y, a
nivel de goberación, se expidieron los Reglamentos Municipales de Policía y
Buen Gobierno,
Obras Públicas, Mercados, y Reglamento Interno del Ayuntamiento. Por
una parte, se aprobó la elaboración del escudo oficial del municipio, que fue
encargado a Gabriel Camarena, miembro distinguido de la Sociedad de Geografía y
Estadística del Estado de Jalisco, especialista en heráldica, quien lo hizo
conforme a las características de esta ciudad, y fue oficialmente aprobado por
el Cabildo. Los elementos principales del escudo son el significado del nombre
de Colotlán, el santo patrono, que es San Luis Obispo de Tolosa, miembro de la
Casa cal de Francia, y en el escudo se representa por unas flores de lis, y el
campo de plata, que simboliza la región minera de Bolaños, que perteneció a la
Frontera de Colotlán.
En julio de 1986 tuvo lugar un acontecimiento trascendental para los
habitantes de esta región, la carretera directa pavimentada a Colotlán fue
inaugurada por el gobernador Enrique Álvarez del Castillo, acompañado por el
entonces Secretario de Comunicaciones y Transportes, ingeniero Díaz Díaz.
La carretera significó la realización de un sueño que databa de más de
cien años. desde la época en que era gobernador del estado don Ignacio L.
Vallarta, quien tuvo un especial interés en que esta obra se realizara, pero
los problemas políticos y administrativos que representaba en época no
permitieron su realización. Ahora Colotlán está unido por vía directa a su
hermosa capital, lo cual era casi imposible anteriormente. Lo hacían los arrieros
a principios del siglo. Las personas que deseaban ir a la capital del estado
debían seguir la ruta de Zacatecas, Aguascalientes y Lagos de Moreno, para
llegar por Los Altos de Jalisco.
Después el gobernador Agustín Yáñez inició la carretera que va por los
cañones de Jalpa y Juchipila, hasta llegar a Malpaso, Zacatecas. Los
colotlenses y, en general, todos los habitantes de la región Norte, somos
entrañablemente jaliscienses, aunque hemos sufrido el abandono de nuestras autoridades
estatales. Esperemos que en adelante nos den un trato igual al de las demás
regiones del estado. Así parece indicarlo la actitud que ha tomado nuestro
actual gobernador, licenciado Guillermo Cosío Vidaurri, quien inició su campaña
política en San Marín de Bolaños siguiendo todas las poblaciones de la zona. Ha
apoyado ya a la región con importantes obras de comunicación, como son la carretera
Villa Guerrero, San Martín de Bolaños, y la carretera de Mezquitic a
Huejuquilla el Alto. En Colotlán se construyó el aeropuerto, importante obra
que será pilar de las comunicaciones en la amplia zona sur de Zacatecas y Norte
de Jalisco.
Sacado de la revista "Estudios Jalisienses" publicación #8 Mayo de 1992.
Ilustraciones de distintas fuentes públicas.
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