(“Yo escribo de lo que me acuerdo de cuando era niña y estaba en San Nicolás, en párvulos. Pero si hay alguien que sepa algo más de este colegio, lo pueden editar” Madre Aurora).
En el año de 1936 llega el Sr. Cura Ignacio Gallegos y al poco tiempo se inician los trabajos de reconstrucción del “Hospital” para que los alumnos que estaban recibiendo instrucción en los salones de San Nicolás, se cambiaran a ese edificio.
En los salones de San Nicolás estaban todos los grados, a cargo de la maestra Soledad Sánchez (que aún vive en el tiempo en que se escribe el presente 1998), Elvira Ramos (q.p.d.) y otras maestras que les ayudaban.
No sabemos exactamente la fecha de traslado de los alumnos a este edificio, pero cuando ya se creyó que se podía dar clases en tal edificio, se pasaron los alumnos de todos los grados a él.
El primer Director de la escuela fue el Profe. Baudelio, y le ayudaban también otros maestros como Alfonso Salazar, el Profe. Luis, entre otros, además de las maestras que ya se mencionaron, excepto la señorita Chole Sánchez. (q. p. d.)
En 1944 llega el Sr. Cura José Rodríguez y siguió la obra que había comenzado su antecesor.
Después esta escuela fue atendida por la Srita. Adelaida de la Isla (q. p. d.), ella fue la directora y sus auxiliares, entre otras, las siguientes: Lupe Rodríguez, Lola Ortega, , Hildelisa Campos y Elvira Ramos.
Tanto para la construcción de los salones en San Nicolás como para la reparación del Hospital, cooperó todo el pueblo y los niños.
Para la construcción del actual Jardín de niños y departamento para las Religiosas que ya se habían solicitado a algunas Congregaciones Religiosas, cada ocho días se hacía lo que llamaban la faena: del río se traía arena para las obras ya dichas. Las señoras de la Acción Católica organizaban kermeses. El P. Arenas organizaba presentaciones teatrales en el salón de San Nicolás, todo esto para sacar fondos para dichas obras. También los alumnos de la “Escuela Progreso” (actual Colegio Jalisco, organizaban corridas de toros en la Plaza de Toros, lo que hoy es el Centro Social, toreaban los alumnos de la escuela, claro, vaquillas, pero todo lo hacían con gusto para cooperar con su granito de arena.
Esta escuela llevaba el nombre de Escuela Primaria Federal Particular Incorporada “Progreso”. Durante el tiempo que la Señorita Lala, como cariñosa y respetuosamente la llamábamos, fungió como Directora, el Profe. Jesús Arreola Gallardo era el Inspector. Eran personas muy responsables y así nos querían educar. Al mismo tiempo que eran exigentes, sentíamos que nos querían mucho, no se diga las maestras. Yo conocí muy bien a las maestras Elvira Ramos en 2° de Primaria, Hildelisa Campos en 3° y Lola Ortega en 5° y 6° de Primaria. En esos tiempos creo que no había maestras tituladas, pero ellas eran muy buenas maestras.
Aunque no era un colegio con Religiosas, teníamos un Oratorio y al Santísimo, nunca lo dejábamos solo, nos turnábamos para rezar un misterio cada alumno desde el comienzo de las clases hasta terminar. Sin embargo, cuando llegaba el Inspector, se cerraba el Oratorio y al que le tocaba estar rezando, allí se quedaba hasta que pasaba la visita de inspección.
También asistíamos a la Santa Misa todos los sábados y venía un sacerdote a confesarnos los viernes.
Esta escuela siempre se distinguió por el nivel educativo y académico de sus alumnos. Presentábamos unas obras de teatro muy bonitas, coros a capela que les llamaban Orfeones ensayados por el Sr. Rafael Soriano Navarro. Las participaciones en los desfiles y festivales convocados por las autoridades civiles o escolares eran muy lucidas. Al final del año escolar teníamos nuestros exámenes Públicos, asistían todos los padres de familia y las autoridades civiles y escolares, así como el Señor. Cura.
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