Francisco Melitón Vargas y
Gutiérrez fue un sacerdote que llegó a Colotlán en 1860 como auxiliar y tomó posesión
el 5 de marzo de 1863, fue el último sacerdote de la diócesis de Guadalajara
que llegó a Colotlán, pues la diócesis de Zacatecas a la que se sumaría la
Parroquia de Colotlán, se erigió el 26 de enero de 1863, obteniendo este
territorio de la diócesis de Guadalajara, que fue elevada simultáneamente a
arquidiócesis.
Francisco M. Vargas (como firmaba
en los libros parroquiales) nació en Ahualulco, Jalisco, el 9 de mayo de 1823.
Fueron sus padres el insurgente Antonio Vargas e Ignacia Gutiérrez. Su padre
fue pensionado por su participación en la guerra de independencia, pero la
pensión era muy exigua y Francisco Melitón trabajaba para ayudar en los gastos
familiares.
En noviembre de 1840 se fue a
radicar a Guadalajara e ingresó al Seminario Conciliar de San José con beca de
merced. Luego ganó por oposición una beca de honor en Teología y en octubre de
1849 fue nombrado catedrático de Mínimos. En diciembre de 1850, el obispo Diego
Aranda le confirió la ordenación sacerdotal y continuó como profesor del
Seminario.
El 16 de marzo de 1854 la
Universidad Nacional de Guadalajara le confirió el grado de licenciado en
Teología. A pesar de las sugerencias del Claustro de Doctores para que
solicitase la borla doctoral, la rechazó por modestia.
En 1854 fue nombrado cura
fundador de la parroquia de Santa Ana Acatlán, Jalisco, a donde el 19 de marzo
de 1858 llegó huyendo de Guadalajara el presidente de la república Benito
Juárez y su gabinete, asediados por el ejército conservador, entonces: “[...]
Se alojó –escribe Brígida del Carmen Botello Aceves– en el mesón de Miguel
Gómez. En su corta permanencia estuvo [a punto de] perder la vida a manos de
los conservadores, salvándolo de morir el párroco del lugar, Melitón Vargas”.
A pesar de su acción humanitaria
para con los connotados liberales, en 1860 se negó a celebrar las nupcias del
alférez José Ulloa –ya que era casado–, quien lo acusó de enemigo de las
fuerzas liberales y partidario de los conservadores, por lo que se le aprehendió
y fue conducido a Guadalajara. Tras ser procesado, se le declaró inocente y
regresó a su parroquia.
Del 8 de abril al 31 de diciembre de 1860 fue cura interino de Zapopan, de 1861 a 1864 fue cura de Colotlán, donde sufrió un atentado, en 1864 fue nombrado párroco de la Asunción de Aguascalientes. Para 1865 habría llegado al pueblo el nuevo Señor Cura Florentino Sánchez. El 22 de marzo de 1869 ingresó al Cabildo Eclesiástico como medio racionero de la Catedral de Guadalajara y el 29 de mayo inmediato ganó por oposición la canonjía lectoral.
También fue gobernador de la
Mitra de Guadalajara, y de 1870 a 1879 fue rector del Seminario Conciliar de
San José. Durante su periodo rectoral reformó los planes de estudio y los
métodos de enseñanza, el Seminario ocupó las nuevas instalaciones en el antiguo
Convento de Santa Mónica, adquirido por el licenciado Dionisio Rodríguez, y se
aumentó el número de estudiantes, especialmente los externos. Y fue tal el
prestigio académico de la institución que se le conoció como la “Edad de Oro
del Seminario”.
Al quebrantarse su salud dejó la
rectoría del Seminario y luego el arzobispo Pedro Loza lo nombró vicario para
la atención de Baja California, que la Santa Sede le había encomendado. El 15
de marzo de 1883 el papa León XIII lo preconizó primer obispo de Colima, el 27
de mayo inmediato recibió la ordenación episcopal, y el 24 de junio tomó
posesión del Obispado.
Mientras se encontraba dedicado a
la organización del Obispado se desató una epidemia de fiebre amarilla que
causó grandes estragos entre la población colimense. Él auxilió personalmente a
varias de las víctimas y cuando se le agotaron los recursos monetarios empeñó
sus joyas episcopales para continuar sus labores asistenciales.
El 1° de junio de 1888 fue
trasladado al Obispado de Puebla de los Ángeles. En 1892 inauguró el Colegio de
San Bernardo, que él había fundado; en 1894 viajó a Colima para consagrar la
Catedral; en 1895 inauguró la Casa de la Salud de San Vicente de Paul y asistió
a la coronación pontificia de la Virgen de Guadalupe en México. En 1896, ya muy
enfermo, participó en el Quinto Concilio Mexicano.
Hizo decenas de obras
bibliográficas para los alumnos del Seminario, nociones de Psicología; sacadas
de varios autores. Relación de méritos para la oposición de canonjías vacantes
de la Catedral de Guadalajara (1868); Informes del rector del Seminario de
Guadalajara y cartas pastorales a los diocesanos del Obispado de Colima; Sermones
y trece cartas pastorales a los diocesanos del Obispado de Puebla.
Falleció en Puebla de los Ángeles
el 14 de septiembre de 1896. Fue sepultado en la Colegiata de Nuestra Señora de
Ocotlán, en la ciudad de Tlaxcala, para luego ser trasladado a la cripta de la
Catedral angelopolitana. El 22 del citado septiembre de 1896 fue su solemne
funeral en la Catedral de Colima.
Juicios y testimonios
Virtuosísimo y caritativo primer
Prelado de la Diócesis de Colima, acreedor al respeto y constante cariño, así
como a la gran gratitud de esa Diócesis, pues fue insigne benefactor de toda
ella.
Don Francisco Melitón Vargas
Gutiérrez fue el primer obispo, consagrado en la catedral de Guadalajara el 27
de mayo de 1883, y que tomó posesión el 27 de junio del mismo 1883. El Señor
Vargas, organizó la diócesis de Colima, activó la construcción de la iglesia
catedral y asistió a todos con ocasión de la epidemia de fiebre amarilla que
atacó Colima en 1883-1884. Estableció escuelas y fomentó el progreso del
Seminario.
Recorrió varias veces todo el
obispado, y en su tercera carta pastoral hace una relación histórica de cada
parroquia. Erigió los curatos de Manzanillo, Comala, La Merced (Colima),
Coquimatlán y Ahuijullo, y consiguió que la Santa Sede anexara a Colima la
parroquia de Autlán con todo su clero. El 1 de julio de 1888 fue trasladado a
Puebla para hacerse cargo de aquel obispado, donde murió el 14 de septiembre de
1896.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario