Por: José Alonso Serrano Campos
Par de teléfonos en los portales |
Como vivíamos en una época donde no todos tenían teléfono en casa y los teléfonos celulares solo se veían en series de ciencia ficción, los teléfonos públicos eran numerosos y muy útiles, incluso proliferaron los negocios dentro de locales con teléfono público, al tiempo de los ciber cafés en distintas calles del pueblo, principalmente en la zona centro.
Tras varias pruebas, en 1889 el primer teléfono público del mundo se instaló en un banco de Hartford (Connecticut). El resultado fue tan satisfactorio que se empezaron a instalar en las principales calles de las poblaciones.
Colotlán se sumó a la comunicación, poquitos teléfonos había en los hogares pero se contaba con una caseta telefónica que sirvió por muchos años en la farmacia de don Raul Vázquez Felgueres, por la calle Obregón, casi esquina con Independencia.
Hace días pasó por mis manos la fotografía de las cabinas que se instalaron a principios del año 2000 y estratégicamente se colocaron más en distintos puntos de la población, en los portales de la plaza, había además frente a edificios públicos como el DIF, la jurisdicción, el IMSS, en algunas esquinas como enfrente de la Gota de Agua y así por distintos lugares.
Principalmente de tarjeta con un chip que disponía de saldo de 20 30 50 o 100 pesos, las llamadas costaban entre 1 y 3 pesos el minuto.
Seguramente hubo de monedas antes, no lo recuerdo, pero duraron poco, porque enseguida cambiaron los teléfonos a otros con distinta tecnología, había quienes podían “truquear” los teléfonos retirando las tarjetas en cierto momento, meter otro tipo de objetos y así poder hablar por más tiempo.
Hasta que los teléfonos móviles provocaron su desaparición, a partir de ese momento todo cambió; dejamos de llamar a lugares para empezar a llamar a personas. Hoy son piezas de museo. A veces le cuento a mi hijo de su uso y existencia en el pasado. Me mira con cara de que está escuchando algo de los libros de historia…creo que me estoy haciendo viejo.
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