Por: José Alonso Serrano Campos
En la época novohispana, las personas en tránsito o que necesitaban quedarse por periodos cortos en Colotlán, se hospedaban en mesones (en otros lugares también les llamaron posadas o ventas), donde recibían albergue y comida para recuperar sus energías y continuar el camino.
Los trayectos solían ser largos, y los viajeros a pie o en animales generalmente eran comerciantes que además transportaban sus mercancías. Todo ello hacía imprescindible contar con lugares en donde tanto personas como caballos fueran atendidos en su descanso y alimentación.
Aunque los servicios ofrecidos podían variar, en general, los mesones se encontraban con mayor frecuencia en el centro del pueblo y se ubicaban en edificios adaptados para recibir viajeros, caballerías, mercancías y carruajes. Se tiene noticia de que fue en 1525 cuando se fundó el primer mesón en la Nueva España, ubicado en la ciudad de México a cargo de Pedro Hernández Paniagua, a quien el Ayuntamiento le concedió licencia para abrir un albergue en su casa “donde pudiera acoger a los que a él vinieren y les venda pan y vino, y carne, y todas las otras cosas necesarias”.
En esta recopilación se da cuenta de esos edificios mencionados, mostrando su relevancia para la vida cotidiana de aquel momento en estas lejanas tierras de las grandes ciudades, cabecera del octavo cantón de Jalisco y cede regional por décadas.
Don Pedro Macías, que en gloria esté, conversando con el maestro Francisco Pinedo y el maestro David Carrillo recordó algunos de estos datos que a continuación se presentan, dándole una mayor puntualidad a cada uno de los mesones a que hago referencia.
Colotlán contaba con las dos grandes abarroteras de la región, había abundancia, poco que comprar y mucho dinero, el alojamiento casi obligado era en los mesones. Existían 13:
Hoy solo quedan construcciones modernas |
Los visitantes provenientes del lado este, de las comunidades como de San Nicolás o del Carrizal encontraban a su arribo dos mesones que hoy ya no existen, eran vecinos del emblemático Colegio “Jalisco”, edificio que anteriormente a ser escuela fue cuartel militar y originalmente fungió como Hospital desde mediados del siglo XIX, era prácticamente lo último que había de construcciones, por la Juárez, un poco más arriba del Colegio, no sabemos su nombre, mucho antes en el tiempo de las escuelas de niños y de niñas que fueron construidas en terrenos de barbecho a las afueras del pueblo, otro mesón estaba en la calle Centenario frente a donde termina el colegio, tampoco quedan rastros ni se cuenta con información de aquella finca.
Mesón de Don Apolonio |
Más recientes fueron los mesones del centro donde incluso “hospedaban” caballos, como el mesón de Don Apolonio Huerta, señor originario de los Cardos, Zacatecas que estaba en la calle Zaragoza entre Paseo y Guerrero, dicha finca aún se conserva en su mayoría intacta, aunque no en servicio, no hay mesones en funciones hoy en día.
Mesón de La Palma |
Por la misma calle Zaragoza hacia el poniente estaba el mesón de La Palma, del señor José Rodríguez, donde topa la calle Niños Héroes, antes era de doña Jesusita y el papá se llamaba Benigno López, daba hasta la parte de atrás, donde a espaldas está el parque de beisbol, era de los más concurridos. Otro era el de Quirarte por la misma calle Zaragoza, no tenemos con exactitud cuál era su ubicación.
Otro mesón que sobrevivió hasta fechas recientes fue el de la Mora, también por la calle Zaragoza y que abarcaba toda la calle San José, hacía esquina con Zaragoza y daba hasta Allende, sus arquerías de cantera siguen enteras, los pisos de loza y más dentro los corrales de manejo de animales. era de doña Petra Saldaña Márquez, una señora de tez blanca y curtida por el sol, gesto amable y aspecto campesino, originaria del Carrizal, viuda de Alfonso Raygoza. Se lo compraron al anterior dueño, don Filiberto del Real. El corral que daba hasta la Allende se dividió y prácticamente ya no existe, cuando la guerra fue utilizado como cuartel, cuentan que en el corredor colgaban a los prisioneros para torturarlos o matarlos. era uno de los puntos de más concurrencia por la gente que acudía con sus animales.
Era el Mesón de la Mora por calle Zaragoza |
En la esquina de Hidalgo y Zaragoza había uno muy grande, se llamaba “El Mesón de la Aurora”, su entrada principal era por la Hidalgo, pero abarcaba gran parte de la Zaragoza, recientemente fue demolida la mayoría de la finca para dar paso a una moderna construcción que según dicen servirá de Hotel o museo.
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Espacio del mesón La Aurora |
El antigo mesón de San Nicolás hoy son departamentos y una bodega |
El otro mesón del mismo barrio de San Nicolás estaba en la esquina de Nicolás Bravo y Angulo, o también conocido como el callejón de la primavera, se llamaba “La Chiripa” o el de doña Ines, era de los señores Jesús y doña Agustina Pérez, también fue del doctor Martínez, que era dueño de la finca donde actualmente es la Casa de la Cultura, luego perteneció al notario Antonio Sánchez de León, ahí vivía y administraba Doña Inés, una mujer chaparrita que lo tuvo durante 36 años, hace poco fue derribado y construido un nuevo edificio de departamentos y locales comerciales. Aún se mantiene la casa de junto que fue de doña Amelia, viuda de Flores.
Otro mesón, aunque poco conocido, pero si importante fue el que estaba por Nicolás Bravo casi esquina con Ramón Corona, se llamaba “San Francisco”, ya no quedan muchas huellas de él.
Por la Marcos Escobedo casi esquina con Juárez existió otro gran mesón, de don Pablo Valdez, se llamaba “Puerto Arturo”, aunque ya no está en uso, le quedan algunos cuartos y baños, pero es mejor conocido porque ahora es un local para fiestas.
Entrada del mesón Puerto Arturo |
El siguiente mesón en mención estaba por la calle Obregón, este se llamaba “San Luis” justo enfrente de donde estuvo la Plaza de Toros, hoy el Centro Deportivo “Tenamaxtle”, quedan algunos pasillos y cuartitos, pero en lo general ya quedó destruido, dio paso también a construcciones modernas cuando se dividió.
Por la Calle Paseo existía un amplio mesón, conocido como el de don Everardo, hacía esquina con Ramón Corona, aún se mantiene la fachada y algunos espacios, pero en genera tampoco está en pie ni utilizable para aquellos fines.
A la falta de hoteles o donde hospedarse también se surgieron las vecindades, por Marcos Escobedo, por Ramón Corona o por la calle Guerrero, no proliferaron tanto como hoy los departamentos en renta, procurados principalmente por estudiantes y al mismo tiempo han surgido infinidad de fraccionamientos nuevos, mientras las comunidades se siguen quedando solas.
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A continuación, hablaremos de los lugares que desplazaron a los mesones, construcciones más modernas que daban otro tipo de servicio más cómo para los tiempos modernos, estos son los hoteles que existieron y existen en Colotlán desde el siglo pasado a la fecha.
Hotel México, el mejor del siglo XX, ubicado frente al jardín principal, estaba ubicado junto al club de leones. Una construcción antigua que dejó de funcionar a mediados de siglo. Intentaron volverlo abrir pero no se concretó, tenía muchas habitaciones. Don Panchito Fernández era el dueño. Una casa con tres patios centrales y habitaciones que daban hacia el jardín.
Hotel Paris, ubicado en una de las fincas del Portal Morelos, quedan algunos arcos y pórticos arriba de los portales, en la parte donde conserva dos pisos, el dueño era Don Rosendo Márquez, el hotel no era muy grande, aún se leía el nombre por las escaleras que dan a los portales.
Otro antiguo hotel se llamó LUX, por la calle Morelos, cerca de la papelería de Don Armando Pinedo, varios años fue una casa, sirvió después de café y para realizar fiestas, aún conserva parte de su estructura, aunque su fachada no es más que una puerta con pórtico de cantera; lo quitaron, no desapareció del todo, se lo llevaron a otro lugar, al que hoy se llama Morelos, por la calle Guerrero entre Cuauhtémoc y Morelos, este aún en servicio.
Otro hotel viejito y funcionando se ubica en la calle Hidalgo, el hotel del mismo nombre está a un costado de la Parroquia, antes de ser hotel era fábrica de sodas, de doña Merceditas, mamá de la señora Mariela de Santiago que lo convirtió en hotel, se encuentra en muy buenas condiciones.
En la finca del que fuera el Banorte era un restaurant, la finca daba hasta la independencia, era un lugar llamado de “Las Tilicas”, donde también daban hospedaje.
Otro hotel que estuvo poco tiempo en servicio se llamó “San Manuel”, el hotelito como también se le conocía era de don Pedro Macías, estaba ubicado por la calle Cuauhtémoc frente al mercado, hoy es utilizado el frente como tienda.
En el crucero de la carretera y la calle Zaragoza está el hotel que se llamó Colotlán, fundado por el señor Germán Dávila Ruiz, cambió de nombre y hoy es llamado “La Estancia”, cuenta con habitaciones, restaurante, áreas verdes y salón de eventos.
Fabio Huizar construyó el Hotel San Luis por la calle Obregón, en ese lugar había varias caballerizas y las arreglaron como cuartos, hoy el hotel por lo céntrico y cómo es de los más solicitados.
Por la calle Basilio Terán y abarcando hasta la calle Morelos se encuentra el Hotel del Centro, de la familia Huerta.
El Hotel más grande y de lujo con más servicios es el hotel Hacienda de los Gálvez, de los hermanos Gálvez, Alfredo y Arturo se encargan de la administración. Cuenta con habitaciones, alberca, restaurante y salones para eventos y reuniones.
¡¡¡En Colotlán nunca ha faltado el servicio de hospedaje para nuestros visitantes!!!
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