domingo, 3 de septiembre de 2023

Los órganos de la Iglesia de San Luis de Colotlán

Por: José Alonso Serrano Campos

“Allá en el Coro hay varios, supongo que te refieres al más grande y tubular...” palabras de mi entrevistado, Alejandro Salazar Valdez, cuando le pregunto por la integridad de los interesante tubulares que se aprecian en el órgano antiguo del coro ubicado en la parte alta, por dentro del pórtico de la iglesia de San Luis Obispo en Colotlán, Jalisco.

“Es muy antiguo, creo del siglo XIX (aproximadamente de 1890), está en muy mal estado, tiene unas caras pintadas en la salida de cada flauta. Tiene pocos registros, “solo dos octavas, si mal no recuerdo”.

Ya no es posible escucharlo y por falta de mantenimiento sería muy costoso y casi imposible por las refacciones que necesita volver a escuchar sus melodiosos sonidos, en los 40 años de vida de este reportero tengo un lejano recuerdo de haberlo escuchado en mi niñez por algún músico de cuyo recuerdo no tengo la menor idea, en el colegio Jalisco participábamos en un coro y en al menos dos ocasiones subimos a cantar durante las misas, entre sueños tengo la imagen de haber visto a alguien tocarlo con manos y pies al ritmo de un canto de entrada, hace pocos años volví a subir para verlo, lo encontré en el deterioro que causa dicho abandono.

Es un órgano invaluable para los colotlenses y escuché en una plática que la persona que lo puede arreglar cobra más de un millón de pesos por hacer esa labor, poco viable en comparación con los precios de un órgano nuevo y con muchísimas más funciones que suman a la tecnología de hoy.

Algo que pocos saben es que hay otros órganos más pequeños, mucho más recientes y electrónicos que también están abandonados allá arriba en el coro. Es un lugar muy poco práctico para subir un equipo tan ostentoso y estar allá en cada celebración eucarística lo hace menos viables en la actualidad, se requerirían grúas para subir y bajar esos instrumentos. Por eso mismo, en fechas recientes se adquirió un nuevo órgano, el nuevo teclado melódico se instaló a un costado del ciprés, donde estaba el próximo anterior en uso, cuyos registros, varios, estaban ya muy dañados.

Saliendo un poco del tema, viene a colación algo de lo más rememorado por los mayores, el barandal del coro, igual al que delimitaba hace muchos años el altar del templo, una baranda no muy alta que impedía el paso de los feligreses justo donde hoy se encuentra un desnivel entre el altar y los costados del templo. 

El anterior órgano del templo de San Luis Obispo fue una compra de segunda mano, pertenecía a una mujer viuda de Zacatecas, durante la estancia del Pbro. Pedro Robles del Hoyo desempeñó un buen servicio, era un órgano de dos teclados, eléctrico con una escala de pedales y una cortina de madera para cubrir los teclados. Estuvo en uso alrededor de siete años. 

De repente tenía problemas eléctricos que requirieron la compostura de los eléctricos locales, sin mayor gasto. Aún sigue siendo funcional y tiene varios registros muy útiles para la música litúrgica pero el nuevo órgano, adquirido en la presente estadía del señor cura Aurelio Esparza, es la versión mejorada, como un automóvil de lujo y con muchísima capacidad de crecimiento, múltiples funciones y totalmente eléctrico.

El amigo Alex Salazar seguramente fue la persona que más utilizó el anterior teclado, hoy día además de él tocan el nuevo instrumento el joven Nacho Aguilera y el doctor José Alejandro Morales, entre otros que de repente se animan a compartir su talento con los feligreses.

Incluye una pantalla táctil para interactuar con el Software avanzado que opera el órgano. De forma inicial el órgano tiene los sonidos grabados en directo de otros cuatro órganos, casi todos europeos (ingleses y alemanes), por lo que al tocarlo sería como estar escuchando a sus homónimos europeos, con todos los registros y capacidades de aquellos.

Puede modificar todos los registros y tiene preconfiguradas varias combinaciones, ya que utilizarlo sin estos, sería muy complicado para un músico principiante. Tiene más de dos escalas de pedales y permite al mejor organista hacer un solo de pedales, fabulosamente y sin trabas.

¡Puede transportar la música, entre otras funciones más! Y tiene la capacidad de crecer… puede almacenar miles de combinaciones más e inclusive tener más y más órganos en ese mismo, el límite es la imaginación y el costo.

Le fue recientemente adaptada una bonita tarima con detallado y sobre relieve para exaltarlo y cuidarlo del desgaste por la manipulación del piso.

“Yo les digo que es como si tuviéramos un coche deportivo en el pueblo para “dar la vuelta”. Ojalá le podamos algún día sacar todo el provecho que albergan sus teclas, pedales y sistemas” nos dice atinadamente Alejandro Salazar, talentoso músico emanado del Colegio “Jalisco” cuyo talento musical en el instrumento y en lo vocal queda de manifiesto en las celebraciones eucarísticas que participa.

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