Por: Profr. Luis Barragán, Cronista del municipio de Monte Escobedo, Zacatecas.
En este estado de cosas, surge un candidato a la Presidencia de la República: el señor Francisco I. Madero, quien representa al Partido Constitucional Progresista. Al ver el viejo dictador Díaz, que el señor Madero contaba con una gran simpatía del pueblo y estaba emprendiendo una campaña fuerte, lo mando aprehender y es hecho prisionero en la ciudad de San Luis Potosí, de donde con la ayuda de sus partidarios logró huir, (trasladándose a los Estados Unidos) y desde ese país y basándose en un plan que él elaboró (en su estancia en la cárcel potosina), se proclamó en contra de la tiranía porfirista invitando al pueblo de México a levantarse en armas en contra del gobierno. Este levantamiento debería iniciar del 20 al 30 de noviembre de 1910.
El gobierno conociendo este plan trató por todos los medios a su alcance de desprestigiarlo, tratando de desanimar a los mexicanos para que no emprendieran este gran movimiento social, e inició feroz persecución a sus partidarios siendo los hermanos Serdán las primeras víctimas.
En nuestra región se tardó un poco en saberse estas noticias (sobre el movimiento Maderista), pero en la ciudad de Jerez empezaron a notarse los primeros brotes Maderistas, ya que al grito de “Viva Madero” fue asaltada la prisión matando al centinela.
En Monte Escobedo el populacho se empezó a sentir envalentando al saber que por la sierra merodeaba el campesino Isabel Tovar que, aunque originario de la hacienda de Abrego, traía gente de los ranchos del norte del municipio en apoyo al movimiento de Madero. Se le empezó a perder el miedo a la autoridad y es así como el campesino Pedro Sánchez alias “la Loba”, andaba escandalizando, al ser llamado al orden por el presidente municipal Don J. Refugio Rodríguez; en lugar de atender a la autoridad, lo agredió con su cuchillo, por lo que el presidente se vio obligado a dispararle.
El coronel Don Luis Moya encabezando un movimiento de consideración salió de Santa Rosalía el 2 de febrero de 1911 y se internó en la región de Mezquitic, desde Donde al frente de 300 hombres exigió la rendición de la plaza de Monte Escobedo; las autoridades no tenían elementos capaces para hacerle resistencia, y es así como entraron los primeros revolucionarios a este pueblo. El coronel Moya demostró un gran respeto a la ciudadanía no permitiendo a sus hombres cometer desmanes.
De Monte Escobedo los revolucionarios siguieron para Atolinga. Don Santos Bañuelos (originario del rancho de Pastoría de este municipio), se une al grupo y acompaña a Moya hasta Sombrerete, en donde éste último pierde la vida en un combate. De ahí en compañía de Don Pánfilo Natera se van a Nieves, a seguir impulsando el movimiento maderista que ya a nivel nacional era incontrolable.
Se hicieron elecciones para designar nuevo presidente de la república, resultando electo el Sr. Francisco I. Madero, quien al desempeñar el cargo se tardó en cumplir las promesas de campaña, surgiendo nuevamente las protestas ciudadanas, se rebelaron contra su gobierno los generales Emiliano Zapata (en el sur), Pascual Orozco y Benjamín Argumedo (en el Norte); permanecieron fieles a Madero el General Francisco Villa y con él Don Santos y Don Félix Bañuelos.
En el año de 1913 vino el cuartelazo de la ciudadela que culminó con la muerte de Madero y el vicepresidente Pino Suárez, tan luego se supo esta fatal noticia en Monte Escobedo comenzó otra vez el sobresalto y la inseguridad.
La mañana del día 14 de mayo de 1913, se escuchó un fuerte escándalo acompañado de tiros de fusil, era que en la acera oriente de la plaza, frente a la tienda de Don Fortino González se encontraba Don Cruz Vázquez del Mercado, Don José Ma. Castro, Don Teófilo Díaz, Filomeno del Real y otros (aproximadamente 25), todos bien armados, en buenos caballos gritando a favor de la causa maderista, nombraron presidente municipal a Don Cruz Briones. De aquí se fueron a Camotlán a reunirse con la gente de Don Félix Bañuelos para de ahí dirigirse a Nieves a reunirse con la división del centro que mandaba el general Pánfilo Natera.
En el municipio de Monte Escobedo se organizaron las personas más pudientes económicamente, en defensas sociales, con el propósito de auxiliarse mutuamente en caso de ser atacados por los revolucionarios, pero cuando se presentaron los generales Bañuelos y Ávila, el pueblo los recibió con júbilo y los de las defensas no intentaron impedir nada.
En el mes de abril de 1914, Don Santos, Don Félix, los Ávila y Domínguez atacaron la ciudad de Colotlán, Jalisco; defendido por los generales huertistas Cheché Campos y Benjamín Argumedo, causándoles graves destrozos e incendiando varias casas.
En mayo de 1914, Don Venustiano Carranza (jefe máximo de la Revolución) ordenó a las fuerzas de los hermanos Arrieta de Durango, que junto con Natera, los Bañuelos y Ávila tomaran la cuidad de Zacatecas, que estaba defendida por el General Luis Medina Barrón al mando de 9000 soldados del ejército federal.
Hicieron varios intentos, pero no pudieron apoderarse de la plaza y es entonces cuando Villa, sin órdenes de Carranza, avanzó sobre Zacatecas y todos juntos el día 23 de junio de 1914, tomaron, saquearon y destruyeron la ciudad dando el golpe mortal al ejército de victoriano Huerta.
Después de derrotado Huerta, surgen serias rivalidades entre los dos jefes Carranza y Villa dando como resultado que muchos jefes revolucionarios también se dividieran, tomando unos el bando de Carranza y otros perteneciendo fieles al General Villa.
En Monte Escobedo, 1916, corrió el rumor de que fuerzas villistas se acercaban a la población que estaba defendida por el General Carrancista Francisco G. De Santiago, quien optó por esperarlos atrincherado en la hacienda de Santa Teresa. Después de 4 días de intentos, los villistas tuvieron que retirarse en franca derrota.
En esta región, como en otras tres, hubo una serie de derrotas. Los villistas quedaron dispersos, cometiendo atropellos para su subsistencia y es así como el 12 de agosto de 1917, el jefe de armas de María de la Torre, Don Alejandro Sánchez recibió un recado en el que la defensa de Laguna Grande le pedía auxilio, pues se encontraba amagada. La defensa de María de la Torre compuesta por 10 hombres se fue a prestar dicho auxilio y en el potrero de San Miguel los esperaba una tropa bien armada que se les presentó
como carrancista y después de algunas pláticas y compartir alimentos fueron sorprendidos los integrantes de la defensa y pasados a cuchillo; encerrando los cadáveres en una tapia.
Este acto causó honda consternación en los habitantes de María de la Torre, los cabecillas del grupo villista fueron Tomas Domínguez y Abraham Cano. Estos son parte de los hechos que, como consecuencia de la revolución, acontecieron en nuestro municipio.
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