domingo, 21 de marzo de 2021

De Segovia, España a Colotlán, Jalisco; un viaje de 500 años por el apellido Serrano

En la antigüedad, no existían los apellidos, por ejemplo en la Biblia a los personajes del Antiguo y Nuevo Testamento se les conocía por su nombre: Abraham, Moisés, Pedro, Juan, Mateo, Jesús, María y José. 
No había tal cosa como Abraham Pérez, Mateo Delgado o José García. Iscariote no era el apellido del traidor Judas, ni Tadeo el del santo; eran sobrenombres, apodos. Con el tiempo, las comunidades se poblaban cada vez más y más, y de momento surgían las dudas: -Llévale este mensaje a Juan. -¿Cuál Juan?- preguntaba el mensajero. -Pues Juan, el ‘del valle’- explicaba para distinguirlo del otro Juan, el ‘del monte’.
En este caso, los apellidos ‘del Valle’ y ‘del Monte’, tan comunes hoy día, surgieron como resultado del lugar donde vivían estas personas. Estos se llaman ‘apellidos topónimos’, porque la toponimia estudia la procedencia de los nombres propios de un lugar. En esa misma categoría están los apellidos Arroyo, Canales, Costa, Cuevas, Peña, Prado, Rivera, que hacen referencia a algún accidente geográfico, y Ávila, Burgos, Logroño, Madrid, Toledo, que provienen de una ciudad en España.
Otros apellidos se originan de alguna peculiaridad arquitectónica con la que se relacionaba una persona. Si algún antepasado vivía cerca de varias torres, o a pasos de unas fuentes, o detrás de una iglesia, o al cruzar un puente, o dueño de varios palacios, pues los apellidos eran Torres, Fuentes, Iglesias, Puentes y Palacios.
Es posible que algún ancestro tuviese algo que ver con la flora y la fauna. Quizás criaba corderos, cosechaba manzanas o tenía una finca de ganado. De ahí los apellidos Cordero, Manzanero y Toro.
Los oficios o profesiones del pasado también han producido muchos de los apellidos de hoy día, Labrador, Pastor, Monje, Herrero, Criado o Vaquero, oficios durante la Edad Media.
Otra manera de crear apellidos era a base de alguna característica física, o un rasgo de su personalidad o de un estado civil. Si no era casado, entonces era Soltero; si no era gordo, era Delgado; si no tenía cabello, era Calvo; si su pelo no era castaño, era Rubio; si no era blanco, era Moreno; si tenía buen sentido del humor, era Alegre; si era educado, era Cortés.
Quizás la procedencia más curiosa es la de los apellidos que terminan en -ez, como Rodríguez, Martínez, Jiménez, González, entre otros muchos que abundan entre los hispanos. El origen es muy sencillo: -ez significa ‘hijo de’. Por lo tanto, algún antepasado González era hijo de un Gonzalo. De la misma manera, Rodríguez era hijo de Rodrigo, Martínez de Martín, Jiménez de Jimeno, Sánchez de Sancho, Álvarez de Álvaro, Benítez de Benito, Domínguez de Domingo, Hernández de Hernán, López de Lope, Ramírez de Ramiro, Velázquez de Velasco, y así por el estilo. Así mismo ocurre en otros idiomas: Johnson es hijo de John en inglés (John-son); MacArthur es hijo de Arthur en escocés; Martini es hijo de Martín en italiano.
Es así como, poco a poco, durante la Edad Media, comienzan a surgir los apellidos. La finalidad era, pues, diferenciar una persona de la otra. Con el tiempo, estos apellidos tomaron un carácter hereditario y pasaron de generación en generación con el propósito de identificar no solo personas, sino familias.

Hagamos un breve recorrido por un apellido, muy especial pues soy poseedor del mismo, Serrano, desde las tierras españolas hasta la zona norte de Jalisco, recorriendo los lugares y las personas que dieron lugar al nombre familiar paterno que poseo, vamos a este viaje en el tiempo donde un río y un delicioso jamón llevan también en su origen el nombre de mi apellido.
Nos trasladamos a Segovia, una ciudad y municipio español en la parte meridional de la comunidad autónoma de Castilla y León, capital de la provincia del mismo nombre. Se sitúa en la confluencia de los ríos Eresma y Clamores, al pie de la sierra de Guadarrama.
Justo en esta ciudad española se registra desde el año de 1460 el uso de este nombre familiar entre los judíos lugareños de la época y que México abrigó entre los siglos XVI y XIX a personas con el apellido que poseo.
Segovia

En el ámbito geográfico se pueden citar a Toledo, Livorno, Brasil, Braganza, Celorico da Beira, Chaves, Guimaraes, Santarem, Sao Joao da Pesqueira, Portugal, Ciudad de México, Buenos Aires, Brasil Holandesa y Barbados, como destinos en donde hay o hubo familias portadoras de esta voz familiar con antecedentes de judaísmo.
En la heráldica del apellido Serrano, llevan este apellido en España e Iberoamérica familias de muy distinto origen. Algunos tratadistas señalan como más antiguos Serrano a aquellos que tuvieron su origen en el Reino de León, pues ya en tiempos de la Reina doña Juana "la Loca" y de su hijo el Emperador Carlos V, litigaron su hidalguía, ante la Real Chancillería de Valladolid, los hermanos Juan y Cristóbal Serrano, contra el concejo, alcaldes, regidores y hombres buenos del lugar de Villafer, donde residían, ganando real carta ejecutoria dada por aquella Chancillería el 23 de septiembre de 1549.
En referencia al origen etimológico y significado del apellido Serrano, el filólogo Gutiérrez Tabón nos dice que proviene de sierra, del latín “serra”, por analogía con el instrumento de acero con los dientes agudos que sirve para dividir madera u otros cuerpos duros. Así Serrano es "aquel que habita en una sierra o ha nacido en ella". El apellido Serrano es también, en muchos casos, nombre gentilicio de cualquiera de las poblaciones españolas llamadas Sierra.
Edicto de Granada

La historia de los judíos en España comienza en la Hispania romana. En la España medieval los judíos constituyeron una de las comunidades más prósperas de su historia, tanto bajo el dominio musulmán como, posteriormente, en los reinos cristianos, antes de que en 1492 fuesen expulsados por los Reyes Católicos tras la promulgación del Edicto de Granada.
Aunque en el edicto no se hacía referencia a una posible conversión, esta alternativa estaba implícita. Como ha destacado el historiador Luis Suárez, los judíos disponían de "cuatro meses para tomar la más terrible decisión de su vida: abandonar su fe para integrarse en él [en el reino, en la comunidad política y civil española], o salir del territorio a fin de conservarla". De hecho, durante los cuatro meses de plazo tácito que se dio para la conversión, muchos judíos se bautizaron, especialmente los ricos y los más cultos, y entre ellos la inmensa mayoría de los rabinos.
En el decreto se explica que el motivo de la expulsión fue que los judíos servían de ejemplo e incitaban a los conversos a volver a las prácticas de su antigua religión. Al principio del mismo se dice: "Bien es sabido que, en nuestros dominios, existen algunos malos cristianos que han judaizado y han cometido apostasía contra la santa fe católica, siendo causa la mayoría por las relaciones entre judíos y cristianos".
En la primera mitad del siglo XVII mi más antiguo ancestro que se tiene registro fue Balthassar Serrano, casado con una mujer de nombre Juana, ellos llegaron y se establecieron en el puerto de Veracruz por algún tiempo, a mediados de 1600 tuvieron a su hijo Thomas Serrano, registrado en la Hacienda de los Alonso Pérez de Alamillo, en el estado de Veracruz.
El 16 de marzo de 1678 Thomas se casó con Angelina Leonor en San Andrés Chalchicomula de Sesma, Ciudad Serdán, en el ahora estado de Puebla. Muy cerca de córdoba y Orizaba Veracruz. De ellos nació su hijo Lázaro.
Pasqual de los Reyes Lázaro Serrano fue un ancestro nacido en el sigo XVII, junto a su esposa Dominga Cortes de las Nieves tuvieron en 1717 a su hijo Diego Joseph Serrano Cortes y a tres de sus hermanos.
Diego Joseph se casó en 1732 con su mujer de nombre María Antonia Salas, tuvieron 6 hijos y uno de ellos fue Joseph Francisco Antonio Serrano Salas, nacido el 13 de agosto de 1741 en San Nicolás de Tolentino, Actopan, Hidalgo y cuyos restos descansan en la comunidad de Súchil, Durango.
Iglesia de San José de Calabazal

Con este ancestro me detengo unas líneas para platicar sobre su llegada a Sombrerete, Zacatecas, concretamente a El Calabazal, hoy llamado Villa Insurgentes, comunidad de dicho municipio, mis familiares migraron del centro del país al norte de Zacatecas, con los límites del estado de Durango, en busca de nuevas formas de vida, principalmente influenciadas por el trabajo de la minería.
El Calabazal​ se fundó en 1595 por un grupo de realistas guiados por Juan de Salas y Bernardino de Salas en una época muy importante para este estado de la república mexicana, cargando la imagen de San José que reposa en la parroquia del Calabazal. Fue una de las 34 haciendas de beneficio con que contaba la Villa de Sombrerete.
Avanzando en la línea familiar, Joseph Francisco Serrano se casó con Rosalía de Salas Ibarra, joven y de familia acomodada que nació en 1767 y murió hasta 1850, ambos tuvieron 5 hijos, uno de ellos fue Juan José Serrano Salas, nació el 6 de mayo de 1798 y murió a los 76 años en 1875. Se casó con Josefa Gaucín el 2 de diciembre de 1824, ella nació en 1794 y murió en 1876. Tuvieron dos hijos, Inés y Anastasio Serrano, en su acta él aparece como “Anastacio Serrano Serrano”.
Don Anastasio nació en 1836 y murió el 21 de abril de 1896, en ese tiempo se casó con Simona del Carmen Castañeda (1830-1905) y tuvieron 12 hijos, uno de ellos, justo de los de en medio, fue mi tatarabuelo Pedro Serrano Castañeda, quien nació en el Calabazal (hoy Villa Insurgentes), Sombrerete en 1858 y falleció en 1911.
José Serrano y sus padres: Tomasa y Pedro
Pedro Serrano tuvo dos matrimonios, el primero fue el 19 de noviembre de 1880 con Ma. Natividad Ibarra Gaucín y de quienes tuvieron a su única hija llamada María Isabel Serrano Ibarra; el segundo matrimonio fue el 3 de junio de 1891 con Tomasa Márquez Sánchez, de la misma edad que su esposo, un año después de la unión sacramental nació mi bisabuelo, Don José Serrano Márquez, el 8 de junio de 1892 en el rancho de San José de Calabazal, Sombrerete, Zacatecas. Don Pedro murió el 10 de mayo de 1911 por herida producida por arma de fuego.
José y su madre Tomasa salieron de Sombrerete a Monte Escobedo de donde ella era originaria, para él convertirse al poco tiempo en Presidente Municipal de Monte Escobedo, Zacatecas de 1920 a 1921 hizo vida en ese lugar, poco antes de ser alcalde se había casado con mi bisabuela Domitila de la Torre Márquez, el 20 de diciembre de 1919. Ella era de Huejuquilla y vivía en la Cienega; se conocieron, se casaron, tuvieron dos hijos: Mi abuelo Cándido que nació el 1 de diciembre de 1920 y su hermano Tereso el 15 de octubre de 1922. Don José murió el 4 de abril de 1925 a consecuencia de herida con arma de fuego disparada por su cuñado Rosendo de la Torre, esto último en Monte Escobedo, Zacatecas.
Mi abuelo Cándido Serrano de la Torre se casó con mi abuela María Elena Mayorga Landeros, hicieron vida en Colotlán, luego en Zacatecas y Fresnillo, finalmente en Colotlán, por la calle Marcos Escobedo donde tuvieron su última casa y a sus 5 hijos, murió el 11 de febrero de 2005; el segundo de sus hijos fue mi padre, José Serrano Mayorga, nació el 11 de julio de 1952 y con mi madre Leticia Campos Gálvez, tuvieron a su único hijo, descendiente de estas 11 generaciones de apellido Serrano aquí contadas.

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