lunes, 12 de agosto de 2024

Adolfo Lopez Mateos ¿tuvo familia consanguínea en Tlaltenango?

En una interesante investigación documental de la familia del presidente Adolfo López Mateos, se encuentran él y cuatro hermanos, al menos los dos mayores hijos legítimos de un tlaltenanguense radicado en la Ciudad de México, Adolfo al ser el más pequeño de la madre biológica, se le atribuye otro padre biológico, dado que cuando nació su padre ya había fallecido tres años antes.... si se hubiera sabido, según la constitución política de los Estados Unidos Mexicanos, no hubiera sido Presidente de México... aquí se explica a detalle:


En busca de las huellas documentales de una familia presidencial mexicana: los López Mateos

Javier Sanchiz Ruiz

Juan Gómez Gallardo Latapí

Instituto de Investigaciones Históricas, Universidad Nacional Autónoma de México y Academia Mexicana de Genealogía y Heráldica, Ciudad de México, México

La investigación genealógica realizada sobre la familia López Mateos, y a la cual perteneció el presidente de México Adolfo López Mateos (1958-1964), aporta la localización de las actas de nacimiento y de bautismo.

Dichos documentos posibilitan conocer, de forma fehaciente, tanto su lugar de nacimiento como la fecha exacta del mismo, así como las circunstancias que originaron el maquillaje y la alteración documental que se han venido utilizando por la historia oficial desde 1958.

Nos dimos a la tarea de contestar desde la genealogía (y por tanto, desde los documentos que metodológicamente usamos para realizar nuestra tarea de investigación) sobre el origen de los López Mateos, tratando de encontrar los documentos que la conformación de la familia había generado.

El presente artículo, además de la búsqueda minuciosa de actas e inscripciones en los archivos tanto del Registro Civil, como de la Iglesia católica -que hemos transcrito y ubicado físicamente-, busca contextualizar nuestras fuentes en el ámbito documental de México.

Finalmente, este artículo es el resultado a la interrogante histórica sobre el origen de una persona pública en un escenario en donde el documento civil se va imponiendo al religioso.

 

Los antecedentes documentales del presidente Adolfo López Mateos

Pocas veces, al analizar la biografía de un mandatario, puede uno encontrar tanta insistencia en el relato de unos hechos y acontecimientos que buscan suplir la aparente falta de documentación del nacimiento de una persona, como en el caso de Adolfo López Mateos y su nacimiento en Atizapán de Zaragoza.

Aquí dos párrafos de su biografía oficial:

"Adolfo López Mateos nació en Atizapán de Zaragoza, Estado de México, el 26 de mayo de 1910. Ese mismo año se inicia la Revolución y este hecho podría ser el ejemplo humano de lo que resultó ser ejemplo nacional de un país y una generación. Cuando la Revolución Mexicana se encuentra en su máximo desarrollo, llega a gobernar a la nación un hombre que nació meses antes de su inicio. Ahora se sabe que era costumbre en el matrimonio formado por don Martiano Gerardo López, de profesión cirujano-dentista, y doña Elena Mateos y Vega trasladarse en el mes de mayo a Atizapán de Zaragoza para gozar de un breve período de vacaciones. El matrimonio López Mateos residía en la ciudad de México. La señora, a los pocos días de haber llegado a Atizapán en estado grávido, sintió los síntomas precursores del alumbramiento, y consideró prudente no abandonar el pueblecito de Atizapán. El nombre de Adolfo fue sugerencia o súplica de su padrino el señor Adolfo Orsave. Fue el último de los hijos de don Mariano Gerardo López y Sánchez Román, originario de Tlaltenango, Zacatecas, y de doña Elena Mateos y Vega, nativa de Guerrero y descendiente de un caudillo de la guerra contra la intervención francesa, José Perfecto Mateos, que mereció alguna condecoración del Presidente Benito Juárez y del ilustre liberal Francisco Zarco Mateos. De los cinco hermanos viven el mayor, Mariano J. López Mateos, y la menor, Elena López Mateos, habiendo fallecido los hermanos intermedios Rafael y Esperanza -esta hace cuatro años-, conocida y admirada en el mundo de habla castellana por sus admirables traducciones del alemán de la obra del extraordinario novelista Bruno Traven, cuya incógnita personalidad Esperanza se llevó a la tumba.

Fallecido su padre pocos años después de su nacimiento, Adolfo López Mateos debe haber vivido la vida triste de los huérfanos decentes y de familia numerosa. La madre y los hijos fijaron su residencia definitiva en la ciudad de México. Adolfo, el menor, ingresó a los cinco años al Colegio Francés, mediante una beca otorgada a su nombre por la fundación Dondé. Un dato bonito en toda biografía de un hombre que se hace a sí mismo es recordar los nombres de sus directores o maestros. Era director del Colegio Francés don Luis Donateur, que aún vive."

Ya cercano el nuevo siglo, las incertidumbres sobre la biografía oficial se hicieron más evidentes; destaca así la postura del historiador Enrique Krauze, quien al presentar el video biográfico de la trayectoria de Adolfo López Mateos nos refiere que se trata de una biografía envuelta en sombras y brumas. A él se suma lo expuesto años después por Regina Santiago con su libro ya citado, en donde revela que la paternidad de Adolfo López Mateos fue la del vasco Gonzalo de Murga, asunto que asimismo sostiene uno de los bisnietos de la descendencia legítima de Gonzalo de Murga. Frente a ellos la versión de Emilio Arellano, quien desde la historia oficial y el maquillaje familiar de los Mateos, insiste en lo hasta ahora escrito.

En cuanto a los testimonios directos que, al respecto de su origen, diese el propio Adolfo López Mateos, tenemos las supuestas palabras que recogiese en entrevista Bustos Cerecedo y que aparecen en el libro de Eduardo Arias Nuvillo, Instantáneas. Adolfo López Mateos. El destino del hombre nuevo:

"De mi infancia sé muy poco, no tengo mucha infancia. Fue mi madre a quien quise mucho pues a su lado crecí y viví mis mejores años, ella murió cuando yo entraba al senado, el mismo día, este episodio lo recuerdo con cariño; acerca de mi padre poco podría contarte, pues quedé demasiado chico cuando falleció, de mi juventud, toda la conoces, pues hemos vivido en la misma época, un poco agitada, un poco calmada, pero es nuestra época de lucha, lo demás puedes tenerlo de mi hermano Mariano, él te puede dar los datos que necesitas".

Tras la muerte de Adolfo López Mateos, acaecida el 22 de septiembre de 1969, no hubo ningún cambio en la información revelada, y al cumplirse un año del mismo, El Universal Gráfico del 22 de septiembre de 1970 resumió nuevamente los datos de la historia oficial.

 

La historia documentada

En el mes de julio de 1899, concretamente el día 21, los entonces novios don Mariano G. López y la señorita Elena Mateos realizaron los trámites de rigor para poder casarse por la Iglesia católica. Don José Perfecto Mateos, en su calidad de padre de ella, otorgó el consentimiento, y como parte del protocolo tanto los novios, como un par de testigos de los mismos, hicieron las declaraciones de que ambos contaban con habilidad y libertad.

Don Mariano, por su parte, manifestó haber sido bautizado en la parroquia de Tlaltenango, Estado de Zacatecas, localidad de donde era originario. Contaba con 39 años de edad, y por la relación de domicilios en los que había vivido, llevaba ya una larga trayectoria como vecino de la ciudad de México.

Al momento de levantar la información residía en la calle de Dolores número 8, desde hacía ocho meses, "antes en la 2a de Plateros número 6, seis años; antes en el Empedradillo número 4, tres años; antes en el Puente del Espíritu Santo, dos años; antes en el Corazón de Jesús 1174, tres años; antes en el callejón del Espíritu Santo, cuatro años; antes en la Cerbatana y San Pedro y San Pablo, dos años; antes en Zacatecas desde su infancia". Declaró asimismo ser sus padres don Mariano López y doña Francisca Sánchez Román de López, que estaban ya difuntos.

Al firmar las declaraciones ambos contrayentes manifestaban que llegaban al matrimonio de forma espontánea y libre, no tener impedimento canónico, además de no tener enfermedad contagiosa, ni haber hecho votos de castidad, de religión o de peregrinación ultramarina, ni esponsales pendientes con otra persona, como expresaban los formatos impresos que firmaron los novios.

Ella, por su parte, reportó haber sido bautizada en la parroquia de la Santa Veracruz, ser originaria y vecina de México "en la calle de los Dolores número 9, hace seis años, antes en la 2a del Factor número 7, cinco años", célibe de 23 años e hija del referido José Perfecto Mateos.

Las vecindades reportadas al momento de la información permiten saber que eran vecinos contiguos en la calle de Dolores, donde no sería difícil intuir que ahí se conocieron. Como testigos, el novio llevó a sus hermanos don Fernando López, médico, natural de Zacatecas, de 44 años, que vivía en la primera de Mesones número 11, y a don Isaías López, soltero de 48 años, empleado, que vivía en la calle de Plateros número 3.

Los testigos de la novia fueron su tío don Miguel Mateos, militar vecino de México en la 2.a de Balderas número 7, casado de 62 años, y su hermano don Francisco Mateos, ingeniero, soltero de 29 años, con domicilio en la 3.a calle ancha número 8.

La proliferación de profesiones liberales del entorno es bastante sintomática para ubicar a los contrayentes en un entorno social de relativa distinción; a ello se suma el uso del "don" en las partidas sacramentales, calificativo que, como expusimos, ya no era usado como antaño para referir a la población de origen español, sino a cierta relevancia social que los distinguía del común.

Ese mismo día 21 de julio, Mariano López y Elena Mateos formalizaron ante el Juez del Registro Civil, Wenceslao Briceño, las presentaciones preparatorias a las 11 y 30 minutos de la mañana, hora en la que el juez se presentó en el domicilio de ella. Los testigos por parte del novio fueron Manuel González Cosío, originario de Zacatecas, general de Brigada y en ese momento Secretario de Estado y del Despacho de Gobernación, y Miguel Mateos, militar; en el caso de la novia repitió los mismos de las informaciones matrimoniales de la iglesia: sus mencionados tío y hermano Juan Antonio y Remigio Mateos. Firmada el acta, el juez determinó se hicieran las publicaciones de ley para celebrarse posteriormente el matrimonio.

No había transcurrido un mes cuando, el 11 de agosto, los dos novios continuaban con la tramitación religiosa y conforme a ella confesaron y comulgaron en la Iglesia Profesa de México con el reverendo padre Rafael Salinas y Rivera. Ese mismo día un amigo de la familia de ella, Domingo M. Macías, solicitó en carta dirigida al gobernador de la Mitra se realizara la ceremonia del matrimonio en el oratorio del Palacio Arzobispal, lo cual se aceptó el día 17.

El favor de la distinción de contar con dicha ceremonia privada ocasionó un donativo de 50 pesos que fueron destinados al sostén de las escuelas para niños pobres. El 12 de agosto de 1899 se realizó la ceremonia religiosa, asentándose la misma en los libros del Sagrario de la Ciudad de México.

Constituido el matrimonio en ambas esferas, la pareja procreó tres hijos. El primero de ellos: Mariano José López y Mateos, nació el 10 de junio de 1900. Al año siguiente, el 2 de octubre de 1901, nacería la segunda hija del matrimonio, quien recibió el nombre de Elena, el tercero de ellos, Rafael Fernando, nace el 12 de marzo de 1904, asimismo en la ciudad de México. Al igual que en los casos anteriores, se levantaron las actas tanto en el Registro Civil como la correspondiente de bautismo.

Del acta de este último, llama la atención que fue levantada cuando el recién nacido contaba con casi tres meses de edad -el día 6 de junio- y precisaba que el nacimiento había ocurrido en la casa número 11 de la primera calle de Mesones a las 10 de la noche, hijo de la señora Elena Mateos, que contaba 28 años, domiciliada en la calle Sur 10, y número 2430 de la colonia de la Indianilla, y de su finado esposo el ciudadano Mariano Gerardo López. Atestiguaron el acta Fernando López, tío paterno, y José B. Nava, el primero de Tlaltenango, de 49 años, médico cirujano quien vivía donde se verificó el nacimiento, y el segundo de Durango, de 43 años, abogado que vivía en la calle de Paseo Nuevo 623.

A diferencia de lo ocurrido con los anteriores, el bautismo del tercer hijo precedió al registro civil y se realizó quince días después del alumbramiento (el 27 de marzo) en la parroquia de San Miguel Arcángel de la ciudad de México. En la inscripción sacramental se asentó "es hijo póstumo legítimo del señor D. Mariano G. López y de la señora Elena Mateos", proporcionando los nombres de los abuelos tanto paternos como maternos, dejando así fuera de duda que se tratase de alguien con padres homónimos. Los padrinos del recién nacido fueron el Dr. don Rafael Silva y la Sra. Luz González Cosío de López.

Gracias a la información del acta anterior y a la referencia de que el marido había ya fallecido, procedimos a la búsqueda del acta de defunción del esposo. Su localización y lectura reportó algunas sorpresas:

[Al margen 1154. Mil ciento cincuenta y cuatro. López Mariano]. En la ciudad de México, a las 10 y 40 minutos de la mañana del día 12 de marzo de 1904 mil novecientos cuatro ante mí José B. Nava, juez del Registro del Estado Civil, compareció el ciudadano Antonio Mejía de México, mayor de edad, viudo, empleado, vive en la Plazuela de San Salvador el Verde, número 7 siete y declaró que ayer a la 1 una y 30 treinta minutos de la tarde en la casa numero 8 1/2 ocho y medio altos de la 3a tercera calle de Pane, falleció de neumonía el ciudadano Mariano López, según consta del certificado que suscrito por el Médico F. López se archiva con el número de esta acta y sello del Juzgado. El compareciente agregó que el finado era originario de Zacatecas de 43 cuarenta y tres años, dentista, casado con Elena Mateos, de México, hijo de los finados Mariano López y Francisca Sánchez Román. Fueron testigos los ciudadanos Enrique Amador y Antonio Garcilazo, de México, mayores de edad, solteros, empleados, viven en la calle de la Mariscala número 3 tres. Se dio boleta para el Panteón Francés. Leída esta acta la ratificaron y firmaron. José B. Nava, A Mejía, E. Amador, A. Garcilazo.

Sorpresivamente, entre el nacimiento del hijo (póstumo) y el fallecimiento del padre habían transcurrido solo unas horas. Este último ocurría además en un domicilio distinto al que su viuda reportaba como el de su domicilio. ¿Era este un indicativo de que el matrimonio ya no compartía vivienda conyugal? De ser así, y dependiendo de las circunstancias que pudieran haber ocasionado la separación, quizá Elena Mateos no supo dónde fue asentada el acta de defunción del esposo.

A partir de aquí y con estos elementos, no cabe la existencia de ningún hijo posterior del matrimonio de don Mariano G. López y doña Elena Mateos, quien viuda tuvo que enfrentar la crianza de los hijos sin la figura del esposo.

El más pequeño de los hijos, Rafael Fernando, falleció cuando contaba apenas un año y un mes, el 26 de abril de 1905, y fue enterrado en el Panteón Francés.

Transcurridos casi tres años del deceso de su esposo, doña Elena Mateos llevó a bautizar una nueva hija en el templo de San Cosme y San Damián, la cual nació el 8 de enero de 1907 y fue apadrinada por don Adolfo Artabe y Natalia Vilar de Enríquez. A la niña se le puso el nombre de María Esperanza Adolfina, murió en el año 1951.

Al año siguiente, 1908, concretamente el día 26 de mayo, otra criatura más nació en el número 66, de la 4.a Calle de Altamirano, de la ciudad de México, de sexo varón, y fue bautizado en San Cosme, el 12 de enero de 1911, con los nombres de Adolfo Felipe Neri, siendo apadrinado por don Mariano López y Mateos y la señorita Tovar.

[Al margen: Partida número 1135. Adolfo Felipe Neri] En la parroquia de San Cosme a doce de enero de mil novecientos once. Yo el Pbro. Leonardo Penalba, vicario de la misma, bauticé solemnemente a un niño que nació el día veintiséis de mayo de mil novecientos ocho en la 4a calle de Altamirano número 66 a quien puse por nombres Adolfo Felipe Neri hijo natural de la Sra. Elena Mateos. Fueron sus padrinos Dn Mariano López y Mateos y la Srita. Tovar a quienes advertí sus obligaciones y parentesco espiritual. Doy fe. Enrique Servín. Pbro. [firmado y rubricado] Leonardo Penalba [firmado y rubricado].



Figura 1. Partida de bautismo de Adolfo López Mateos. 

Tres años tardó la madre Elena Mateos en bautizarlo y cuatro en registrar civilmente el nacimiento de su hijo, efectuándolo el 26 de febrero de 1912.

[Al margen: 203 Doscientos tres. Mateos Adolfo] En la Ciudad de México, a las 4 cuatro y 40 cuarenta minutos de la tarde del día 26 de febrero de 1912 mil novecientos doce, ante mí Ricardo Guerrero Garnica, Juez auxiliar del Registro Civil, compareció la señora Elena Mateos, de México, de 30 treinta años, viuda, vive en la 7a séptima calle de Altamirano, número 66 sesenta y seis y presentó vivo al niño Adolfo Mateos que nació en la casa número 52, cincuenta y dos, de la 4a cuarta calle de Altamirano, el día 26 veintiséis de mayo del año de 1908 a las 5 cinco de la mañana, hijo natural de la compareciente quien pide expresamente que su nombre conste en esta acta. Fueron testigos los ciudadanos Manuel Ramírez y Ricardo Ramírez de México, de 23 veintitrés y 25 veinticinco años respectivamente, solteros, ingenieros, viven en Tacubaya, en la calle de San Miguel 1120, mil ciento veinte. Leída esta acta, la ratificaron y firmaron. R. G. Garnica. Elena Mateos. M. Ramírez. R. Ramírez. Rúbricas.



Figura 2. Acta de nacimiento de Adolfo López Mateos. 

Con el nacimiento de Adolfo, su último hijo, se cierra el ciclo reproductor de Elena Mateos. Treinta y siete años después falleció en la ciudad de México el 20 de mayo de 1945, y una lápida que recuerda su deceso se conserva en el Panteón Jardín de la Ciudad de México.

Hasta aquí la documentación localizada en ambos repositorios, civil y eclesiástico, del matrimonio López Mateos y la descendencia habida dentro y fuera del matrimonio. Las actas relativas a la descendencia del presidente se han omitido del presente trabajo por encontrarse vivos los involucrados.

Sobra decir que, como eran hijos naturales tanto Esperanza como Adolfo, sus inscripciones de bautismo no recogieron tan siquiera los nombres de los abuelos maternos de los niños, omisión que asimismo presentan las actas de hijos que no son de legítimo matrimonio en el Registro Civil de aquellos años.

Consideraciones finales

Todas las biografías de Adolfo López Mateos, presidente de México, nos lo presentan como hijo biológico de Mariano Gerardo López y de Elena Mateos. Algo que evidentemente es explicable por la similitud que se buscó desde la infancia con los otros hermanos mayores (Mariano José y Elena), haciéndolos pasar ante la sociedad como hijos legítimos, sin evidenciar la soltería -por viudedad- de la madre al concebir a los dos últimos. Posteriormente, la coyuntura y las circunstancias políticas de Adolfo propiciaron un maquillaje documental, tal y como hemos demostrado arriba, para sortear un escollo.

No queda duda de que este fue el generado por las leyes y donde la Constitución mexicana requería entonces, en su artículo 82, que para ser presidente del país se precisaba ser hijo de padres mexicanos por nacimiento. ¿Cómo demostrar, por tanto, que el padre no documentado de Adolfo López Mateos lo era?

La madre, Elena Mateos viuda de López, había tenido dos hijos más siendo ya viuda sin que se reportase quién era el padre de las criaturas. ¿Era esa la circunstancia que originaría el injerto de memoria, pesando por tanto el carácter moral de ser hijo de madre sin marido oficial? ¿O lo era el del rumor extendido entre la colonia española de que Gonzalo Amado Virgilio Juan de Murga y Suinaga, español nacido en Marquina, Vizcaya, llevaba años teniendo una relación estable con Elena Mateos y habían engendrado varios hijos?

No falta, como hemos mencionado, en el panorama historiográfico, la más reciente biografía -resultado de la pluma y conocimiento de los miembros del grupo familiar- que insiste en la filiación legítima y arremete contra la vox populi de las relaciones sostenidas por Elena Mateos con el español Gonzalo de Murga y Suinaga. Unas relaciones que han sido documentadas, a través de testimonios de historia oral y otros breves documentales (poco contundentes), por Regina Santiago y Xavier de Murga, y de los que incluso la Fundación Alfredo Harp Helú, en Oaxaca, adquirió, a través del maestro Francisco Toledo, en el año 2015.

Desde luego que no hay documento localizado, de carácter oficial, por el cual Gonzalo de Murga haya reconocido la paternidad de Esperanza y Adolfo; solo una carta de índole privado en el que se asienta lo anterior, así como el hecho de que también fue el padre biológico del hijo que tuvo Elena Mateos en 1904, Rafael Fernando.

¿Temían Adolfo López Mateos, o su madre, que se indagase al respecto? ¿De dónde partió la idea de construir un injerto falso en la memoria? ¿Qué papel desempeñó en ello el hermano mayor, quien había apadrinado a Adolfo, contando diez años de edad? Tal parece que los muertos se llevaron el secreto a la tumba.

La investigación realizada reporta que la familia López Mateos -y concretamente Elena Mateos- tenía plena conciencia de la importancia del registro (tanto del civil como del eclesiástico) para los miembros de su familia. La situación anómala, para su entorno social y para la época (en tanto que se daba fuera del vínculo matrimonial) en el nacimiento de los dos últimos de sus hijos propició que el esquema de realizar primero el registro eclesiástico y posteriormente el civil se insertara en la costumbre manifiesta años atrás de que eran más importantes los nexos espirituales que los civiles, situación que dominaría todavía varias décadas en el panorama mexicano del siglo XX y que hemos expuesto en la primera parte de este artículo.

A manera de colofón: un injerto documental de la memoria

La imagen con la que cerramos el presente artículo fue proporcionada gentilmente por Emilio Arellano, poseedor del legado oral y documental familiar y autor de la última biografía con los datos oficiales sobre Adolfo López Mateos:



Figura 3. Verso y reverso de supuesta acta notarial sobre el nacimiento de Adolfo López Mateos. 

Se trata de un acta notarial que, después de los documentos localizados, requiere, a nuestro entender, un profundo análisis. Un acta que coincide con la insólita narración contenida en la biografía de Armando de María y Campos.

Lo primero que llama la atención es que se trate de un documento resultado de la "fe pública" que tienen los notarios, supuestamente realizado en 1916 ante el notario Rafael Enríquez, y que hace referencia a un documento elaborado en 1908 por el notario de Tacubaya Antonio Díaz Soto y Gama, espacio geográfico urbano en el que vivían varios de los parientes de Adolfo, por el lado Mateos.

Sorprende que Elena Mateos tuviera, de acuerdo con el acta, todavía vivo a su marido en 1908 (quien, como hemos comprobado, estaba muerto desde 1904), además de que su propio padre, José Prefecto Mateos, seguía asimismo vivo en 1908 cuando había fallecido en 1902. No suficiente con estos errores en la presencia de los actores, según el documento el notario Rafael Enríquez tuvo como testigo de la certificación en 1916 a Juan Antonio Mateos, tío de Elena, quien estaba muerto desde 1913. Además de la presencia de estos fantasmas, el acta incurre en varias falsedades: se dice que el fin de esta es para trámites diversos en la "sucesión intestamentaria" del difunto Mariano López y Sánchez Román, "recientemente fallecido", cuando llevaba ya doce años muerto; la reiterada y repetitiva mención de "legítimo"; que fue bautizado en la capilla privada de la familia Mier y Celis, cuando hemos visto lo fue en la parroquia de San Cosme como hijo natural, y que uno de los padrinos fue el abuelo, José Perfecto, que murió en 1902 y no pudo apadrinar al nieto nacido en 1908, hablan por sí solos...

¿Por qué no se divulgó ampliamente el documento anterior en las biografías elaboradas? ¿Tendría que ver con el hecho de que el año de nacimiento no coincidía con el de 1910, manejado por los artífices de su biografía, y se generaría más ruido al respecto? ¿Se elaboró el documento para amparar el registro de Adolfo en la escuela y que se apellidase como el resto de sus hermanos?

En resumidas cuentas, las discriminaciones relativas al origen de la persona propiciaron, en el caso de Adolfo López Mateos, que se hayan tenido que sortear noticias poco transparentes en la elaboración de su biografía, de la misma forma que los afectados tuvieron que sortear las dificultades que la aparente ausencia documental "políticamente correcta" les frenaba. Ello ocurrió en unas décadas todavía plagadas de discriminaciones que tenían que ver tanto con el origen social como con el origen nacional, además de otras limitantes de índole moral, propiciando así que las biografías entraran en un espacio de "sombras y brumas", como manifestase el historiador Enrique Krauze al presentar la trayectoria de Adolfo López Mateos.

Con todo, la investigación documental sobre los orígenes del presidente López Mateos aquí tratada responde a interrogantes historiográficas desde el punto de vista genealógico, sin pretender emitir juicios de valor sobre los mismos o -como hemos aclarado anteriormente- sobre su desempeño.

Agradecimientos

Los autores agradecen a los colegas del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Nacional Autónoma de México y a los miembros del Seminario de Genealogía Mexicana sus observaciones, orientaciones y pertinentes comentarios, especialmente a Pilar Martínez, Omar Soto y Álvaro Celis.

Referencias

El acta de nacimiento de Mariano Francisco de la Trinidad, nacido en Tlaltenango, en 1860, de apellidos López Sánchez (hijo de Mariano López y de Francisca Sánchez, esta a su vez hija de Pedro Sánchez y Rafaela Román).

De Elena Mateos (registrada como Sóstenes Atenógenes Elena y bautizada como María Elena Sóstenes) existen tanto su acta civil, como la del bautismo. Para la primera relativa al nacimiento el 28 de noviembre de 1874.

La carta que Gonzalo de Murga y Suinaga escribió a su hijo Gonzalo el 26 de noviembre de 1927, y que conserva Xabier de Murga y Ródenas, fue divulgada por Alfonso Díez en http://www.codigodiez.mx/Textos%20ht/masrevelacionessobrealm.html. Sobre la descendencia de Gonzalo de Murga, cfr.



Javier Sanchiz Ruiz. Investigador del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Nacional Autónoma de México, en donde coordina en Seminario de Genealogía Mexicana. Miembro del SNI. Doctor en Historia por la misma universidad, es académico de número de la Academia Mexicana de Genealogía y Heráldica y miembro correspondiente en México de numerosas instituciones afines. Sus trabajos más recientes han sido publicados en el volumen colectivo Genealogía, Heráldica y Documentación.

Juan Gómez Gallardo Latapí. Licenciado en Diseño Industrial por la Universidad Iberoamericana. Ha impartido clases en la Universidad Iberoamericana y en la Universidad Anáhuac. Es académico electo de la Academia Mexicana de Genealogía y Heráldica, a la que pertenece desde 2009. Resultado del trabajo de investigación genealógica desarrollado en equipo con Javier Sanchiz es el trabajo "Las falsas paternidades del Padre de la Patria", publicado en 2012.

viernes, 9 de agosto de 2024

Mapa de Colotlán y comunidades aledañas en 1842

Por: José Alonso Serrano Campos

En un reciente acceso a los archivos del obispado de Zacatecas, se encontró junto al mapa del centro de Colotlán, fechado en 1842, este otro mapa que muestra las comunidades que tenían injerencia los sacerdotes de la época, cabe señalar que aunque este otro mapa no está tampoco firmado, forma parte de un expediente adjunto al otro mapa, con el mismo tipo de letra, en hojas idénticas y por lo que también podría ser del mismo puño y letra del sacerdote en aquel entonces encargado del Curato de Colotlán, Dn. José Tadeo Suarez.

Gracias infinitas al padre Jorge Gordiano por su ayuda para que estos interesantes documentos se puedan compartir con todos los colotlenses:

En este mapa se señalan en una circunferencia perfecta varias comunidades y su distancia en leguas, también en la parte inferior contiene dibujada una escala donde señala que cada legua es de 5.000 varas cada legua.

Comenzando por el norte se encuentran: Tepetongo, Vívoras y Huejucar, a 13, 11 y 8 leguas respectivamente; también menciona El Cuidado, Tlalcosahua, Santa María y Santiago, más a la derecha a Huacasco. Luego Sauz de los Márquez, Carrizal, Coculitén y al sur Aguagorda (3), Momax (5) y Tlaltenango (12).

Del lado izquierdo Totatiche (8), “Hipazote” (Hepazote) y Monte de Escobedo, finalmente arriba Santa Tereza y María de la Torre.

En la parte inferior un texto manuscrito que dice:

Acta 1ª La distancia de los lugares a Colotlán cabecera del Distrito de su nombre, anotadas en el mapa, se consideran por viento; pero en razón de no ser fragosos los caminos, también se calculan con poca diferencia por tierra.

2ª Colotlán tiene la capital del Departamento a que pertenece a 50 leguas de distancia por viento al sur-su-este, y se calcula que por las fragosidades del camino que en partes es muy barrancoso tendrá 10 leguas más; por lo que habrá entonces, de Colotlán a Guadalajara por tierra 60 leguas.

3ª todos los lugares señalados con asterisco de tinta roja son extraños al partido y pertenecen al departamento de Zacatecas, excepto el pueblo de Totatiche que aunque tampoco es de este mismo partido, es de el de Bolaños que está subalternado a este distrito.



jueves, 8 de agosto de 2024

Historia de la EST #17 antes ETA #289 en Colotlán

Breve recuento de los hechos más destacados en el marco de los 50 años de la Secundaria Técnica en Colotlán publicados en el libro conmemorativo por el maestro José Luis Carrillo Sandoval y el periodista Francisco Vázquez Mendoza.

------------

 La enseñanza técnica

Este es un recuento del contexto educativo en los años sesenta en México, en que se promovía una enseñanza técnica que desarrollaría habilidades en los alumnos. De esta manera, se crearon las condiciones para que una Escuela Tecnológica Agropecuaria llegara a Colotlán.

No es la intención hacer una descripción detallada del panorama educativo nacional a fines de los años sesenta y principios de los setenta, en la que se dio un gran impulso a la educación técnica, al crearse diversas instituciones que promovieron este tipo de educación en el país, como las Escuelas Técnicas Industriales o las Escuelas Tecnológicas Agropecuarias. Sin embargo, se hace necesario presentar un breve marco histórico sobre algunas de las condiciones que enmarcaban el Sistema Educativo para conocer cómo se fue gestionando la fundación de la Escuela Tecnológica Agropecuaria 289 en Colotlán, Jalisco.

Aunque la educación técnica data de muchos años atrás en la historia de México, como referencia, se presentan algunas acciones realizadas por el gobierno de Adolfo López Mateos, quien le dio un impulso sin precedentes al crear la Subsecretaría de Enseñanza Técnica y Superior, designando como titular a un exalumno distinguido de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica, Ing. Víctor Bravo Ahuja, quien años más tarde se convertiría en Secretario de Educación Pública. Entre otras acciones educativas y para ofrecer a la ciudadanía espacios para que aprendiera un oficio o una carrera técnica, creó en 1963 los llamados Centros de Capacitación para el Trabajo, mismos que a la postre y sobre todo ya en el gobierno de Gustavo Días Ordaz, se convertirían, al igual que otros centros educativos, en las primeras Escuelas Tecnológicas la Agropecuarias o en otras del mismo tipo, lo que ocurriría durante los últimos años de la década de los sesenta y primeros años de los setenta.

De hecho, fue durante el periodo del licenciado Adolfo López Mateos cuando la Secretaría de Educación Pública reestructura los planes de estudios de la educación secundaria, dando origen a la secundaria técnica. "En este tipo de secundaria se imparten materias académicas para obtener los conocimientos necesarios para continuar estudios superiores, y a la vez capacita a los alumnos en adiestramientos industriales, agrícolas o comerciales, específicos de la región, con el propósito de que quienes no puedan proseguir sus estudios superiores, cuenten con las competencias para incorporarse decorosamente a la vida productiva del lugar".

Se puede decir que durante el gobierno de Díaz Ordaz se dio seguimiento al desarrollo de la educación técnica, a fin de buscar el mejoramiento de las condiciones del campo, la industria, la ciencia y la tecnología del país. Algunas de las evidencias de lo anterior, fue la creación en 1966 de la Escuela Nacional de Maestros de Capacitación para el Trabajo Industrial (ENAMACTI) orientada a formar personal docente para las actividades tecnológicas, más tarde, en 1968 se crearon los Centro de Estudios Tecnológicos, con el propósito de ofrecer formación profesional del nivel medio superior en el área industrial.

Durante el sexenio de Díaz Ordaz se continuó con la construcción de nuevas escuelas técnicas y con el reacondicionamiento de otras, que como ya dijimos, trabajaban como centros de capacitación para el trabajo y otras con distinta denominación. Se dio gran impulso al Instituto Politécnico Nacional aumentando su cobertura, mejorando sus políticas educativas y sus planes y programas de estudio.

Fue en los últimos años de este sexenio cuando se empieza a gestar la Reforma Educativa que detonaría en un gran auge de la educación técnica en el país y el mejoramiento de la educación en general.

Como sabemos, toda reforma nace por la necesidad de cambiar el status-quo que se vuelve inoperante en un momento dado en la vida de las instituciones o de la misma sociedad. Se puede decir, que en materia educativa las reformas deben nacer de la necesidad de modernizar, mejorar o actualizar los sistemas educativos que ya no responden a las demandas y requerimientos sociales de la época.

En el mejor de los casos, los gobiernos visionarios advierten cuando debe de reformarse la vida de las instituciones y en este caso particular, el Sistema Educativo Nacional. Sin embargo, no siempre es así, muchas veces los gobiernos son rebasados por la sociedad, o por grupos sociales que se organizan para presionar a éstos, a que traten de mejorar las condiciones de las entidades, y en educación se requería urgentemente un cambio que hiciera de la educación un derecho para todos los mexicanos, por lo que se proponía trabajar en el tema de la cobertura educativa ya que, sobre todo, el medio rural carecía de muchas oportunidades para que su población pudiera ingresar al nivel medio superior y superior. Aunque no sólo se trataba de la cobertura, sino también de la calidad educativa, es decir, que respondiera a las necesidades de la población rural y urbana, que formara jóvenes para que no tuvieran que salirse de su contexto en busca de empleo o en el mejor de los casos para detener un poco la migración hacia los Estados Unidos, en busca de mejores condiciones de vida

Si recordamos, en 1968 sucedió en México el Movimiento Estudiantil, que se manifestó en una enérgica protesta al gobierno de Díaz Ordaz para que mejorara diversas áreas de la vida social a través de políticas públicas, que contribuyeran a una mejor distribución de la riqueza y de las oportunidades. Aunque dicho movimiento fue reprimido por las autoridades, trajo consigo una serie de cambios en los diversos ámbitos de la vida pública, pero cabe mencionar sus repercusiones en materia educativa.

"Uno de los mayores legados del Movimiento del 68 fue un importante cambio en la educación pública, especialmente a nivel medio y superior, que permitió, entre otras cosas, la ampliación de lugares para recibir a más alumnos y diversas reformas a leyes que hasta entonces estaban vigentes.

De hecho, la reforma a la educación fue una de las banderas que tomaron los gobiernos de Gustavo Díaz Ordaz y de Luis Echeverría Álvarez para tratar de atender lo que, según consideraron, era el punto principal de las protestas de quienes participaron en el Movimiento Estudiantil".

De tal manera que después de dicho suceso, "se hicieron planes para expandir la capacidad instalada de educación básica y secundaria, crecer la matrícula en los niveles de educación media y superior, atender la educación para adultos, actualizar métodos de enseñanza, reestructurar los programas educativos y, final-mente, expedir un Ley Federal de Educación que remplazó a la legislación que estaba vigente desde 1941. En ese contexto, surgieron instituciones educativas como el Colegio de Bachilleres y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt); además de que las escuelas vocacionales del Instituto Politécnico Nacional se transformaron en Centros de Estudios Científicos y Tecnológicos (Cecyt)".

En este orden de ideas, la reforma educativa que se concretó en 1970 inició su gestación desde 1969 con la Asamblea Plenaria del Consejo Nacional Técnico de la Educación (CONALTE), a la que asistieron delegados de toda la República Mexicana para hacer planteamientos al gobierno sobre aquellas áreas o aspectos que debían ser reformados en materia educativa.

"Los resultados de esta Asamblea se concentraron en un documento que contenía todas las propuestas aprobadas por el pleno de la misma para reformar la educación, mismo que fue entregado a los diferentes organismos técnicos de la SEP para su análisis, estudio y aplicación posterior".

Por supuesto que la concreción de la reforma ya no sería en el sexenio del presidente Gustavo Díaz Ordaz, puesto que el primero de diciembre de 1970 entregaría la administración del país al licenciado Luis Echeverría Álvarez, quien con el apoyo de su eficiente Secretario de Educación, el Ingeniero Víctor Bravo Ahuja, haría realidad muchas de las propuestas planteadas en la citada Octava Asamblea Ordinaria.

Cabe mencionar uno de los planteamientos que hizo el licenciado Echeverría Álvarez en su discurso de Toma de Posesión Presidencial: "Todos nuestros problemas desembocan o se relacionan con uno solo: el de la educación... hagamos de cada aula un agente dinámico de cambio social, del progreso científico y del desarrollo económico (... Que surja de la escuela la nación que ambicionamos ser (...) Es preciso que el campesino aprenda a transformar su medio y pueda incorporarse a la economía contemporánea y que la industria y los talleres se enlacen estrechamente con la escuela para volverla más productiva".

Entre las acciones realizadas para mejorar la educación, se implementaron políticas públicas para incrementar su cobertura y llegara cada vez más a los estratos más vulnerables y apartados del país, es decir, al medio rural. Se prosiguió con la idea de fortalecer la educación técnica por lo que se continuó con el incremento de Escuelas Tecnológicas Agropecuarias a lo largo del país, a fin de concretar esa idea de tecnificar el campo y la producción agropecuaria, sobre todo en lugares que tradicionalmente presentaban mayor grado de marginación.

Además, como se esperaba, hubo una reestructuración en el organigrama de la Secretaría de Educación Pública para crear direcciones e instancias que fueran acordes a la nueva política educativa.

De acuerdo a lo anterior, y por órdenes del presidente Luis Echeverría Álvarez, el 24 de agosto de 1971 es creada la Dirección General de Educación Tecnológica Agropecuaria (DGETA), misma que en un principio ofrecía capacitación para el trabajo agropecuario y forestal, formación de profesores de capacitación para el trabajo agropecuario (que desempeñaban sus labores en las escuelas agropecuarias) y en educación superior agropecuaria y forestal.

Alguno de los beneficios de la creación de la DGETA fue la multiplicación de las Escuelas Tecnológicas Agropecuarias en todo el país, que ya venían funcionando desde su creación en 1967 y que tuvieron su auge y gloria en los años setenta.

En sus inicios, estas escuelas pertenecían al nivel de Enseñanza Media y años más tarde se trasladan al nivel de Educación Básica, hasta la fecha.

Desde su creación, estas instituciones, en muchos sentidos, revolucionaron el nivel de la educación secundaria puesto que, a cada escuela, al crearse, no sólo se le dotaba de un inmueble y una plantilla de personal para las actividades académicas, sino que era requisito dotarlas de una parcela con una extensión mínima de 20 hectáreas para las prácticas sobre técnicas agrícolas y agropecuarias y el personal capacitado para la enseñanza de estas materias.

Es así como se crearon las condiciones desde el ámbito educativo federal para que la enseñanza técnica llegara a Colotlán.


Una escuela tecnológica para Colotlán 

Hace cincuenta años Colotlán tenía un rezago educativo importante. José Luis Carrillo, integrante de la primera generación, nos cuenta el contexto del pueblo en 1973 y nos ofrece detalles de los primeros años de la Escuela Tecnológica Agropecuaria.

A finales de los años sesenta, Colotlán presentaba un rezago socioeconómico significativo, su población, que rondaba los 14 mil 300 habitantes, apenas si contaba con los servicios básicos como la energía eléctrica, el agua potable y el drenaje, aunque no todos los barrios y mucho menos las comunidades.

Por hablar de los servicios más elementales, como es la salud y la educación, en el caso de la primera se contaba solo con tres médicos particulares y la Secretaría de Salud y Asistencia (SSA), hoy Secretaría de Salud, prestaba los servicios básicos en el Centro de Salud ubicado en el Barrio de Chi-huahua, en el cruce de la calle Guerrero y el Callejón Quiteria, en el inmueble que hoy ocupan las oficinas de la Jurisdicción Sanitaria No. 01 de la Región Norte de Jalisco. En materia de educación, el atraso no era menor, sólo contaba con tres escuelas primarias en la cabecera municipal y en el nivel de educación secundaria aún no se contaba con una escuela oficial, por lo que gran parte de los egresados de educación primaria se quedaban con sólo ese nivel de estudios.

Gracias a la buena voluntad de varios profesores y de las autoridades locales se abrió en 1958 la Escuela Secundaria Mixta por Cooperación. Aunque el personal docente y directivo recibía una muy modesta remuneración, la mayoría de los padres de familia no estaba en condiciones de aportarla, quedándose así muchos adolescentes sin poder ejercer su derecho a la educación. Esta escuela prestaba el servicio educativo por las tardes, ya que en el mismo edificio funcionaba la Escuela Primaria "Niños Héroes" en el turno matutino. Cabe decir que, con todo y las carencias de esta secundaria por cooperación, logró sacar adelante a varias generaciones de alumnos hasta el momento de hacerse escuela oficial en 1975, año en el que pasó a ser la Secundaria Foránea Núm. 13, con carácter oficial dependiente del subsistema estatal.

De esta manera, Colotlán entra a la década de los setenta sin una secundaria oficial, y si eso sucedía en este municipio, cabecera de región, en el resto de los municipios de la zona norte de Jalisco el rezago era más acentuado. Así, la necesidad de una secundaria oficial crecía año con año, puesto que la población de estudiantes que demandaban este servicio era cada vez mayor y la Secundaria por Cooperación no podía atenderla por la falta de recursos económicos.

Fue hasta el año de 1972 en que un grupo de padres de familia y profesores, en coordinación con la autoridad local, gestionaron la creación de una secundaria oficial en este municipio. Iniciaron por concertar una cita con el entonces Diputado Local por el Distrito Electoral No. 1, el C. José Mendoza Padilla aprovechando una visita a la región, durante la cual le entregaron un documento firmado por autoridades, profesores y padres de familia, en donde solicitaban la creación de una Escuela Secundaria Técnica. La respuesta no tardó. En diciembre de 1972 se celebró una reunión en la Presidencia de Colotlán en la que estuvieron presentes el citado Diputado Local, el presidente municipal, Antonio Sánchez de León y varios profesores y padres de familia, así como organizaciones de la sociedad civil. Entonces se vivía el auge de las escuelas secundarias técnicas para promover el desarrollo y el mejoramiento de la producción industrial, agrícola, ganadera y pesquera, por lo que se pensó en una de este tipo.

En la reunión, el presidente municipal explicó a los presentes, que para crearse una Secundaria Técnica Industrial se requería un terreno de por lo menos cinco mil metros cuadrados y para una Escuela Tecnológica Agropecuaria se necesitaba un terreno de no menos de 20 Has. Por lo anterior se dio un mes para buscar un terreno de esta última dimensión, ya que, por las características de la región, cuya vocación es agrícola y ganadera, se inclinaron por la segunda alternativa. En esa misma reunión se conformó el Comité Proconstrucción de la Escuela Tecnológica Agropecuaria 289, quedando como se describe a continuación:

o PRESIDENTE: C. ELISEO CASTAÑEDA VALDÉS

o SECRETARIO: PROFR. FELIPE VALDEZ PACHECO

o TESORERO: DR. ENRIQUE LEYVA URBINA

o TER. VOCAL: PROFR. VÍCTOR MANUEL MÁRQUEZ HUÍZAR

o 2DO. VOCAL: J. GERTRUDIS RAMOS ESTRADA

o 3ER. VOCAL: ING. JAVIER AVILA MARES

Entre otras personas que apoyaron la gestión y también aparecen como vocales son:

o Profra. Clementina De León Sánchez

o Profra. Soledad Sánchez

o Profra. Silvia Montañez Talamantes

o Profr. Heriberto Ávila Ávila

o C. José Encarnación Navarro

o C. Luis Mayorga D.

o C. María Del Carmen Frausto y otros

FUENTE: Acta de reunión fechada el 19 de diciembre de 1972.

Una vez conformado el Comité, el trabajo no fue fácil. Una de las primeras acciones fue conseguir el terreno de 20 has. Así, unos meses más tarde se informaba a las autoridades estatales de la consecución de un terreno, el cual se consiguió antes del tiempo estipulado y ocho meses después, en agosto de 1973, el Gobierno del Estado adquiría parte de ese terreno denominado "La Cementera", ubicado en la Carretera Federal 23 Colotlán-Jerez, Zac., en las inmediaciones de lo que hoy es el Centro Universitario del Norte, de la Universidad de Guadalajara y la cabecera municipal de Santa María de Los Ángeles, Jalisco.

A unos 6.5 kilómetros de distancia de Colotlán. La transacción del terreno se hizo por conducto del dueño del mismo, Sr. Benjamín Sánchez Robles y el Gobernador del Estado, Lic. Alberto Orozco Romero, por un monto de 350 mil pesos, dando un monto inicial y el resto a la firma de la escritura.


La rumorología

Desde los primeros meses de 1973, se rumoraba en Colotlán la creación de una secundaria oficial, generando todo tipo de comentarios y de altas expectativas entre la población, sobre todo en los adolescentes que estaban por terminar la educación primaria en la generación 1972 - 1973, puesto que serían ellos los primeros beneficiarios.

Entre otras cosas, se comentaba que sería una escuela muy grande, con suficientes aulas muy bien equipadas, con instalaciones como: talleres, canchas deportivas, alberca, laboratorios y un gran terreno para hacer prácticas y aprender técnicas agrícolas y ganaderas. También se decía que contaría con personal altamente capacitado, incluso, que los egresados terminarían sus estudios con un documento que certificaría que estaban aptos para ejercer algún oficio como: carpintería, soldadura y electricidad, industrias rurales o la crianza de ganado y la agricultura.

Quienes egresaron del nivel de primaria en junio de 1973 fueron muy afortunados, pues sería el momento justo en el que iniciara labores la nueva escuela secundaria en Colotlán, a ellos les tocaría estrenar la institución educativa. Pero no sólo a ellos, varios alumnos que ya había cursado el primer ciclo de educación secundaria en la Mixta por Cooperación se dieron de baja y se inscribieron en la Escuela Tecnológica Agropecuaria 289. A decir de algunos de ellos, no se arrepintieron de haber repetido un ciclo escolar de educación secundaria; según ellos, valió la pena el cambio.

Y se llegó el día de la inauguración... Todas las instituciones educativas del municipio habían iniciado desde septiembre el ciclo escolar 1973 - 1974, menos la ETA. Aún no se concretaban los trámites, faltaba resolver algunos pendientes de la plantilla de docentes y una pequeña parte de material de oficina y mobiliario escolar. Una vez resueltos los últimos pendientes, se preparó todo para que se inaugurara el primero de octubre de 1973, en el que las autoridades civiles y educativas se dieron cita en el recién construido plantel para llevar a cabo el protocolo correspondiente, mismo que se hizo estando presente un representante del Gobierno del Estado, el señor Presidente Municipal, los miembros del Patronato Proconstrucción de la escuela y quien sería el primer director de la escuela, Roberto Loera Perea. Además de las autoridades, se contó con la presencia de quienes conformaron el cuerpo directivo, docente, administrativo y de servicios, así como 110 adolescentes con ganas de vivir la experiencia educativa que esta institución ofertaba.

Entre otras personalidades presentes en el protocolo de inauguración de la ETA 289 fueron: Lic. Antonio Sánchez De León, Presidente Municipal; señor Luis Humberto Gálvez Pérez, Tesorero Municipal; Salvador Santoyo, Oficial Mayor del Ayuntamiento; el doctor Enrique Leyva Urbina; Eliseo Castañeda Valdés, los profesores Felipe Valdez Pacheco, J. Gertrudis Ramos Estrada, Azael Ku Balán y Antonio Venaderos.

El personal directivo, docente, administrativo y de servicios era el siguiente:

o Director: Maestro Roberto Loera Perea

o Secretaria: Esther Horcasitas Reyes.

o Docentes:

o Ciencias Sociales: Francisco Chávez Rubio.

o Ciencias Naturales: Nélida Azuara Barragán.

o Matemáticas: Gustavo Vaquera Contreras +.

o Español: Rafael Monroy Sánchez.

o Orientación Vocacional: Clementina

o De Léon Sánchez (sólo de Oct - Dic).

o Agricultura e Industrias Rurales: Enrique Ovalle Pérez.

o Ganadería: Elías Molina García.

o Taller Básico: Alfredo Ramírez Cruz.

o Auxiliares de Intendencia:

o Pedro Sierra +.

o Manuel Vázquez Valdés.

o Manuel Huízar Pacheco.


Al siguiente ciclo escolar 1974/75, se incorpora Santa García García sustituyendo a Francisco Chávez Rubio y la maestra Aydé González Arámbula sustituye a Nélida Azuara, el maestro Jaime Salas Pinal llega por Gustavo Vaquera Contreras, ya que se fueron por cambio de adscripción. También se incorporó la maestra Clementina de León, pero a la asignatura de Inglés. Llegaron dos auxiliares administrativos, María Concepción Pinedo Vega y Macrina Pinedo Pinedo.


Los primeros años, mucho trabajo

Como toda institución que inicia, la ETA 289 lo hizo con lo más elemental, dos aulas, un laboratorio para física, química y biología, un taller sin maquinaria, un espacio para la cooperativa escolar, los sanitarios, un espacio para la dirección y un patio cívico. No se contaba con canchas deportivas, se improvisaba una de volibol y una de futbol en alguna parte del terreno sin construir, la cancha de básquet bol se construyó en el segundo año de funciones de la escuela.

El personal directivo, docente y de servicios de la escuela, así como los padres de familia y el mismo alumnado tuvieron que colaborar y trabajar para transformar la institución, cosa que todos hacían con mucho gusto gracias al liderazgo que ejercía el director. Entre otras actividades que se hacían eran: deshierbar y limpiar el terreno, reforestar y regar los árboles, acarreo de piedra y arena del río, el cual no queda lejos del inmueble, y todo lo que era necesario para que la escuela luciera cada día mejor. Lo mismo se hacía en el terreno donde se construyó la escuela como en el terreno donde se hacían las actividades agrícolas, en "La cementera", al cual se asistía en la clase de agricultura y se hacían actividades como deshierbar, regar, labrar la tierra y cosechar.

Se contaba con un pequeño tractor, el titular de la materia daba clases de manejo a los alumnos.

De esa misma manera se construyeron las zahúrdas, corrales para aves, huertos familiares, etcétera.

Se compraron los primeros cerdos y en los huertos se cultivaban jitomates, rábanos, zanahorias, cebollas y otros.

Todo marchaba bien en la escuela porque existía una coordinación entre el director, el personal y los padres de familia, quienes a su vez estaban pendientes del desempeño escolar de sus hijos.


El financiamiento para actividades agropecuarias

Una forma de obtener recursos para las diferentes actividades agropecuarias que se emprendían, fue la conformación de una cooperativa, tipo compra de acciones, que era como una cuota que los padres de familia, a través de los alumnos, aportaban y con ella se compraban los insumos necesarios para esas actividades y al final del ciclo escolar se le entregaba al papá o a su hijo el capital que había puesto, más las ganancias que había generado por las actividades realizadas. Por supuesto que había quienes reinvertían el capital o todo el monto recibido para seguir financiando ese tipo de actividades que realizaba la escuela).

Las primeras generaciones de la Escuela Tecnológica Agropecuaria 289 asistían a la escuela por la mañana y por la tarde, durante el horario matutino de 7:00 am a 1:00 pm. Se impartían las materias de Español, Matemáticas, Ciencias Sociales, Ciencias Naturales, Educación Física. Y en horario vespertino de 3:00 a 7:00 se impartían las tecnologías y talleres como Agricultura, Ganadería, Industrias Rurales, Apicultura, Soldadura y Electricidad, Deportes, Danza, Pintura, Dibujo, Teatro, Música, Declamación, Oratoria, etcétera.

Cabe mencionar que la ETA hacía actividades de proyección a la comunidad, entre otras, La Hora Social, que consistía en un programa artístico literario que se desarrollaba en la plaza principal o en un lugar público para que la población lo disfrutara y se diera cuenta de las actividades que realizaban los alumnos en la escuela, así mismo se realizaban exposiciones de los trabajos realizados.


El ambiente escolar

Las autoridades escolares y los docentes generaban un ambiente basado en la disciplina, la productividad, la responsabilidad y el respeto, por lo que se generaba una convivencia armónica entre el alumnado, los docentes, padres de familia y toda la comunidad escolar. Cuando había algún incidente o alguien cometía alguna falta, rápidamente se le pedía presentarse en la dirección y si el caso lo ameritaba se llamaba al padre de familia, a quien se informaba lo que estaba pasando. De esa manera no se dejaban crecer los problemas y la solución era pensada en el bien del alumno y que éste no perdiera su derecho a la educación.

Para que no fueran tan notables las diferencias sociales o económicas entre los estudiantes, se implantó un uniforme escolar obligatorio, era de color caqui, con corbata, había el de gala y el ordinario.

Sólo los miércoles era día en el que se podía vestir con la ropa que cada uno tuviera o quisiera, con su ropa personal. El corte de pelo debía ser corto, si alguien se lo dejaba largo, el director lo invitaba a que se lo cortara y por lo general atendían su observación. Pocos mostraban rebeldía ante la autoridad, sabían que, si lo hacían, el director contaba con el apoyo de los padres de familia.

Los desfiles de las diferentes celebraciones cívicas, como hasta la fecha, el contingente de la Escuela Tecnológica Agropecuaria 289 era el atractivo, la gente se esperaba a ver qué novedad presentaba y por lo general eran cuadros plásticos en los que representaban los sucesos que se conmemoraban, también presentaban pirámides, saltos de garrocha, salto de altura, saltos al aro de fuego, y otros espectáculos deportivos o artísticos como tablas rítmicas y bailables o cantos alusivos).

Hasta la fecha, estas escuelas, hoy llamadas Secundarias Técnicas, han dado una atención especial al deporte, se trabaja como una disciplina que ayuda a los adolescentes a "descargar" sanamente su energía y a canalizarla positivamente. Por lo anterior, cada año se organizaban los juegos INTER-ETAS, hoy INTER-SECUNDARIAS TÉCNICAS, en los que se participaba inicialmente a nivel interno para sacar selecciones y posteriormente a nivel regional, para después asistir a los eventos estatales; aunque cabe mencionar que no sólo son deportivos, sino también académicos y culturales, compitiendo en ellos los alumnos más destacados en cada disciplina deportiva, académica o artística).

Como es sabido, cada director, con el tipo de liderazgo que ejerza, imprime su "sello" en la gestión que realiza y de ello depende la aceptación, el reconocimiento, la productividad y el prestigio que tienen los centros escolares. En el caso del primer director, tal vez por las circunstancias de ser una escuela en pleno nacimiento, las condiciones le obligaron a realizar acciones diversas para atender cada una de las problemáticas que presentaba la nueva institución. Una de sus grandes habilidades es que hizo amistad con los personajes que dominaban la política y con aquellos que ostentaban puestos de autoridad en los gobiernos locales, lo que le facilitó muchas veces la solución a los grandes retos que implicó su función al frente de la escuela, lo que hizo ganarse el aprecio y sobre todo el reconocimiento de alumnos, padres de familia y de la población en general.


Los años setenta

Durante los años setenta y principios de los ochenta, la atinada gestión del profesor Roberto Loera Perea hizo que esta escuela viviera una de las épocas más productivas y de mayor liderazgo en el municipio y la región. Poco a poco se iba consolidando tanto en materia de infraestructura y equipamiento escolar, como en la mejora de la plantilla docente y de servicios, lo que hacía que la gente percibiera que el personal hacía una labor educativa relevante y significativa a favor de sus alumnos.

A mediados del ciclo 1975 - 1976 se empiezan a hacer los preparativos para el egreso de la primera generación de alumnos; la escuela está lista para entregar a la sociedad a un grupo de jóvenes preparados y dispuestos a proseguir con sus estudios a nivel de bachillerato. El profesor responsable de Orientación Educativa hizo lo propio, aplicando diferentes exámenes y entrevistas a futuros egresados para apoyarlos a tomar la mejor decisión para elegir el tipo de bachillerato que habrían de cursar, puesto que nos invitaban a seguir en el mismo tipo de instituciones técnicas, industriales o agropecuarias.

El director inició con reuniones con padres de familia para preparar la ceremonia y los eventos de clausura, así como para motivarlos a que siguieran apoyando a sus hijos en su preparación académica hacia una carrera profesional.

Fue el día 30 de junio de 1976 la ceremonia de graduación de aquella primera generación de egresados.

Era tanto el interés del director porque los egresados de la ETA 289 siguieran estudiando que, al saber que no se contaba con una institución a nivel de bachillerato en la región, él mismo gestionó una preparatoria que dependiera de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, que funcionó sólo una parte del ciclo escolar 1976 -1977, institución que recibió a algunos egresados de la citada escuela y de la Secundaria Foránea recién oficializada. También, por ese tiempo funcionaba en Colotlán una Escuela Normal Para Profesores de Educación Primaria, en Servicio con Sistema Abierto (ENPEPSSA) que preparaba a docentes que ya laboraban en escuelas, pero carecían de un título. Esta escuela formadora de docentes abrió las puertas a algunos solicitantes egresados de la ETA adquiriendo posteriormente el título de Profesores de Educación Primaria. Hubo también quien ingresó a la Academia Comercial "Pitman", que preparaba a jóvenes para el trabajo en oficinas como Auxiliar en Contabilidad, Mecanografía, Archivonomía, etcétera. Aquellos exalumnos, cuyos padres hicieron el esfuerzo por enviarlos a estudiar fuera de Colotlán, ingresaron a preparatorias de Zacatecas, Aguascalientes, Guadalajara y otros lugares que les ofrecían condiciones para llevar a cabo ese nivel de estudios. En el ramo de la Educación Tecnológica Agropecuaria, la institución que ofrecía estudios a nivel bachillerato con carrera técnica, eran los Centros de Estudios Tecnológicos Agropecuarios, y uno de los más cercanos era el CETA 30 de Pabellón de Arteaga, Aguascalientes, al que no faltó quien se inscribiera al mismo.

Para fortuna de los egresados de la primera y segunda generación de la ETA, en el ciclo escolar 1977 - 1978 se crea la Escuela Normal Experimental de Colotlán, Jalisco. ENECO, que absorbe a gran cantidad de esos egresados de secundaria, ya que en ese tiempo este era el nivel antecedente a la Educación Normal. La preparatoria gestionada por el maestro Loera Perea cerró pronto sus puertas, puesto que, por un lado, no se logró la incorporación a la Universidad Autónoma de Aguascalientes y por otro, para ese tiempo (1978) se iniciaron las gestiones para crear una preparatoria de la Universidad de Guadalajara. Aunque abrió sus puertas hasta el día 8 de septiembre de 1980.

Durante el año de 1978, la Secretaría de Educación Pública hace una reingeniería en la Dirección General de Educación Tecnológica Agropecuaria (DGTA) y crea la Dirección General de Educación Secundaria Técnica, lo que dio pie a que las Escuelas Tecnológicas Agropecuarias (ETA) se transformaran en Escuelas Secundarias Técnicas (EST), así la ETA 289 se transforma en EST 17. Cabe mencionar que la ETA 289 pertenecía al Estado de Aguascalientes y posteriormente a Zacatecas, ya que la subdirección a la que pertenecían estaba administrada por regiones. Al convertirse en EST todas pasaron a administrarse por sus propias entidades federativa, en este caso, lo que es hoy la Secretaría de Educación Jalisco.

Tanto la Escuela Normal como la Preparatoria Regional de Colotlán, vinieron a representar un parteaguas en la educación del municipio y de la región, y años más tarde, en marzo del año 2000, el Centro Universitario del Norte, de la Universidad de Guadalajara, generó un impulso trascendental en la vida cultural, educativa, económica y social de nuestra región. La presencia de esas instituciones de nivel medio superior y superior aumentó significativamente el nivel académico de los habitantes de la zona norte de Jalisco y sur de Zacatecas, puesto que ya no se tenía que emigrar a otros lugares para poder estudiar y la gente de bajos recursos, con un poco de esfuerzo pudieron y actualmente pueden dar educación superior a sus hijos. Se hace la anterior referencia en el sentido de que son directamente beneficiados los alumnos que egresan del nivel de secundaria, sin embargo, con la apertura de la preparatoria semiescolarizada, muchos adultos que en su tiempo no pudieron cursar este nivel de estudios, se han visto ambién beneficiados y han podido estudiar alguna profesión ya en edad adulta, a la vez que trabajan y encabezan una familia.

No puede faltar la mención de la creación en Colotlán del Módulo del Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Jalisco (CECYTE)), mismo que tiene sede en el vecino municipio de Totatiche, y es una institución de nivel medio superior creada en el año 2008 que ofrece la oportunidad de estudiar el bachillerato con una carrera a nivel técnico profesional como Programación y Ventas.


La despedida del primer director

Durante el ciclo escolar 1980 - 1981, la escuela tuvo un significativo incremento en la matrícula, su buen prestigio y buenos resultados hacían que cada vez más padres de familia prefirieran inscribir a sus hijos en este plantel, por tal razón, el maestro Roberto Loera Perea inició los trámites para que la Secretaría autorizara un turno vespertino, lo cual se logró posteriormente a través de quien lo sucedió en la dirección de la escuela. Desafortunadamente, por ese mismo tiempo el maestro Roberto tuvo algunas desavenencias con algunos padres de familia inconformes; al parecer, los motivos eran, entre otros, que los alumnos tenían como obligación vender algunos productos que se fabricaban en la clase de Industrias Rurales como: queso, chorizo, longaniza, algunas carnes frías, etc., y por supuesto no todos los padres estaban de acuerdo con esta situación, misma que se hizo cada vez más tensa y que llegó a hacerse del conocimiento de las autoridades estatales, al grado que éstas le propusieron al director pensar en su cambio para bien de él mismo y según ellos, de la propia institución. La situación golpeó anímicamente al profesor y a su familia, quienes consideraron la propuesta, y el maestro Roberto Loera anuncia su futuro cambio de adscripción. Para la mayoría de quienes lo conocían, algunos exalumnos y padres de familia, resultó una noticia nada agradable, pues habían sido testigos del trabajo, la dedicación, el prestigio, l
a evolución y el progreso que el director había dado con su liderazgo a la institución.

Y así todo tiene un principio y un fin, a veces para bien, otras para mal, y en el inicio del ciclo escolar 1981 - 1982, Roberto Loera Perea deja la dirección para cambiarse de adscripción a la localidad de Los Azulitos, municipio de Lagos de Moreno, Jalisco, a fundar una nueva escuela. El cambio fue benéfico para él porque se acercaba a su tierra. Sin lugar a dudas, con su partida, dejó un gran reto a su sucesor y la gestión institucional sufriría una notable transformación.


Francisco M Vargas, Señor Cura de Colotlán entre 1860 y 1864

  Por: José Alonso Serrano Campos Francisco Melitón Vargas y Gutiérrez fue un sacerdote que llegó a Colotlán en 1860 como auxiliar y tomó po...