sábado, 5 de marzo de 2022

Las tumbas del atrio de San Nicolás Tolentino en Colotlán, Jalisco

Colotlán, Jal. José Alonso Serrano.- Desde niño, el atrio de San Nicolás Tolentino fue el punto de reunión y de juego, lugar donde muchos vecinos nos dábamos cita para divertirnos, orar, ver las danzas, participar en una procesión, alistarnos para entrar a misa, todo entre algunos pequeños jardines, bancas de cemento, pinos, palmeras y dos emblemáticas tumbas que llamaban mi atención; se trata del templo más venerado por los colotlenses, incluso más que el Santo Patrono San Luis Obispo; a un costado, en sus salones, ha sido escuela, centro de catecismo y realizado infinidad de reuniones.

En aquel entonces surgió la curiosidad de saber porqué estaban esas interesantes edificaciones, eran el reto para trepar de los pequeños niños pero ¿porqué existían? al tiempo supe que años atrás la gente importante al morir, tenía el privilegio de ser enterrada afuera de los templos, luego me surgió la duda de quienes estaban ahí depositados, aunque siempre tuve curiosidad, no me había decidido a buscar información, hoy grátamente comparto los posibles seres que descanzan sus restos justo ahí y que despejan esas dudas.

Se trata de una mujer y de uno o posiblemente varios cuerpos de la familia Suarez del Real, en ambos casos encontré el apellido, a continuación trataré de explicarles.

Don José Fulgencio Ygnacio Sánchez Castellanos y Suarez del Real, hombre poco conocido, pero por su legado tuvo que ser de alta jerarquía social, nació en el año de 1806 en Monte Escobedo, Zacatecas, fue hijo de Don José Julián Sánchez Castellanos y Herrera Robles, y de su esposa Doña Gregoria Rafaela Suárez del Real y Valenzuela Miramontes (tanto él como sus padres aparecen registrados con ambos apellidos de sus familias). 

Don José Fulgencio Ygnacio, mejor conocido como Ignacio (registrado con Y) Sánchez Castellanos, a la edad de 45 años, contrajo matrimonio, el 7 de febrero de 1852 se casó con Mónica Escovedo Márquez (escrito su apellido paterno con V) de escasos 17 años de edad, ella nació en 1836 aproximadamente, fue hija de Ignacio Escovedo y Francisca Márquez, quienes conformaron una familia de cuatro integrante junto con su hermana Alejandra, radicados también en Monte Escobedo.

Del matrimonio entre Ignacio y Mónica se tiene registro que se trasladaron a Colotlán y tuvieron un hijo de nombre Adolfo Sánchez Escovedo, él nació en Colotlán por el año de 1867 e hizo vida años después en Zacatecas con su esposa Luisa Mayorga Ulloa, ambos se casaron el 2 de abril de 1892 en Colotlán, tuvieron cuatro hijos. Adolfo falleció el 21 de marzo de 1928 en la capital zacatecana.

Mención especial corresponde a la joven esposa de Ignacio y cuya madre fue de Adolfo, la señora Mónica Escovedo Márquez de tan solo 35 años de edad, sus restos son precisamente los que descansan en la tumba ubicada del lado izquierdo del atrio de San Nicolás Tolentino, si tomamos como referencia ver de frente al templo. El entierro de su cuerpo se llevó a cabo el 10 de septiembre de 1871, tuvo que haber sido un sepelio suntuoso dado que ese mismo día es la fecha en que se conmemora al Santo patrono del templo.

Al poco tiempo después, por disposición de su esposo, se construyó lo que hoy son pedazos de esa tumba, elevada y elegante arquitectura de cantera, cuya parte superior dejó de existir hace ya varios años, en antiguas fotografías del atrio se puede apreciar la parte superior, también hasta hace pocos años era posible ver en la parte frontal su placa y el nombre de doña Mónica, hoy solo es visible el nombre de su esposo dado al deterioro probocado por el tiempo y la interacción de personas que utilizan la placa de escalón para trepar por la tumba.


En el libro de entierros de la iglesia de San Luis de Colotlán del mes de agosto de 1871, en su página 162, precisamente en la última hoja de ese tomo donde aborda también decesos de septiembre, se lee: “Da Mónica Escovedo de Colotlán… En el cementerio de S. Nicolás, a diez de septiembre de mil ochocientos setenta y uno, se sepultó el cadáver de Da. Mónica Escovedo, de treinta y cinco años de edad, hija legítima de D. Ignacio Escovedo y Da. Francisca Márquez; fue originaria de Monte Escobedo y murió de inflamación de vientre el día nueve del corriente en Colotlán; recibió todos los auxilios espirituales y dejó viudo en primeras nupcias a D. Ygnacio Sánchez. Doy fe. Francisco Dávila.”


Cabe resaltar que todas las demás actas en el libro, comienzan con la leyenda “En el Campo Santo de Colotlán…”, solamente la de doña Mónica comienza diciendo “En el cementerio de S. Nicolás…” justamente como dice el acta del presbítero Basilio Terán, cuyos restos también fueron depositados en el cementerio de San Nicolás, aunque hoy se desconoce su ubicación exacta.

Don Ignacio Sánchez Castellanos murió en 1883 y sus restos fueron depositados en el Panteón Municipal, dejando el recuerdo de la tumba de su esposa en el atrio de San Nicolas para la posteridad.

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En el otro costado, cuento la historia de Don Basilio Suarez del Real de Santiago, era un hombre nacido en 1862 en la ciudad de Jerez, Zacatecas; a los 40 años de edad contrajo matrimonio con su primera esposa Francisca Valdez de Ávila de 25 años, el 1 de febrero de 1902 en la casa número 12, cuartel tercero, de la calle Hidalgo de Colotlán, Jalisco; el Juez encargado del Registro Civil, Pascual B. Granillo, llevó a cabo las nupcias.

Se sabe que tuvieron varios hijos, uno de ellos fue Basilio del Real Valdez, nació el 17 de noviembre de 1902, este se casó el 20 de febrero de 1920 con Amalia Salazar Ruíz de 18 años, tuvieron varios hijos: José de Jesús, Rafael, Francisca, Elena, Juan, María Guadalupe y Rosario Suárez del Real Salazar, todos ellos aparecen en un censo de 1930 en Chicago, Illinois estando lejos de su pueblo natal, Colotlán. Ella murió el 20 de febrero de 1961 en la ciudad de México, su hija Rosario murió en Colotlán el 11 de mayo de 1940, vivían en la casa con el número 68 de la calle Hidalgo, una vivienda cercana al arroyo Cuitatero, el oficio de Basilio según esas actas era el de curtidor.

Basilio y Francisca también tuvieron una hija el 3 de abril de 1904 llamada Benita, a principios de 1905 a su hermana María Trinidad Del Real Valdez, ella fue esposa del señor Salvador de Robles García, originario de Huejuquilla el Alto, Jalisco.

Enseguida, el 15 de diciembre de 1905 tuvieron a su hija María Cristina S. del Real Valdez, ella murió el 25 de mayo de 1906 a los 5 meses de nacida, su señora madre y esposa de Basilio, doña Francisca Valdez, también había fallecido, a los pocos días de dar a luz, el 21 de diciembre de 1905, en sus actas se menciona que fueron sepultadas en el panteón de Guadalupe.

Basilio S. del Real (así aparece en varias actas con su apellido abreviado) tuvo más familia con su segunda esposa María Lozano, se recuerda a sus hijas Rosa María y Elvira Suarez Lozano, esta última falleció en la ciudad de México el 4 de febrero de 1963.

El acta de defunción de Don Basilio padre, dice que murió a los 82 años de edad el 27 de julio de 1938, fue sepultado en el panteón municipal pero se sabe por el registro de muchos de sus hijos que utilizaba la abreviatura “S. del Real”, tal como aparece en la tumba que se ubica en el atrio del lado derecho viendo de frente al templo de San Nicolás Tolentino, es la única rúbrica con registro en todos los libros de la época que abocan a su familia y que data de los primeros años del siglo XX.

Su hijo Basilio Suarez del Real Jr. vivía en la ciudad de México, dejó este mundo a los 87 años de edad, el 27 de marzo de 1990 y su cuerpo fue cremado en el panteón Frances Sn Joaquín, lo más probable es que en la tumba del atrio de San Nicolás se encuentre alguno de sus hermanos, hijos de Don Basilio Suarez del Real de Santiago.

Por la distribución de los espacios en la parte inferior de la tumba, se podría tratar de un mausoleo familiar, donde hayan sido depositados varios familiares S. del Real, sin embargo, solamente se aprecian los espacios para las placas vacíos, de lo que sí es posible determinar, es de que este sepulcro perteneció a la famlia Suarez del Real.

Esta es la esquina de la calle Hidalgo con el arroyo Cuitatero donde una rama de la familia S. del Real tuvo su tenería.


4 comentarios:

  1. Excelente investigación, gracias Por compartir. En ese atrio jugaba de niña cuando iba al catecismo en un salón que estaba del lado derecho. Ignoro si aun esta. Saludos.

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  2. Exelente investigación muchas Felicidades

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  3. Gracias por compartir esta información. Espero que no te moleste que la use para el iceberg de Colotlán parte 2 en mi canal de YouTube.

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